El actor y director Clint Eastwood sopla, nada más y nada menos, que noventa y una velas. Cuando era veinteañero no logró convencer a Hollywood, que acabó desechándole por su físico peculiar. No fue hasta 1966, cuando el director italiano, Sergio Leone, lo descubrió y lo catapultó a la fama. De aquella relación profesional surgió una trilogía: 'Por un puñado de dólares', 'La muerte tenía un precio' y 'El bueno, el feo y el malo'. De los 'spaguettis westerns' pasó a interpretar a un hombre con un perfil más moderno, pero igualmente tosco. Nos referimos a películas como 'Harry el sucio' o 'La fuga de Alcatraz', ambas de Don Siegel. Fueron estos dos directores - Leone y Siegel - quienes más han influido en la filmografía como director de Eastwood. Y pese a no ser muy taquillero, los espectadores admiran su forma de hacer cine, ya sea delante o detrás de las cámaras y sobre todo esa pose de tipo duro, que recordamos en el vídeo.