Orlando, je t'aime: la metamorfosis de Paul B. Preciado hasta crear su película autobiográfica
El reconocido filósofo, escritor y activista ha presentado en San Sebastián su autobiografía a partir de un clásico de Virginia Woolf
Preciado es desde hace años uno de los principales referentes de lo s estudios de género a nivel europeo
Desde su 'Manifiesto contrasexual' de 2002, el pensador ha puesto su mente y su cuerpo al servicio de una revolución contra el poder
Tras su paso por la Berlinale -donde obtuvo Premio Especial del Jurado Encounters, la Mención Especial en la categoría de Mejor Documental y el Teddy Award, premio que reconoce la mejor obra LGTB- el escritor y filósofo español Paul B. Preciado ha presentado en San Sebastián su ópera prima como realizador: 'Orlando, mi biografía política', una cinta que nació como un encargo de la televisión pública alemana ("la propuesta era hacer un bio pic", ha dicho él mismo) pero que el pensador burgalés transformó en un auténtico ensayo político.
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Podría decirse que la primera película de Paul B. Preciado es de género fluido: es un diálogo con el 'Orlando', de Virginia Woolf, es una autobiografía ficcionada, un coro de voces disidentes, un ensayo fílmico... es básicamente, el ejercicio de esa libertad que, para decirlo en sus palabras, "las personas son capaces de fabricar a través de la resistencia". A la norma, a la violencia, al encasillamiento binario y también, cómo no, a la exotización de las personas trans.
'Orlando, mi biografía política' es también una carta a Virginia Woolf, la célebre autora de aquel 'cuarto propio' reivindicado tantas desde el feminismo, que escribió 'Orlando', una novela de 1928 en la que el protagonista cambia de género en mitad de la trama. "Cuando me pidieron hacer mi autobiografía lo primero que pensé es que ya la había hecho Virginia Woolf en 1928' ha dicho Preciado.
El pensamiento de Paul B. Preciado
Gran parte del trabajo de Preciado tiene que ver con el cuerpo. El filósofo parte de preguntas como qué significa ya no tener un cuerpo, sino ser un cuerpo en una sociedad como la nuestra, y cómo interactúa el poder con ese cuerpo. Preciado entiende que 'somos producidos como sujetos a través de un conjunto de técnicas sociales y políticas' y que la última encarnación de ese poder es lo que llama 'capitalismo cibernético', uno de cuyos mecanismos de control es la alienación mediante la tecnología (smartphones o redes sociales, son los ejemplos más visible).
Ante este poder ejercido sobre nosotros, hay dos posiciones. La primera percibe la realidad en términos apocalípticos: ya no hay nada que hacer y solo nos queda entregarnos a la supervivencia y adormecernos trasteando en las redes porque nada funciona y nada nos satisface y no podemos hacer nada al respecto. Es lo que en su último libro llama 'Dysphoria mundi'.
La otra, entiende el momento actual como un escenario revolucionario. Y esta revolución, la más importante en los 500 años que han pasado desde el principio de la Colonización, es más bien una oportunidad para la transformación. Lo interesante es que esas dos percepciones conviven en todos nosotros, la 'melancolía capturada por el capitalismo' y la pulsión revolucionaria. En ese sentido, el cuerpo es un territorio para la revolución. Y no es una revolución solipsista sino necesariamente colectiva. Por eso también habla de un cuerpo global.
Evolución y 'Testo Yonqui'
En sintonía con ese concepto de cuerpo colectivo, en 'Orlando, mi autobiografía política' vemos no uno sino muchos Orlandos interpretados por personas LGTBIQ+. Preciado se disuelve así, y se construye al mismo tiempo, en esos otros cuerpos. Toda una declaración de principios en coherencia con su trabajo filosófico, desarrollado en instituciones como Princeton o la New School for Social Research de Nueva York, donde fue alumno de Heller y Derrida. Fue precisamente este último el que le invitó a París a finales del milenio, donde establecería una relación ya indisoluble con la academia francesa.
Como persona trans, Preciado ha pasado por muchas etapas vitales y activistas. Como lesbiana, queer, trans y finalmente disidente de cualquier encasillamiento. En todas ellas ha puesto el cuerpo. Literalmente. Y quizá el documento más potente sobre esta evolución constante sea 'Testo Yonqui' (2008), un ensayo radical que explora de manera intelectual, literaria, punk y poética su proceso de hormonación y de transformación.
Escrito en los años en los que el filósofo mantenía una relación con la escritora francesa Virginie Despentes, autora de 'La teoría King Kong, otro clásico de los estudios de género- con quien formó una de las parejas más intelectualmente subversivas de la Barcelona de esa primera década del milenio, 'Testo Yonqui' situó a Preciado en el espectro de los intelectuales de referencia en los estudios de género. Una posición que ha consolidado con libros posteriores como 'Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en "Playboy" durante la guerra fría' (2010) o 'Yo soy el monstruo que os habla. Informe para una academia de psicoanalistas' (2020).
Es desde esa 'monstruosidad' asumida como disidencia y respuesta activa, que Preciado vive ese continuo proceso de r(evolución) que tiene en este 'Orlando: mi autobiografía política', un nuevo hito.