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Lo suyo fue una amistad por proximidad. Lo contaba el propio Pérez-.Reverte en una columna del año 2014. Todo empezó, relata "siendo vecinos de página en 'XLSemanal', cuando empezamos a hacernos mutuas alusiones humorísticas que eran seguidas con regocijo por los lectores, y que se convirtieron en habituales después de un texto mío titulado 'Odio a Javier Marías', motivado por mi indignación cuando uno de mis artículos apareció junto a una página de publicidad que mostraba a un apuesto moro con turbante, mientras que el suyo salía junto a uno de sujetadores de señora, encarnado en un abundante y atractivo escote" dice Reverte contaba reverte fiel a su estilo.
"Él respondió con otro artículo titulado 'No aguanto a Pérez-Reverte', y a partir de entonces aquella guasa nos fue acercando cada vez más, y los que antes eran simples lectores uno del otro se convirtieron en amigos".
Esa proximidad, sin embargo, iba mucho más de lo anecdótico. Tenías raíces más profundas, tanto que llegaban a la infancia. "Quizá por eso dije alguna vez que nuestra diferencia y afinidad provienen de lo mismo: vimos de pequeños las mismas películas, leímos los mismos tebeos y los mismos libros, pero él quiso escribirlos, y yo vivirlos. Y es ahora cuando nos encontramos de nuevo, cada uno con la mochila bien llena, de vuelta de la isla de sus propios piratas", decía Reverte.
Hace poco más de un año, con el Covid en pleno proceso de 'gripalización', el virus complicó la salud de Marías provocándole una neumonía bilateral, producto de la cual fallecía en Madrid.
Pérez-Reverte lo recordaba así en estos días:
"Ya ha pasado un año, pero sigo echando de menos nuestras cenas en Lucio", dice el creador del Capitán Alatriste, en alusión a las cenas que solían compartir en el tradicional restaurante del barrio de La Latina, por lo general cuando ambos salían de las sesiones de la Real Academia de la Lengua, de la que eran miembros y donde también se sentaban juntos. Genio y figura, Reverte una vez le regaló a Marías una Luger, que el autor de 'Corazón tan blanco' empezó a montar y desmontar allí mismo para escándalo del resto de académicos.
"Nunca hablábamos de literatura, sino de cine de John Ford, tebeos y novelas de aventuras", dice también Reverte en su post. Ambos compartían la fascinación por las cintas con John Wayne o Ava Gardner, por Billy Wilder, y particularmente por un personaje muchas veces llevado al cine: Sherlock Holmes. "Holmes es el personaje literario que me habría gustado ser" le diría Marías a Pérez-Reverte en una ocasión.
"Creo, o deseo creer, que nunca mueres del todo mientras quienes te quisieron te recuerdan y añoran" concluye el post Reverte. Y, si es así, Marías está y seguirá estando con nosotros.