72 años dan para trabajar mucho, disfrutar, por supuesto, y experimentar aún más. Tito Valverde "está de vuelta" en esto de la vida. Comenzó su carrera como actor siendo un adolescente y más de cinco décadas después, conserva un espíritu jovial combinado con una enorme sabiduría. "Si hubiera sabido lo difícil que es este oficio, quizás no me habría dedicado a ello", confiesa. Habla de inestabilidad e inseguridad, pero también define a la profesión como "maravillosa".
La realidad es que, en su caso, el talento y la suerte le han regalado cierta tranquilidad traducida en trabajo. "Las necesidades no me han obligado a dejarlo", cuenta. Un actor que ha experimentado, como decíamos, prácticamente en todo: teatro, cine y televisión. Ha encarnado papeles protagonistas en series tan populares como Pepa y Pepe (1995) y el mítico Gerardo Castilla en El Comisario (1999-2009).
En el terreno del séptimo arte no ha corrido peor suerte. Casi 30 películas, una nominación al Goya y un cabezón por Sombras en una batalla (1993). "Tengo un Goya, pero quiero más", canturrea el actor que, además, considera que el talento no es lo primordial a la hora de ser reconocido con el galardón: "Es muy importante una buena interpretación, pero creo que es más importante caer bien a los que votan", sentencia.
Él sigue en busca de otro Goya "haciendo de abuelo". A pesar de estar jubilado a efectos prácticos, Tito Valverde no plantea dejar aún la interpretación: "En esta profesión uno no se jubila, te jubilan", dice. Un retiro que el abulense piensa vivir sin prejuicios ni complejos: "Hay que hacerse amigo del espejo".
También en compañía de su mujer, aunque Tito señala: "La gente no ve bien las relaciones entre abuelos". El actor defiende el sexo a cualquier edad porque existen, "aunque es distinto, sin locuras". Hay menos pasión, comenta, pero queda un tremendo cariño.
Con lo que no se muestra tan afín es con las redes sociales: "A lo mejor hay veinte personas que hablan bien, pero un comentario negativo te da el día y no compensa", admite. Lo relaciona con las críticas teatrales que recibía en sus inicios en las tablas.
Tito resopla y asegura: "No hay ganas de llevarse berrinches". Y menos a los 72 años y siendo Tito Valverde que, como decíamos, "está de vuelta" de la vida y de muchas cosas más.