José Antonio Rojo, 'la antorcha humana', sobre cómo es su vida a lo bonzo: "Ardí 10 veces en una noche para grabar un anuncio"
Los especialistas de cine son una parte fundamental de los rodajes, sobre todo si hay escenas de gran riesgo
José Antonio 'Txetxu' Rojo se quema a lo bonzo para las escenas que lo requieren, y es de los pocos que lo hacen en España
De media se cobra, nos dice, unos 3.000 por escena, pero el sector ha decaído mucho en los últimos tiempos
José Antonio 'Txetxu' Rojo se acaba de apagar el fuego que le cubría el cuerpo. Y no es la primera vez que lo hace. De hecho, le gusta. Le gusta y, además, le pagan por ello. Combinación perfecta para ser feliz. Él es "el hombre antorcha", uno de los pocos especialistas a nivel mundial que es capaz de realizar estas técnicas tan complicadas. Tal es su grado de afición por su trabajo que, como nos contará más adelante, en una ocasión tuvo que prenderse a lo bonzo durante diez veces seguidas para grabar un anuncio. De los riesgos, las pasiones y el estado de la profesión hablamos con él.
A sus 51 años, nuestro hombre antorcha ha hecho prácticamente de todo: empezó en el mundo de la fotografía, después de pasó al cine, donde vio que lo suyo no era estar pegado a una cámara, sino en el lado de la acción. Se ha tirado desde las alturas, ha rodado por escaleras, ha coordinado escenas de riesgo, ha fabricado sus propios geles y, sobre todo, ha ardido. "Vivo de esto para ser especialista, y moriremos con las botas puestas. La cosa es estar en este mundo haciendo las cosas que nos gustan, totalmente en activo".
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Sin embargo, los tiempos han cambiado, también en este ámbito. "Va a peor. En los 60 no había seguridad pero se cobraba y se respetaba muchísimo más que ahora. Hoy por hoy hay mucho intrusismo de las agencias de figuración que ofrecen especialistas sin coordinador de seguridad ni condiciones ni medidas, y directores con los que has trabajado les da igual y prefieren contratarlos", nos confiesa.
"Lo que no se valora es la vida que nos jugamos en los rodajes. Por eso no estamos en los Goya ni en la Academia, porque no quieren pagar lo que vale nuestro trabajo. Una escena de fuego, en la que intervienen cuatro personas mínimo, sale a una media de 3.000 euros, pero a medida que nos vamos quitando ropa, al ser más riesgo, es más caro. Y cuantas más repeticiones, más caro, lógicamente", nos cuenta este especialista.
La pasión la lleva en la sangre
A pesar de la situación del sector, Rojo nos cuenta que está todo el rato enredando durante los rodajes, buscando nuevas formas de innovación. "El momento en el que no disfrute haciendo mi trabajo, lo dejaré, pero ahora mismo estoy en plena forma y me encanta. Si me tengo que tirar por unas escaleras, me tiro. Cuando pierda eso, ya no tendrá sentido. Concibo esto porque me gusta y lo vivo", dice.
Además, a modo de confesión, el especialista bromea con que su hijo, de apenas año y medio, ya está siguiendo sus pasos. "No se puede decir mucho, pero él ya se tira por las escaleras rodando, del caballo balancín, tiene un tatami profesional en su habitación de juegos, se tira en plancha, de espaldas... Lo malo es que también lo hace en el colegio y la profesora se queja", cuenta con gracia Rojo. "Yo no lo he enseñado a tirarse por las escaleras, ojo, pero lo lleva ahí dentro. Igual luego me sale futbolista y me jode".