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Najwa Nimri se encuentra en un gran momento profesional, probablemente el mejor dese que en los 90 se convirtiera en la musa más enigmática del cine patrio y de la música indie, de la mano de Najwajean. Las nuevas generaciones la conocen gracias a series como 'La casa de papel', '30 monedas' o la reciente 'Respira', y ella no deja de asumir retos interpretativos como el de 'La virgen roja', donde da vida a la madre de una niña prodigio de la España de los años 30 que pasó a la historia por su adelantado feminismo.
En una reciente entrevista en 'Elle' la actriz reconoce lo cómoda que se siente con sus 52 años: “Es cuando más estoy trabajando, así que el prejuicio edadista lo vivo a la inversa, sobre todo porque, si de lo que hablamos es de actuación, es cuando llega tu mejor momento".
La madurez también ofrece una perspectiva vital diferente a la que se tiene de joven. Cambian las prioridades. Las necesidades son otras. "Creo que con 50 años puedo decir que estoy llegando a la conclusión de que lo más importante es quién te rodea. De hecho, no lo sabes con 20, pero sí lo sabes con 50. Estar mal rodeado te cuesta la carrera, te cuesta la vida, te cuesta todo", se confiesa en otra entrevista en 'El diario'.
Con la edad se aprenden cosas. Y se valoran de otra forma aspectos que antes no eran tan importantes. “Ahora he aprendido el valor del dinero, antes no tenía ni idea. Y más vale que aprendas a ahorrar. Me arrepiento de no haber ahorrado. Me arrepiento de la falta de control con el dinero. Me sigo arrepintiendo a día de hoy, no tengo ningún control con el dinero, con lo material”, explica en su conversación con 'El País'.
Y pese a todo, Najwa nunca ha perdido del todo esa luz de outsider irreverente que se asocia más a la juventud: “Mi novio y todos mis amigos tienen 35 años y mis fans son superjóvenes. No tengo ningún amigo de mi edad. Soy la persona más vieja que conozco. Siempre he estado con gente de 35. Nunca me he movido de esa edad”.
Que hable de su vida privada en las entrevistas nunca ha sido lo normal, aunque últimamente se permite más concesiones al respecto. Si hay algo de lo que se siente verdaderamente orgullosa es de su hijo Teo, de 20 años, de cuyo padre nunca ha revelado su identidad. "El mayor reto al que me enfrentado en mi vida ha sido ser madre", confesaba en 'Hola'.
La maternidad es algo sobre lo que Najwa ha reflexionado mucho últimamente, sobre todo a raíz del rodaje de 'La virgen roja', donde interpreta a la peor madre posible. “Es que las madres tenemos mucho peso. A un mal padre lo puedes superar con trabajo personal, pero a una mala madre, no. Si la que te ha parido es la que te quema los cigarros, el daño es irreparable. Si tu padre te pega y tu madre se calla, de lo que te acuerdas es de que tu madre no decía nada”, señala en 'El País'.
Ahora vive un momento dulce, pero ¿cómo se lo toma cuando la agenda está despejada y el teléfono no suena? “Si no trabajo, intento, básicamente, estar con mi madre, con mi hijo y practicar todo el sexo que se pueda”, admite en 'Elle'. Lo que tiene claro es que no mira hacia el pasado con nostalgia: "Es un error, porque no se puede avanzar". Najwa Nimri, siempre hacia adelante.