Clark Gable, el galán de Hollywood que protegía su virilidad y no quería que le viesen leer en público
Redefinió la masculinidad americana a pesar de sus complejos: orejas de soplillo, dientes postizos y halitosis
Se casó cinco veces y, tras enviudar de Carole Lombard, se embarcó en misiones suicidas durante la Segunda Guerra Mundial
En los últimos años, una supuesta violación ha enturbiado su legado
Cuando Clark Gable se quitaba la camisa en 'Sucedió una noche' el público descubría sorprendido que no llevaba camiseta interior. Durante los meses posteriores a su estreno, la venta de camisetas de tirantes cayó tan en picado que el New York Post llegó a plantear si acaso Gable había hundido una de las industrias, la del algodón, más emblemáticas de Estados Unidos.
Le llamaban "El rey de Hollywood" y no solo por su presencia regia: fue un referente de estilo, un modelo de conducta para la nación y se mantuvo en su trono durante tres décadas completas. Como los reyes de verdad, Clark Gable ostentó el título hasta su muerte. Pero en las últimas décadas se han ido desvelando aspectos más siniestros del protagonista de 'Lo que el viento se llevó' que plantean incógnitas en torno a su figura. Especialmente una hija ilegítima que tuvo con Loretta Young y que, según los descendientes de la actriz, fue fruto de una violación.
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Una estrella fabricada artificialmente
En los años 30 se decía que había más estrellas en la Metro-Goldwyn-Meyer que en el cielo y la que más fuerte y más tiempo brilló fue Clark Gable. Pero en aquella época las estrellas no nacían, sino que se construían desde los cimientos. Su madre murió antes de que él cumpliese un año, pero se crió con una madrastra que lo educó para que fuese un chaval sensible, culto y refinado. Su padre, sin embargo, trataba de embrutecerlo para hacer un hombre de él en los términos que, a principios del siglo XX (Gable nació en 1901), se entendía por "ser un hombre": cazar, arreglar coches, cortar leña. Pero ninguna actividad podía corregir el físico de Clark, que andaba desgarbado, tenía voz de pito y los dientes descolocados.
A los 20 años se comprometió con una actriz de su compañía teatral, Franz Dorfler, a través de la cual conoció a la representante Josephine Dillon. Dillon moldeó su imagen para convertirlo en un galán que equilibraba la virilidad solitaria del cowboy clásico americano con la elegancia sarcástica del dandy europeo que empezaba a ponerse de moda en los años 20. Le pagó unos dientes nuevos, le enseñó a caminar erguido y le educó la voz para que sonase más grave. Corrigió su postura al sentarse, cambió su peinado y empezó a vocalizar mejor. Y por supuesto, ensayó sus expresiones de canalla seductor con media sonrisa y una ceja levantada. El actor acabó dejando a Franz para casarse con Josephine Dillon, que era 17 años mayor que él y con quien mantenía una relación más maternofilial que romántica o sexual: según varios biógrafos, el matrimonio nunca llegó a consumar.
En 1930 se divorció de Josephine para casarse con Maria Langham, una millonaria texana 20 años mayor que él. Su carrera despegó en cuestión de meses gracias al éxito de 'Tierra de pasión'. A pesar de que el ejecutivo de Warner Darryl F. Zanuck descartó a Gable diciendo que "sus orejas son demasiado grandes y parece un mono", la MGM lo contrató y lanzó su carrera con un perfil que el publicista del estudio, Howard Strickling, describía como "un leñador en traje de gala". Gable fue el primer protagonista en aparecer con barba de tres días."Se ha creado una estrella que, en nuestra opinión, va a eclipsar a todas las demás”, admiraba el Hollywood Reporter, "Nunca hemos visto al público reaccionar con tanto entusiasmo como cuando Clark Gable entra en la pantalla". "Era un rey allá donde iba. Se ganó ese título. Caminaba como un rey, se comportaba como un rey y era el hombre más masculino que he visto en mi vida. Gable tenía pelotas", celebraba Joan Crawford. En 'Melodías de Broadway 1938', un Judy Garland de 15 años cantaba una canción de amor dedicada a "Mr Gable" con una foto del actor enfrente.
Sistemáticamente infiel: ¿leyenda o realidad?
