Probablemente lo más controvertido que ha hecho Michael Caine en el lapso de 60 años de carrera fue convertirse en un férreo defensor del Brexit en 2016. Eso y beberse, en sus peores momentos (o mejores, según como se vea), una botella de vodka al día. Minucias.

Caine es uno de esos actores cuyo físico lo habría relegado fácilmente al cajón de los secundarios si no hubiera sido poseedor de un carisma, un estilo y un talento sumamente particulares.

Tal vez sea cosa de sus gafas, nadie las llevó mejor que él en los 60, o de su marcado acento 'cockney', esa especie de jerga de la parte este londinense tan poco entendible para los foráneos como definitoria para los locales. Pero lo cierto es que Caine -al que alguna vez en una fiesta le preguntaron si era 'camello' porque todo el mundo se refería a él como 'my cocaine'- consiguió rápidamente hacerse un espacio propio entre los actores de sus generación, con papeles siempre memorables aunque libres de estridencias.

Te contamos algunos.

Sin duda, es la película que le abrió las puertas al estrellato. Hablando del acento 'cockney': Caine bordó el papel de un seductor de clase trabajadora que nos cuenta (rompiendo la cuarta pared) sus aventuras con señoritas de distintas clases sociales. Un clásico que no se merecía el remake de 2004 con Jude Law.

¿Por qué sentimos debilidad por esta película? Bueno, no solo está basada en un cuentode Rudyard Kipling y fue dirigida por John Houston, sino que nos trae a Sean Connery en uno de sus grandes papeles y a Caine, por supuesto, con la solvencia de siempre como Peachy Carnehan, el compañero de aventuras ideal para intentar convertirse en rey de territorios lejanos. Una historia fascinante y notablemente contada.

Uno de los clásicos menos apreciados de Brian de Palma que fácilmente podría ser acusado de transfobo, pero que en realidad trata de otra cosa. No vamos a hacer spoilers porque hay que verla. Basta decir que Caine interpreta el papel de un psiquiatra que podría ser un hijo bastardo de Hannibal Lecter y Norman Bates. Brillante.

Nadie se burla de las clases medias intelectuales de la manera en que lo hace Woody Allen. Nadie las ha representado tan bien en sus películas como Caine haciendo del marido de Hannah, atormentado por su pasión irresistible por Lee. Poemas de e.e. cummings, Nueva York, jazz... ¿Qué más se le puede pedir a una película de Allen? Oscar para Michael Caine.

Basada en una novela de John Irving, que firmó también el guión de la cinta, la película de Lasse Hallström le valió a Caine su segunda estatuilla por su papel del cuestionable doctor Wilbur Larch. Otra notable interpretación repleta de paradojas éticas y contradicciones morales.

Tal vez uno de los aspectos más relevantes de sus últimos años de carrera sea su colaboración con Christopher Nolan en cintas como 'Inception', la 'Trilogía del Caballero Oscuro' o 'The Prestige'. En cada una de ellas hizo papeles notables aunque nos quedamos con su interpretación del Dr. Brand en la extraordinaria 'Interstellar': una reflexión sobre la paternidad con empaque filosófico sobre viajes en el tiempo y otras dimensiones. Nolan en estado puro. Inolvidable Caine recitando a Dylan Thomas.