Hay un horizonte marcado en 65 años. Como los 18, los 65 son, en términos de edad, un número clave. Con más consecuencias legales que significado real, porque quien ha pasado por una o las dos edades ya, sabe que antes y después de cumplir esos números no se cambia como persona. Se es la misma, pero con un empujón de derechos y responsabilidades extra: a los 18, en España, se es mayor de edad, es decir, se adquiere la capacidad de obrar plena, lo que significa que las personas pueden viajar, casarse, votar, etc. A los 65, es posible jubilarse. Pero, ¿qué pasa con quienes trabajan en lo que más les divierte y apasiona en el mundo? ¿Qué pasa con quienes, por trabajar de lo que les gusta, han vivido mucho tiempo sin cobrar un sueldo y por lo tanto, no han cotizado lo suficiente?
Los actores, los artistas en general, pueden identificarse con ambas situaciones. Muchos de ellos no piensan en la jubilación porque no les interesa dejar de actuar. Pero hay quienes saben que su pensión no será suficiente y prefieren mantener su estándar de vida saliendo al escenario cada semana.
En la alfombra roja de los Premios Platino, hablamos con varios de ellos y sus perspectivas son de lo más diversas. Cayetana Guillén-Cuervo, flamante directora de la Academia de las Artes Escénicas de España, tiene 52 años y más de 30 de carrera, sin embargo, no piensa dejar de subirse a un escenario: "Formo parte de una saga de actores, llevo toda la vida trabajando, desde los 14 años... Lo que sí me gustaría es tener más tiempo para mí".
Para Darío Grandinetti, protagonista de la serie Hierro, tampoco se lo plantea: "No lo pienso, aún los que tenemos la fortuna de tener mucho trabajo sabemos que es de dos meses... vivimos en la incertidumbre".
Fernando Tejero, del elenco de La que se avecina, Darko Peric, el querido Helsinki de La Casa de Papel, y otros personajes también analizaron su futuro para la cámara de Uppers.