Cristina Campos (Barcelona, 47 años) se ha puesto a investigar qué le pasa a una mujer cuando el deseo llama a su puerta después de varios años casada con otro hombre. Es decir, qué le pasa en su intimidad a una mujer que ronda los 50 cuando es infiel. La directora de Casting y guionista, nueva finalista del Premio Planeta (200.000 euros) con este 'Historias de mujeres casadas', se ha puesto a preguntar a su entorno, "mujeres blancas, privilegiadas, independientes económicamente de su marido", como ella misma explica, para intentar trazar un mapa literario de casuísticas con puntos generacionales en común.
Según ella, los resultados del sondeo y del proceso de escritura vienen a ser claros: "el deseo es peligroso", "el poliamor o abrir la pareja es maravilloso, pero yo no sé si podría y mi generación no está preparada" y "los hombres pueden seguir acostándose con su mujer mientras tienen un amante o pagan prostitución, pero las mujeres no". Y lo que es más importante: "La gente de mi generación no se separa por sus hijos". Por todo ello le preguntamos en esta entrevista exclusiva con Uppers, a las pocas horas de hacerse con el galardón.
¿Cuál es la trama concreta de tu novela?
Arranca con tres mujeres de mi edad que se conocen en una revista femenina y lo que hago es diseccionar la historia de sus matrimonios. Son Gabriela, Silvia y Cosima. Gabriela está con un tipo sensible, amable, que la quiere muchísimo, pero lleva casada más de una década. Y ella empieza una doble vida con otro hombre. Le mira, mira a otro hombre de repente, y comienza todo.
¿El deseo cuando llama, sí o no?
El deseo es peligroso. A veces si juegas con los sentimientos puedes quemarte. Gabriela puede empezar una relación con él o no… pero le puede la sed de aventura. El tipo con el que se cruza también está casado y es un escritor que conoce y admira. Y bueno, empieza con un beso, y luego piensa que será solo una noche, y luego hay una segunda y una tercera… Acaba enamorada de este hombre.
Diferencias mucho entre la infidelidad masculina y femenina, ¿son tan diferentes?
La novela habla también de la diferencia de la doble vida de las mujeres y de los hombres. Cómo a las mujeres nos es difícil ser infiel a nuestros maridos y seguir la vida tal cual. Bueno, a un tipo de mujer. Y sin embargo, cómo los hombres pueden seguir con sus matrimonios tal cual.
¿Nunca sale bien?
Tengo varias amigas que han sido infieles a sus maridos y no ha salido bien. No han sido capaces de seguir con su marido y su amante. Y sin embargo he hablado con hombres que sí han sido capaces de diferenciar muy bien quién era su mujer y quién otra cosa, y no han acabado separados. Este tema de la diferencia entre la doble vida masculina y femenina me parecía interesante.
¿Qué es una infidelidad?
Estar casada con un hombre y enamorarte de otro. O incluso tener una relación de un día.
¿Empieza una infidelidad solo cuando hay sexo?
Claro. Gabriela empieza entregando su cuerpo, y se autoconvence que no será más, pero acaba entregando su alma. Es incapaz de seguir su vida con su marido tal cual.
¿Qué opinas de las relaciones abiertas?
Me parecen maravillosas, pero yo no sé si sabría llevarlas. Pero bueno, estamos en una época diferente. Tengo una hija de 22 años que sabe perfectamente lo que es el poliamor, aunque diría que no hay tenido nunca una relación así. Me parece fantástico, pero no sé si nuestra generación está preparada para ello. No sé si sabría llevarlo, aunque quizá sí, como llevo 15 años casada. De hecho, sería lógico que pasase, porque el deseo sexual tras mucho tiempo no es el que era… sería estupendo que pasase y seguir estando con tu marido a la vez, pero yo tengo dudas de si sabría. Gabriela, mi personaje, no puede. Sin embargo, Pablo, su amante, sí se acuesta con ella y con su mujer sin ningún problema.
¿Crees que la generación de los 50 está un poco…?
Desfasada, ¿no? (risas)
…Quería decir atrapada entre la generación de sus padres, más normativa y con matrimonios para toda la vida, y la de sus hijos, que contemplan más las relaciones abiertas y queer
Sí, puede ser. Estamos un poco en medio de estas nuevas relaciones del feminismo y del nuevo amor, y todavía es difícil que una mujer de mi edad encaje el poliamor. Atrapados diría que no. Gabriela puede separarse de su marido, es económicamente independiente, pero le puede su hijo, su familia. Y a pesar de haberse enamorado de otro hombre decide quedarse ahí. Les llevo al límite. Están a punto de separarse en varias ocasiones pero siguen luchando por mantener la familia.
Afirmas que la gente no se separa por sus hijos
Gabriela es una europea, blanca y privilegiada. Independiente económicamente de su marido, con lo cual tiene toda la libertad para divorciarse. Y no lo hace por su hijo. Sí creo que las mujeres de hoy en día nos puede la familia y si no nos separamos lo hacemos por los hijos.
¿No crees que justo por los hijos habría que separarse?
Depende de cómo sea la relación. Puedes tener una buena relación con tu pareja pero no desearlo sexualmente, que sientas deseo por otro hombre. Y eso te da todo el derecho a separarte, pero priorizas la familia, la estabilidad, el bienestar de tus hijos… Gabriela y Germán, su marido, se llevan bien, hacen equipo, pero llevan 17 años casados, con lo que eso significa en la sociedad contemporánea.
¿Qué tres consejos darías si el deseo llama a tu puerta y estás casada?
Qué difícil. Aconsejar no sé si puedo aconsejar a una mujer que desea a otro hombre que no es su marido… Yo no daría el paso. No puedo aconsejar. Tengo una amiga que ha sido infiel y me dijo: ‘yo prefiero haberlo vivido, haber sentido esta relación que me ha vuelto loca completamente, pero ha sido divertido… pasión, sexo, deseo puro’. Es una mujer de mi edad, pero es extranjera y no se ha separado de su marido. La única de las cinco amigas que sé que han sigo infieles que no se ha separado. Las otras cuatro son españolas y creo que influye. Dos han seguido con los amantes y las otras no.
¿Crees que el deseo femenino ha estado coartado socialmente en los últimos años?
El deseo femenino acaba vinculándose siempre con el amor, no se desvincula. Una de las tramas habla de una mujer que está casada con un hombre que no la desea, y él paga a prostitutas de lujo. El tema de la prostitución es brutal en nuestro país. Tienen una relación con una prostituta, le pagan 300 euros y se van a su casa con su mujer. Hay pocos gigolós, sin embargo. La mujer cuando es infiel no está buscando saciar solo un deseo sexual: busca una experiencia bonita, enamorarse otra vez, vivir una historia de amor.
¿Las mujeres no tenemos sexo por sexo, siempre hay algo más?
No sé si todas. Mi novela habla de un tipo de mujer, de la mayoría de las que conozco, que no separar el sexo del sentimiento, del amor. No conozco a muchas mujeres que se vayan con hombres indistintamente o que pague a un gigoló, no conozco a ninguna. Sin embargo, varios hombres me han confesado que sí pagan por sexo. Y ahí no me meto, soy una mera observadora.
¿Qué nos falta para ser más libres en el amor?
No sé qué contestarte. Más tiempo, supongo, no sabría responder a esta pregunta tan compleja.