El cine documental está en peligro. Es la advertencia de una treintena de cineastas andaluces que forman la Mesa del Cine Documental, una plataforma formada para defender el documental creativo en esta comunidad. En un comunicado denuncian que este género ha sido excluido de las subvenciones en el proyecto de orden de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. "Si el borrador saliese adelante, quedaría condenado a su desaparición", indican los cineastas Alejandro Alvarado y Mercedes Moncada, dos de sus portavoces.
Con los nuevos baremos, no solo podrán optar a financiación exclusivamente películas de divulgación o televisivas, sino que además limitaría la producción a documentales divulgativos sobre temas andaluces y definidos por la institución, según señala el comunicado, discriminando otros valores culturales. "De acuerdo con el borrador, la cultura en el documental se limitaría a aquellos contenidos que hablan de poetas, escritores o músicos, pero no si tratan de un trabajador, aunque tengan un valor artístico y cultural incuestionable", indica Moncada.
Para que nos hagamos una idea, los realizadores nos dan algunos de los títulos que, si el texto prosperase tal y como está redactado, quedarían fuera.
No tendrían cabida títulos como 'Barzaj', una producción del sevillano Alejandro G. Salgado, de 2019, que plantea el limbo de un grupo de jóvenes, los designados como 'menas', que esperan en Melilla el momento de alcanzar Europa.
Tampoco 'Descartes', un trabajo de Alejandro Alvarado y Concha Barquero que recoge el material censurado sobre el documental 'Rocío' a principios de los ochenta. La pareja de cineastas encontró en los almacenes de la Filmoteca Española 260 rollos de negativo, descartes del montaje que quedaron fuera de la versión final y que cobraron vida 40 años después en este documental de 2021.
Otro documental difícil de producir sin ayuda sería 'Litoral' (2019), un trabajo del malagueño Juanjo Rueda que, desde el entrañable diálogo entre el cineasta y su abuela octogenaria, fusiona pasado y presente. Este corto ha participado en numerosos festivales y ha recibido muy buena valoración por su belleza estética.
La cineasta Mercedes Moncada tendría complicado continuar con proyectos como 'El viento de Levante persigue al sol que se hunde en el mar', que tiene ahora entre manos, o 'Palabras mágicas para romper un encantamiento' (2012). Este documental fue seleccionado en 2012 como parte de la sección Reflecting Images del 25º Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam. La autora, de origen nicaragüense, narra en primera persona parte de la lucha de la guerrilla sandinista que tomó el poder en 1979. Moncada retoma el momento en que las cenizas del revolucionario Augusto C. Sandino, asesinado por las tropas estadounidenses, acaban en el lago Managua. El documental ha supuesto para ella la oportunidad de analizar las consecuencias de una historia que quedó inconclusa.
Son formas diferentes de contar historias y de plasmar la realidad de manera creativa, con una estética y un lenguaje específicos y sus propias reglas de narración. Puede tener muchos enfoques y diferentes puntos de vista, pero es tal cual, sin más artificio. Generalmente, no son superventas, pero se necesitan porque nos exponen mundos que quizá de otro modo jamás los habríamos conocido.
Tanto Moncada como Alvarado lamentan que sus propuestas no hayan sido escuchadas. A su extrañeza se añade el hecho de que se haya eliminado de la orden anterior, de 2017, la parte en la que al menos se contemplaba una línea de subvención destinada a los documentales de creación. El borrador ha excluido también algunas revisiones que este grupo propuso a la Junta hace un año. Por ejemplo, la extensión del apoyo al desarrollo de proyectos y al talento, así como la solicitud de la denominación de "obra audiovisual difícil" que debe protegerse.
"Es algo -explican- que ya ocurre en el resto del país y en otras comunidades autónomas como Galicia. Entendemos que el motivo es un desconocimiento del oficio, lo que acabará traduciéndose en un claro empobrecimiento del patrimonio cinematográfico andaluz".
El documento de la mesa de trabajo señala que los firmantes asumen el proyecto como "una amenaza de exclusión al desarrollo, promoción, producción, financiación y exhibición por parte de las políticas públicas culturales al cine de lo real". E insisten en que si finalmente se aprueba, el género de la producción de no ficción se queda sin opciones para crear y experimentar la realidad desde la diversidad y la valentía, quedando a merced del mercado y las plataformas". Además, añaden que, si bien las ayudas para largometrajes, animación y ficción televisiva incluyen a nuevos realizadores, esta condición no se tiene en cuenta en el caso de los documentales.
Las propuestas planteadas por los realizadores cuentan con el apoyo de festivales de cine como el de Sevilla o Málaga, además de profesionales como Benito Zambrano, Alberto Rodríguez, Gervasio Iglesias y Manuela Ocón. En cuanto tuvieron conocimiento del texto, los profesionales remitieron un documento de alegaciones al borrador de la orden y confían en que sus consideraciones sean tenidas en cuenta.
El cine documental tiene un valor significativo en la cinematografía y en este momento el documental de creación andaluz gozaba, según nos comentan los profesionales, de un momento estupendo dentro y fuera de nuestras fronteras. Si algo caracteriza al documental de creación es su diversidad. En él caben la autobiografía, el diario, las correspondencias fílmicas, el documental de compromiso o activista, el film ensayo, el metraje encontrado (muy usado en las películas de terror y falsos documentales) o el collage audiovisual. Una riqueza que no están dispuestos a echar a perder.