Corre la broma en Hollywood de que en cualquier grupo más o menos significativo de actores la mayoría ha trabajado o va a trabajar con Nicole Kidman en algún momento de su vida. Eso debido a la cantidad de proyectos en los que la australiana viene participando desde hace años, tanto en televisión como en cine, mismos que le han valido otras tantas nominaciones. Series como 'Big little lies', 'Expatriadas', 'La pareja perfecta' han sido éxitos de público y crítica, y en cuanto a las películas que ha rodado, no son menos diversas, de 'Aquaman' a la reciente 'Babygirl' cinta que según la crítica está llamada a redefinir el thriller erótico.
Sobre su manera aparentemente incansable de trabajar, la actriz de 'Moulin Rouge' le decía hace poco a Variety "A veces me planteo tomarme un descanso, pero hay tantas oportunidades de ayudar a aquellos que están empezando, y usar aquello que tengo y que puedo hacer por personas como Helena Reijin (Escritora y directora de 'Babygirl')... Es muy difícil para mí decir 'Vale, voy simplemente a cuidar de mí misma' porque soy mucho de cuidar a otros. Pienso que puedo crear más trabajo para la gente. Y también me encanta esto, tengo pasión por ello. Simplemente tengo que cuidar mi cuerpo. Me encantaría tener superpoderes porque me encantaría estar en todos los sitios".
Hay sin embargo, un rodaje que la actriz recuerda de manera agridulce. Y no es para menos, se trata de una cinta de uno de los directores más polémicos de todos los tiempos, el genial Lars Von Trier, y la película es, por supuesto, 'Dogville' (2003), considerada por muchos una obra maestra. ¿Por que fue tan problemático ese rodaje? Según la actriz, "un día era un cuento de hadas, al siguiente era una pesadilla. Lars fue gentil conmigo, era amable y delicado, pero después me golpeaba emocionalmente cuando sentía que lo necesitaba". De hecho, durante mucho tiempo corrió el rumor de que en uno de esos golpes emocionales el director se había desnudado delante de la actriz, algo que él nunca ha negado categóricamente.
“Hay un momento en el que me pusieron un collar de perro que era una especie de collar de metal -le dijo Kidman a la revista GQ-. Y luego estábamos filmando y, quiero decir, era muy pesado y difícil de quitar. Lars pensó que estaba actuando. Y en realidad, estaba como intentando respirar.. Cuando él cortó (la toma) yo le dije: ‘¡Quítamelo! ¡Quítamelo de encima!’. Nunca lo olvidaré”, relató.
Sin embargo, la actriz también ha admitido que "Lars era Lars y yo estaba tan aterrorizada como atraída por él". El danés, a quien Bjork llegó a denunciar por acoso sexual, cosa que él director negó, ha dicho en más de una ocasión, a la manera de Sheldon Cooper, que no se considera un psicópata porque le han "hecho pruebas".