Aunque los tres hijos de Leonard Bernstein (1918-1990) han salido en su defensa, a Bradley Cooper se le ha calificado hasta de antisemita en las últimas semanas. Todo debido a que en 'Maestro' la cinta que coescribe, produce, dirige y protagoniza, Cooper interpreta a Bernstein utilizando una prótesis de nariz que a algunos les ha resultado ofensiva por considerarla un estereotipo de 'lo judío'.
"Hollywood ha elegido a Bradley Cooper, un no judío, para interpretar a la leyenda judía Leonard Bernstein y le ha puesto una repugnante y exagerada 'nariz judía", dice una publicación en X (anteriormente conocido como Twitter ) de la cuenta StopAntisemitism, una organización destinada a contrarrestar el antisemitismo. En las redes, cómo no, los inquisidores de turno han hecho suya esta nueva 'causa' y ha proliferado los ataques al actor y director.
Y es importante no confundir estos pseudoactivismos con las verdaderas defensas de la igualdad o el antiracismo. Porque Hollywood ha sido racista, sin duda, y lo sigue siendo en gran medida.
En los albores del cine era impensable que una persona racializada apareciera ante cámaras en EE UU. Por eso actores blancos se pintaban la cara de negro y los labios rojos para imitar de manera exagerada y caricaturesca los rasgos africanos. Es lo que pasó a llamarse 'blackface', una práctica aceptada durante casi todo el siglo XX aunque oficialmente llegó a su fin (no sin luchar contra acusaciones de 'corrección política') en la década de los 60.
De hecho, uno de los últimos ejemplo de 'blackfaces' (aunque en en realidad era una parodia de la parodia) pudimos verlo en la cinta 'Tropic Thunder', donde Robert Downey Jr. interpretaba a un actor que llevaba al límite su implicación en el papel de afroamericano.
Más allá de esta cinta, nadie puede negar el racismo que han sufrido personas de etnias o razas no blancas, desde afroamericanos a latinos, e incluso europeos, que casi siempre son estereotipados por los norteamericanos blancos. Curiosamente, cuando se trata de judíos, casi siempre son los propios judíos - Woody Allen, por ejemplo- los que se han 'reído' muy sanamente de sus propias señas identitarias. Identitarias, que no raciales, porque lo judío no es un raza. El antisemitismo existe, desde luego, pocas culturas han sufrido tanta atrocidad y persecución... simplemente no parece ser el caso.
"Nos rompe el corazón ver cualquier tergiversación o malentendido de sus esfuerzos. Da la casualidad de que Leonard Bernstein tenía una nariz grande y bonita" han dicho Jamie, Alexander y Nina Bernstein en un comunicado en línea. Algo que debería zanjar cualquier duda sobre la supuesta carga ofensiva en la caracterización de Cooper. "Bradley Cooper nos incluyó a los tres en cada paso de su increíble viaje mientras hacía su película sobre nuestro padre - continúa el comunicado-. Nos conmovió hasta la médula ser testigos de la profundidad de su compromiso, su abrazo amoroso a la música de nuestro padre y la alegría pura y sincera que trajo a su exploración" concluyen.
No parece, pues, que vaya prosperar el 'activismo' anti 'jewface' en la meca del cine, cuyos estudios, de hecho, son liderados por judíos. La película se estrenará en el Festival de Venecia en septiembre, en cines en octubre y llegará a plataformas en diciembre.