El dramaturgo noruego Jon Fosse, Premio Nobel de Literatura: su pasión por Lorca y su desdén por Dylan
Ni Zurita, ni Cartarescu ni Carson: la Academia Sueca despistó otra vez a los expertos y anunció el Nobel de Literatura para el reconocido dramaturgo noruego
Parte de los 'eternos aspirantes' al codiciado premio, Fosse es también ensayista, poeta y novelista
Libros como 'Mañana y tarde' o 'Trilogía' han sido publicados en España por los sellos Nórdica y De Conatus
Lo que es Jo Nesbo en novela negra, o Karl Ove Knausgard (su alumno) en narrativa del yo, lo es Fosse (64) en dramaturgia. Son nombres indiscutibles en su país -un país que, por cierto, es de los que más apoya con becas y recursos a sus escritores- aunque a diferencia de los primeros, el flamante Nobel de Literatura 2023 no gozaba en España de gran popularidad. Hasta ahora. Fosse, por otro lado, está muy lejos de tener una relación distante con nuestra cultura. Es sin, ir muy lejos, un fanático de Lorca. Y ha llegado incluso a traducir obras como 'Bodas de sangre' o 'La casa de Bernarda Alba'... sin saber español.
"Me apasiona su trabajo, pero no recuerdo cómo lo descubrí. Es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos. Cuando leo las traducciones de sus versos siempre acabo añadiendo mis notas. Aunque no sé español, he adaptado 'Bodas de sangre' y 'La casa de Bernarda Alba' usando diccionarios en distintos idiomas. Hay un sonido muy particular en su obra y yo traté de capturar la poesía y el ritmo tan claro de su escritura. Lorca escribe una música literaria parecida a la que yo trato de plasmar", le decía en 2019 a la periodista Andrea Aguilar para El País.
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Fosse también confesaba entonces que en realidad su primera pasión había sido la música, tocaba la guitarra y el violín y escribía letras de canciones. Pronto se dio cuenta, sin embargo, de que aquello de las letras se le daba mejor que tocar y se pasó de lleno a la escritura. También hablaba sin tapujos de su relación con el alcohol que había abandonado al cambiar sus hábitos de escritura, y de su perplejidad ante el hecho de que la Academia que ahora le premia a él, hubiera premiado en esos años a un músico como Bob Dylan. "¿Cómo pueden dárselo a él y no a [John] Ashbery?" se preguntaba. No sin acotar que le gustaba Dylan pero mas escucharlo que leerlo. El poeta norteamericano John Ashbery se merecía ciertamente el Nobel pero murió en 2017 sin recibirlo. Lo mismo que Joyce, Virginia Woolf o Borges.
Autor de casi medio centenar de obras de teatro -muchas de ellas traducidas a 40 lenguas-, el noruego asegura que el teatro le ayudó a descubrir las pausas, el silencio y todo aquello que está entre las palabras. "Por dar voz a lo que no se puede decir" decía precisamente este medio día el vocero de la Academia al anunciar el galardón. “La condición humana es el tema central de la obra de Fosse, independientemente del género” aseguraron.