Sean Penn disfruta de su nuevo amor por la calles de Madrid
Los tabloides británicos acaban de pillar a Penn viviendo la vida con su novia, 30 años más joven, por las calles madrileñas
Hace dos años, Penn se separaba de su tercera esposa, la también actriz Leila George
El actor de 64 años manifestaba hace poco haber superado la etapa de los grandes romances que te rompen el corazón
Sean Penn está convencido de que nunca más le romperán el corazón. Tal vez por eso, porque prevenir es no tener que lamentar, se le veía hace unos meses en Malibú con una joven y este mismo fin de semana con otra, la actriz moldava Valeria Nikov, en este caso. Penn (64) y Nikov (30) han sido captados dándose muestras de cariño nada menos que en las calles de Madrid, por las que pasearon hasta altas horas de la noche.
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No se puede vivir del amor
Las relaciones del actor han dado siempre que hablar, desde su mediático romance con Madonna en los 80, hasta sus amores más efímeros con Scarlett Johansson o Charlize Threron, pasando por supuesto por su matrimonio de 14 años con Robin Wright, madre de sus dos hijos Dylan Frances (33) y Hopper Jack (31), ambos más jóvenes que el nuevo amor de sus padre.
Hace dos años Penn se divorciaba de su tercera esposa, Leila George, hija de Vincent D'Onofrio, un actor que es apenas un año mayor que Penn. Desde entonces, y como ha reiterado en muchas ocasiones, Penn ha dejado de creer en ese tipo de romance intenso y tormentoso y lleno de "dramas innecesarios". Bienvenida, pues, la ligereza, De hecho, solo en el último año habría salido con las jóvenes Olga Korotyayeva y la actriz Nathalie Kelley.
La última compañera de aventuras de Penn es la actriz Valeria Nikov, a quien hemos podido ver en papeles más o menos discretos en series como 'Emily in Paris'.
Durante la cita madrileña, y según puede verse en las imágenes difundidas por varios medios, Penn llevaba un look muy informal consistente en ¡chaqueta utilitaria negra, pantalones cargo gris oscuro y zapatillas blancas. Ella joven actriz lucía por su parte un top de lencería blanco y colorido con recorte, sobre el que llevaba una amplia chaqueta negra, pantalones capri ajustados y mocasines negros.
La pareja no dejó ni un momento de prodigarse apasionados besos mientras el no dejaba de dar caladas a su sempiterno cigarrillo.