Clark Gable tenía química con cualquier actriz con la que se le emparejase (y con Spencer Tracy, con quien rodó tres películas exitosas hasta que Gable renovó su contrato con la MGM y su cláusula de aparecer primero en los créditos chocaba con la misma cláusula en el contrato de su amigo Tracy). Resultaba convincente seduciendo a Jean Harlow, a Greta Garbo o a Joan Crawford. Con esta última tuvo, supuestamente, un romance de varios años que llegó a ser apodado como "el affaire que casi quema Hollywood".
Los estudios obligaban a sus estrellas a firmar cláusulas de moralidad que exigían que sirviesen como modelos de decencia para el público o podrían ser suspendidos de empleo y sueldo y Louis B. Meyer amenazó con destruir a Gable y Crawford si no rompían inmediatamente. El estudio, sin embargo, no tuvo reparos en cubrir el atropello de un viandante que falleció en el acto por parte de un Clark Gable que conducía borracho.
En 1936 agradeció el Oscar que ganó por 'Sucedió una noche' con un somero "Gracias". Luego le regaló la estatuilla a un chaval que le dijo que le parecía bonita. 'Sucedió una noche' puso de moda un subgénero nuevo, la comedia romántica screwball, y fue la primera de tres películas en ganar los cuatro Oscars principales: película, director, actor y actriz.
Al año siguiente otra película suya, 'Motín a bordo', ganó el Oscar y en 1940 se convirtió en el primer intérprete con tres títulos ganadores de Mejor película gracias a 'Lo que el viento se llevó'. Gable se negó a participar en la promoción de la película si no permitían a Hattie McDaniel, que acabaría ganado el Oscar por su papel de Mammie, entrar en los mismos edificios que él. Entre tantos triunfos 'La llamada de la selva', junto a Loretta Young, pasó desapercibida. Pero en su rodaje ocurrió una de las mayores leyendas negras de Hollywood.
La hija que nunca reconoció (y apenas conoció)
Loretta Young era una chica tan decente que iba a los rodajes con una urna para que cada persona que soltase una palabrota echase una moneda que luego ella donaba a conventos de monjas. ("Aquí tienes un billete de 20, hermana", le dijo Spencer Tracy, "Ahora vete a tomar por culo"). Mientras rodaba 'La llamada de la selva' Young, que tenía 23 años frente a los 34 de él, flirteó tanto con Gable que todo el mundo asumió que estaban teniendo una aventura.
Young era una estrella conocida por sus firmes creencias católicas, por lo que cuando se quedó embarazada de Gable decidió no abortar a pesar de estar soltera. Sin embargo, se ocultó durante los meses de gestación y cuando nació el bebé la dejó en un hospicio. Casi dos años después la recogió y contó en la prensa que la había adoptado.
La hija, que se llamaba Judy, se sometió a una operación de cirugía porque sus orejas grandes y separadas se parecían demasiado a las de su padre. Judy supo que Loretta Young no era su madre adoptiva sino biológica cuando cumplió 19 años. No fue hasta los 35, en la víspera de su boda, que se enteró de la identidad de su padre. Y eso que el parecido era tan evidente que fue su propio prometido quien le dijo "sabes que Clark Gable es tu padre, ¿verdad?".
El rey viudo
El actor solo visitó a su hija una vez en toda su vida. Young le envió un telegrama para notificarle el nacimiento que él ni siquiera respondió. Estaba empezando una nueva vida con su tercera mujer, Carole Lombard, con quien formó uno de los matrimonios más icónicos de Hollywood: su popularidad, su belleza y su éxito en taquilla los convertía en la monarquía del cine. Vivían en una granja y parecían extremadamente felices. Ella le convenció de que aceptase interpretar a Rhett Butler en 'Lo que el viento se llevó'.
Pero como si se tratase de una fábula trágica, Lombard falleció en un accidente de avión en 1942 cuando se dirigía a vender bonos de guerra. Al enterarse, Gable viajó hasta Las Vegas con su amigo Spencer Tracy y subió la montaña donde había siniestrado el avión para encontrar a su mujer. Durante los siguientes años el actor bebió sin parar y se alistó en el ejército para combatir en la Segunda Guerra Mundial con deseos suicidas (llegó al rango de comandante); Adolf Hitler lo consideraba semejante icono de la cultura americana (y era tan admirador de sus películas) que ordenó capturarlo con vida. Gable llegó a casarse por cuarta vez con una modelo británica. Se divorció un par de años después.
