¿Por qué Al Pacino tuvo celos de Marlon Brando?

Este año se cumple medio siglo del estreno de El Padrino, una de las películas más importantes de la historia del séptimo arte. Dirigida por el legendario Francis Ford Coppola y basada en el libro homónimo de Mario Ponzi, la película revolucionó el cine de la década de los 70 y el subgénero del cine de gángster gracias a la riqueza de su lenguaje cinematográfico y a la mirada que ofrecía sobre la violencia, la criminalidad y el propio ser humano.

La película, que se estrenó en 1972, fue recibida con el aplauso del público y la crítica. Convertido en uno de los estrenos más taquilleros de la cartelera, recibió once nominaciones para la 45ª ceremonia de los Premios Oscar, entre las que se encontraban cinco de las categorías más prestigiosas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actor de Reparto y Mejor Guión Adaptado.

A pesar de que al final solo pudo llevarse tres de las once estatuillas (mejor película, mejor actor y mejor guión adaptado), El Padrino sirvió para relanzar la carrera de Marlon Brando y para lanzar a la fama al propio Coppola, que por aquel entonces solo tenía 32 años, y a Al Pacino, cuya trayectoria profesional, hasta entonces, había estado centrada principalmente en el teatro.

A pesar de que hoy en día está considerada como la obra maestra del subgénero gángster, El Padrino estuvo a punto de no existir por todos los problemas que hubo durante su rodaje.

Estos problemas comenzaron antes del casting, cuando Paramount Pictures se encontró con que había comprado los derechos de un libro superventas. La productora, que había adquirido los derechos de la obra antes de que terminase, había pensado en hacer una adaptación rápida y barata de la novela, que ni siquiera terminaba de convencerles, y al encontrarse con que tenían un éxito en sus manos pensaron en dar carpetazo al proyecto porque no sabían si iban a poder estar a la altura.

Al final, afortunadamente, decidieron seguir adelante, pero lo que siguió fue una búsqueda de director tremendamente complicada en la que tentaron, sin suerte, hasta a doce directores antes de conformarse con Coppola, que por aquel entonces ya había dirigido ‘Ya eres un gran chico’ y ‘Patton’.

Tras elegir a su director, la productora comenzó un arduo casting para encontrar a los actores que protagonizarían la película. Y aunque hoy en día se nos haga imposible imaginar El Padrino sin Marlon Brando o Al Pacino, lo cierto es que a Paramount no le convencían ninguno de los dos actores. En Brando, que de aquella había encadenado varios fracasos comerciales, veían un riesgo inasumible. De Al Pacino, en cambio, lo que no les gustaba era que fuese un desconocido: ellos lo que querían era una estrella de cine, como Robert Redford o Warren Beatty, no a alguien que viniese del mundo del teatro.

A esta reticencia, además, había que sumarle una prueba de casting bastante desastrosa por parte del italoamericano, que al final se hizo con el papel gracias a la insistencia de Coppola, que lo quería sí o sí en el proyecto. Brando, en cambio, lo clavó en una prueba que hizo sin saber que, de hecho, estaba en una prueba, y los productores no tuvieron más remedio que aceptarlo.

Con el plantel completo y un presupuesto de seis millones de dólares, El Padrino comenzó su rodaje, que fue tan accidentado como todo el proceso de casting. Prueba de ello tenemos en el hecho de que Coppola estuviese a punto de ser despedido en más de una ocasión y en las propias declaraciones que Al Pacino hizo en el festival de cine de Tribeca de 2017, en el que confesó que llegó a pensar que El Padrino era “la peor película jamás hecha”.

A pesar de todos los problemas, El Padrino se coronó en 1972 como una de las mejores películas de la historia, y tanto Coppola como Brando y Pacino fueron reconocidos por la crítica. Cada uno de ellos, de hecho, consiguió una nominación a los Oscar, pero Al Pacino no pareció muy satisfecho con las elecciones de la Academia.

El actor, que durante el rodaje había cobrado veinte veces menos que Brando, no entendía que su compañero hubiese sido nominado a la categoría de Mejor Actor mientras que él, que aparecía mucho más en la pantalla, quedaba relegado a la de Mejor Actor de Reparto.

A raíz de este descontento, el actor decidió no acudir a la ceremonia a modo de boicot. ¿Cuestión de celos? Curiosamente, Brando, del que algunos dicen que tenía celos, tampoco acudió a la gala y, en su lugar, envió a la actriz y activista por los derechos de los nativos americanos Sacheen Littlefeather, que anunció en su nombre que no podía aceptar el premio por “el trato que reciben los indios americanos en la industria del cine”. ¿Doble boicot?