Alonso Guerrero, exmarido de la Reina Letizia, vuelve con una novela que todo apunta que será un éxito, 'Las mujeres felices son una quimera'. Primero por la trama, un thriller de un asesino en serie de lo más sugerente y por otro, por las similitudes o referencias que deja entrever de la historia que vivió con Ortiz Rocasolano cuando ni ella misma podría presagiar que conocería al heredero al trono.

Además, Almuzara, la editorial Manuel Pimentel, exministro de Aznar, que es la que lo va a publicar saben que es caballo ganador como lo fue 'El amor de Penny Robinson'. El pacense se presentó a un concurso con 36 autores más, bajo el pseudónimo 'El paseante del puente' y se hizo con el I Premio Internacional de Novela Jurídica. Los miembros del jurado, fiscales y abogados, lo tuvieron muy difícil para elegir entre 29 finalistas. "Esta novela es muy buena. Escrita al más puro estilo de Raymond Chandler", ha explicado Cesar Girón, letrado y miembro del jurado a 'La Razón'.

"Si tengo que ser sincero, hemos tenido mucha suerte de que el ganador fuera el exmarido de la Reina Letizia. Sabemos que este hecho es garantía de una buena publicidad. Pero también debo decir que ninguno teníamos ni idea de quién era Alonso Guerrero. Cuando nos metimos en Google y vimos que había estado casado con la Reina, fue una sorpresa agradable para nosotros", ha revelado Girón.

La novela saldrá al mercado el próximo 18 de noviembre y solamente con estas pinceladas ha comenzado a calentar el ambiente. El escritor se introduce de lleno en las 'dark web', un terreno en el que se desenvuelve portentosamente, a través de 18 capítulos con una trama muy ligada y un final sorprendente.

Enrique Lahoz, un agente de la policía jurídica tiene por delante una serie asesinatos en serie en Madrid. Casualmente se enamora de "una periodista más joven que él", como le sucedió a la pareja en la vida real. La reportera es "de mentón decidido, pero sutilmente bello y delicado, guapa y de una boca grande donde podía alojarse la ironía", escribe el propio autor en su obra. Sin duda, un similitud muy parecida a la mujer, a esa Letizia Ortiz Rocasolano que cautivó al profesor de literatura.

El romance entre el protagonista y la periodista también será toda una sorpresa. Tras leer el libro, Girón hace un resumen del personaje fetiche de la obra de Guerrero. "Es la típica mujer fatal, periodista, alocada, más joven que Lahoz, que acaba relacionándose amorosamente con él, con artimañas de engaño", ha comentado.

Sea en referencia a su ex o otros periodistas con los que se haya encontrado, o una advertencia a estos que vamos a comenzar a escudriñas analogías en la novela, su personaje le dice a la protagonista: "Los periodistas confundís demasiado a menudo la actualidad con vuestra vanidad o vuestra soberbia. Los periodistas sois como los poetas: nunca decís nada que no pueda firmar otro. Más aún, os encanta que la verdad la gestionen los demás, así podéis contarla". En otra parte también el policía le comenta a su novia: "El deseo es algo tan prescindible como una prótesis, aunque hay muchos que son incapaces de prescindir de ellas".

Pero no son las únicas referencias. La trama transcurre en Madrid en torno a zonas, como la del Retiro, el Barrio de Salamanca, el del Pilar o Chamartín, zonas por donde Letizia se ha desenvuelto.

Otra casualidad es que Lahoz tiene que acometer la muerte de Doncel. O es que conectaron muy bien en la época que se conocieron, o resulta que Doncel lleva el mismo nombre del libro que una Letizia Ortiz regaló al Príncipe Felipe con motivo de su pedida de mano: 'El doncel de Don Enrique el doliente', de Larra. "Una joya literaria", dijo la periodista de su obsequio a su novio.  Y para más inri, el protagonista del thriller de Guerrero se llama Enrique.

También hace referencias al propio llama Alonso porque el asesino va dejando cadáveres por la villa y sus alrededores y uno de ellos es en Alcalá de Henares, lugar donde dio clases Alonso Guerrero. Solo queda que salga este 18 de noviembre para seguir buscando parecidos con la realidad o quedarnos con eso de cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.