Denzel Washington, el 'gentleman a la antigua' que rechazó besar a Julia Roberts o a Whitney Houston
Denzel Washington, protagonista del 'ciclo de cine Upper' que emite Mediaset
Denzel Washington demuestra que se puede tener sólidos principios éticos y ser una super-estrella capaz de brillar aún en remakes tan peliagudos como 'Los siete magníficos', próximamente en 'Cine Uppers'
A punto de cumplir los 65 años mejor llevados de Hollywood, Denzel Washington se maneja, igual en escena que en su vida privada, siguiendo el credo que un día le enseñó Sidney Poitier: “Si te ven gratis toda la semana, nadie pagará por verte el fin de semana”. Ese celo con el que trata de salvaguardar su integridad a veces resulta exasperante y así se lo han hecho saber en más de una ocasión críticos y directores con los que ha trabajado. Digamos que rayó en lo patológico cuando se negó a besar a Julia Roberts en ‘El informe pelícano’ (1993). No acabamos de saber si fue un gesto desafiante contra ese Hollywood tan habituado a presentar al hombre negro como auténtico depredador de mujeres blancas o un guiño honroso a las estrellas femeninas afroamericanas, prácticamente excluidas del registro de mujeres deseadas.
Sólidos principios éticos
Paradójicamente, ambos protagonizaron el beso más apasionado de la noche durante la ceremonia de los Oscar 2002 cuando la actriz, espléndida en su traje negro de Armani, le entregó la estatuilla al mejor actor sin que pudiera reprimir su desenfrenada alegría. “Es el mejor intérprete de su generación”, afirmaría después. Tampoco hubo beso con Whitney Houston en ‘La mujer del predicador’ (1996). Entonces la excusa para su exceso de continencia fue que ella estaba casada y él era un ángel. Después de rechazar un papel en ‘Seven’ por considerarla descomedida en maldad, Denzel dejó claro que no da un paso si no responde a lo que, según declaró hace seis meses al recibir su premio AFI, le ha enseñado su esposa Pauletta durante 40 años: “La fe, la espiritualidad y el amor verdadero e inquebrantable a pesar de mí mismo”.
El cine ha sido su principal plataforma para predicar y se ha convertido en líder racial en una industria como la de Hollywood, poco amable con las minorías. Michael B. Jordan dice que necesitamos superhéroes como Denzel para este mundo “cansado y aturdidor”. Incombustible y respetado, sabe de sobra dónde se siente bien y no parece muy dispuesto a experimentar, menos a estas alturas. Es una libertad ganada a pulso.
Chris Pratt y Denzel Washington, duelo de estrellas
Aun con su caminar algo desgarbado, con los hombros ligeramente vencidos hacia adelante, Denzel proyecta una imagen poderosa con porte sansón. En la naturaleza sería como el grafeno, uno de los materiales más resistentes que existen, pero con una nota de fragilidad que hacen que sea de rotura fácil. Extraño, pero fundamental en el Hollywood de las últimas décadas. Su habilidad para conectar con la audiencia queda expuesta en ‘Los siete magníficos’, donde encontramos a un Denzel que ha madurado a galán sin necesidad de desprenderse de su halo santurrón. Se trata de una puesta al día de la cinta homónima de John Sturges con momentos memorables que nos trasladan al original, de 1960. Dos horas y cuarto de western de acción con la genial interpretación de Chris Pratt y, por supuesto, del actor afroamericano, los grandes protagonistas. En este duelo interpretativo, su personalidad comedida contrasta con su sarcástico compañero, pero sin perder complicidad. De nuevo un pueblo acosado por el villano y sus hombres con la venganza como propulsora del comportamiento humano.
Estrenada en septiembre de 2016, Antoine Fuqua, su director, ha sabido ajustar su papel de Sam Chisolm al sentido de la ética del actor. Como agente federal captura hombres huidos de la justicia, vivos o muertos, pero la causa es noble. El género de acción tiene un público incondicional y este es un título mítico muy atractivo para pasar un buen rato y disfrutar de una de las interpretaciones carismáticas de Washington.