Michelle Pfeiffer, la actriz que priorizó a su familia en lo más alto de su carrera: "Hice que fuese difícil contratarme"
Michelle Pfeiffer ya participó en el cine de superhéroes en los 90, siendo la Catwoman de Tim Burton
Desde hace años la actriz elige en qué trabajos participa según las condiciones, sabiendo que ha hecho difícil que la contraten
En las últimas dos décadas Pfeiffer ha priorizado su familia, su marido y dos hijos, a muchos trabajos
Michelle Pfeiffer es una de las grandes estrellas del cine de las décadas de los 80 y 90. Lo ha seguido siendo en los 2000, unos años en los que se ha alejado del foco mediático, del protagonizar películas y taquillazos constantemente, para tomar ella misma las riendas de su carrera y así pasar más tiempo con su familia y amigos y seleccionar aquellos trabajos que realmente le apetece hacer. Si su nombre nos lleva a una de las grandes de Hollywood, qué habría pasado si hubiese protagonizado alguna de las cintas que rechazó, entre las que están ‘Pretty woman’, ‘Instinto básico’ o ‘Thelma & Louise’. Ahora acaba de regresar a la pantalla de la mano de Marvel con ‘Ant-man y la avispa: Quantumanía’, la cinta protagonizada por Paul Rudd y Evangeline Lily y en la que forma pareja con Michael Douglas.
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Pfeiffer y el cine de superhéroes
Hace ya muchos años que Pfeiffer no tiene nada que demostrar. Su llegada a Marvel hace unos años no fue ninguna sorpresa porque la actriz ya había formado parte del cine de superhéroes, recordemos que en los 90 fue Catwoman bajo la dirección de Tim Burton. Aunque acumule decenas de nominaciones y solo en contadas ocasiones se haya llevado el galardón, Pfeiffer sigue siendo uno de los grandes rostros de la industria cinematográfica.
Tanto que el propio Paul Rudd, protagonista de las películas de Ant-man, confesó que en la reunión de actores para rodar el final de ‘Vengadores: Endgame’, donde se encontraban estrellas como Chris Hemsworth, Robert Downey Jr., Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Brie Larson, Gwyneth Paltrow, Tom Hiddeleston, Chadwick Boseman, Elisabeth Olsen, Dave Bautista, Samuel L. Jackson o Benedict Cumberbatch, que no son pocas, nadie despertó un entusiasmo igual entre todo el equipo, artístico y técnico, que Pfeiffer.
Tomar las riendas de su carrera
Sus comienzos en la interpretación llegaron tras su participación en Miss California, un título y una corona que le interesaban más bien poco, ya que sus ojos estaban puestos en un jurado que, según le habían comentado, fichaba a concursantes. Y ocurrió, llegando así sus primeros papeles, todos ellos bajo el patrón de chica sexy.
Poco a poco formó su carrera intentando que cada papel fuera mejor que el anterior, aunque no fueron pocos los que la tomaron por menos al reducirla a una simple cara bonita. Sin embargo, la actriz sabía que era más que eso, por ello se ganó la fama de ser una actriz complicada, simplemente por no querer ser una mujer florero, la que protagoniza una historia de amor en la que depende del hombre.
A finales de los 80 tenía una carrera más que consolidada y las nominaciones a los premios comenzaron a llegar, entre ellas tres a los Oscar, aunque ninguno fue finalmente para ella. Así, ya en los 90, fundó una productora para producir papeles que realmente le interesaban para, pocos años después, en los 2000, seleccionar minuciosamente los trabajos para pasar más tiempo con su familia.
La actriz y su marido, el productor David E. Kelley, son padres de dos hijos. A Claudia la adoptaron en 1993, mientras que John Henry nació en 1994, meses después de que el matrimonio pasase por el altar. A pesar de la posición de fama de sus padres, ambos intentan mantenerse alejados de los focos y no aparecen en muchas fotos con sus progenitores. Cuando los dos fueron mayores fue cuando Pfeiffer volvió con mayor regularidad a la industria.
Cuando su familia se convirtió en prioridad
Lo explicaba la actriz hace dos años. “No quise dejar de trabajar, pero fui muy exigente con mis requisitos, cómo la época del año ¿Dónde se graba? ¿Cuánto dura el rodaje? ¿Puedo llevar a los niños? Hice que fuese difícil contratarme. Me parecía bien”, comentó la actriz en el podcast The Skinny Confidential Him & Her en Dear Media, que puso por delante sus prioridades. Si alguien quería trabajar con ella, perfecto, ahí estaban sus condiciones.
En estos últimos años ha hecho lo que ha querido, y con muy buen ojo. Además de participar en un mundo tan taquillero como lo es Marvel, también lo ha hecho en otras películas que han logrado la aceptación del público en las salas de cine, como ‘Asesinato en el Orient Express’ o la saga ‘Maléfica’. No obstante, también además de triunfar en la taquilla, también ha dejado hueco para otras producciones menos mediáticas, como ‘French Exit’, su última nominación al Globo de Oro.
Lo que queda claro es que, a sus 64 años, Michelle Pfeiffer trabaja en lo que quiere. Los papeles no la eligen, es ella la que los selecciona y disfruta de sus trabajos bajo sus requisitos. Queda Pfeiffer para rato.