Las películas de coches con las que no deberías malgastar el tiempo
Hay auténticos despropósitos de películas que no deberías ni pararte a ver
En un reportaje anterior ya te hemos comentado que, si te ha gustado 'Le Mans 66' no deberías dejar de ver 'Grand Prix', 'Winning', 'Le Mans', 'Rush', 'The Italian Job', 'Senna' y 'Cars'.
De la misma manera que te hemos recomendado encarecidamente ver unas cuantas pelis de coches de las buenas, de las que hacen afición, a lo largo de la historia nos hemos tragado unos cuantos 'truños' que lo único que han logrado es lamentar el precio pagado por la entrada del cine o el tiempo perdido viendo una serie de despropósitos que no se acercan, ni de lejos, a recrear una competición real o una persecución con visos de estar cerca de la realidad.
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Así que si estás 'on fire' tras salir del cine de ver 'Le Mans 66' y estás dispuesto a adentrarte en el género del motor, te vamos a ahorrar trabajo y unos cuantos disgustos… porque hay películas con las que, claramente, no merece la pena perder el tiempo.
Toma nota y ahorra tiempo y dinero
Especialmente dolorosa para el que suscribe fue la película 'Drive', de Ryan Gosling. Su chaqueta y sus guantes es lo único que merece la pena de una peli que fui a ver en 2011 al cine con mucha ilusión y que me hizo perder la fe en las pelis protagonizadas por coches.
'Need for Speed' y la serie cinematográfica 'Fast & Furious' (van ya 8, si no recuerdo mal), quizá empezaron con ideas más respetuosas con los coches pero al final es un mero desfile de escenas de acción y chicas guapas ligeras de ropa, sobre todo en F&F, sin ningún sentido argumental. Aún así, tienen sus adeptos y funcionan en taquilla.
En los mentideros del motor se dice que la película de Sylvester Stallone 'Driven' (2001), ambientada en la CART estadounidense, pretendía originalmente ser un fiel reflejo de la F1 pero Bernie Ecclestone vio cómo estaba el patio y dio un portazo al proyecto. Viendo el resultado y escenas como la de dos monoplazas saliendo del circuito en plena película y perseguirse por el medio de la ciudad explica bien a las claras las razones del bueno de Bernie. Un despropósito increíble de película, en la línea de la protagonizada por Tom Cruise y ambientada en el proceloso mundo de la Nascar. 'Días de Trueno' pasó sin pena ni gloria por nuestras pantallas, a pesar de que junto a Cruise estaba Nicole Kidman y la BSO la firmaba el prolífico y talentoso Hans Zimmer.
A pesar de que no son películas de competiciones automovilísticas, no me resisto a mencionar un 'ramillete de florecillas' que no han ayudado en nada al mundo de las cuatro ruedas, a pesar de que los coches son auténticos protagonistas en las mismas. Lamentable es 60 segundos de Nicolas Cage, con una trama que no se le ocurriría ni al becario del becario de la peor compañía cinematográfica de Valdeburras del Melonar.
Jason Statham casi hace creíble 'Transporter', pero sus secuelas no terminaron de justificar la original, que contaba con un guión bastante defendible. El propio actor británico aprovechó su fama en esta película para rodar la esperpéntica 'Death Race' (2008) con una trama que rivalizaría con la mencionada antes de Nicolas Cage.
'Taxi Express' es una película francesa de 1998 que tiene muchos fans en su país, pero de nuevo las sucesivas secuelas acabaron con su escasa credibilidad. Las persecuciones en París de Ronin son aún más espectaculares, quizá las mejores que ha visto el que suscribe. La peli no está nada mal, aunque los coches no son los protagonistas de este celuloide.
Por último, en clave de humor, 'Los locos de Cannonball' (1981) ha perdido mucho con el paso del tiempo, pero aún aguanta una mala tarde lluviosa de domingo si no hay mejor plan. Burt Reynolds aporta su granito de arena en la que es una especie de parodia de la original Cannonball de 1976 con David Carradine y ambientada en la carrera ilegal TransAmérica Grand Prix, entre Los Ángeles y Nueva York.