En ningún momento, eso sí, dejó de trabajar. Clark Gable siguió encabezando las encuestas de estrellas más populares entre el público, liderando la taquilla y cobrando los sueldos más altos de Hollywood durante los años 40 y 50. Jamás hizo un papel que no fuese protagonista absoluto. Gable solía alterar sus guiones porque había cosas que consideraba que su público jamás querría verle haciendo. En 'Torpedo' se negó a hundirse con el barco ("Clark Gable nunca se hunde"), en 'Vidas rebeldes' rechazó quitarle la novia al personaje de Eli Wallach y prohibía que le fotografiasen leyendo, a pesar de ser una de sus grandes pasiones, porque temía que emasculase su imagen.
Una muerte prematura
En 1955 se casó con la actriz Kay Williams y, cuando estaba a punto de cumplir los 60, parecía empezar una etapa dorada: rodaba 'Vidas rebeldes' de John Huston junto a Marilyn Monroe y Montgomery Clift, perdió 20 kilos dejando de beber y de fumar y su esposa estaba embarazada. "Hay chicos más jóvenes, como Marlon Brando o William Holden, que atraen a mujeres de cierta edad. Pero ninguno consigue seducir a todas las mujeres de todas las edades como Gable”, decía un ejecutivo de Fox (en aquel momento, propiedad de Daryl F. Zanuck) respecto al hecho de que Clark Gable fuese la estrella más popular entre el público en 1955 a los 54 años.
En los meses de embarazo, el actor iba contando que planeaba retirarse en cuanto terminase el rodaje de 'Vidas rebeldes' para ejercer por primera vez como padre. Pero cuatro meses antes de que Kay diese a luz, Clark Gable falleció de un ataque al corazón. "No fueron los esfuerzos físicos lo que le mataron" dijo Kay, "Fue la tensión horrible, las esperas eternas. Se pasó la vida esperando a los demás [y según él mismo contó, durante el rodaje de 'Vidas rebeldes', esperando a que Monroe apareciera] y se enfadaba tanto que hacía cualquier cosa con tal de mantenerse ocupado". El actor fue enterrado junto a Carole Lombard.
Una escabrosa historia publicada post mortem
En 2015, 55 años después de la muerte de Gable y cuando la propia Loretta Young también fallecido, los hijos de la actriz desvelaron una historia que ella les había contado en los 80 cuando vivía retirada en Beverly Hills. Mientras veían un programa de televisión sobre distintos tipos de abuso sexual, el presentador describió las violaciones entre parejas. La actriz, que entonces pasaba de los 70, pidió que le explicaran cómo un hombre podía violar a una mujer con la que tenía algún tipo de relación o amistad. Cuando su nuera le explicó que si una mujer dice que no y el hombre insiste hasta doblegarla es una violación, Young replicó "Pues eso es lo que ocurrió entre Clark y yo".
Loretta Young se sintió avergonzada por aquel episodio, que además ocurrió en el coche cama de un tren camino a Hollywood, durante toda su vida. Tanto, que le pidió a su familia que no lo contase hasta después de haber muerto. Cuando se desveló la historia en 2015 apenas tuvo repercusión.
El mito de Clark Gable está esculpido en piedra en el imaginario de Hollywood. Aunque a Tom Hanks se le apodó "el nuevo Jimmy Stewart", a George Clooney "el nuevo Cary Grant" y a Brad Pitt "el nuevo Robert Redford", ningún actor ha recibido el sobrenombre de "el nuevo Clark Gable". Nadie se ha acercado a la magnitud de su fama. Nadie podría haber sobrevivido a un papel tan icónico como Rhett Butler.
Desde que se quitó aquella camisa para mostrar su torso en pantalla, Gable representó el molde de la masculinidad americana durante todo el siglo XX: su nombre inspiró el de Superman y hasta Bugs Bunny está modelado en base a la escena de 'Sucedió una noche' en la que Gable se apoyaba en un árbol a comer una zanahoria con gesto socarrón. Su estrategia para que el público lo admirase a través de sus papeles caló tan hondo en la cultura que ahora, 40 años después de su muerte, el público parece incapaz de asumir que Clark Gable tenía lados oscuros. En vez de eso, deciden creer una frase que él repetía una y otra vez: "No soy actor, nunca lo he sido, lo que la gente ve en la pantalla soy yo".