"Madrid es collage, Barcelona es memoria": 'Booklovers', una miniserie que recorre las ciudades letradas del mundo
Ciudad de México, Madrid, Buenos Aires, Lisboa y Barcelona, la primera entrega de 'Booklovers' nos lleva de la mano a algunos de los emplazamientos más literarios del planeta
En cada capítulo, diversos escritores y editores nos guían por librerías, bibliotecas y espacios culturales emblemáticos de cada metrópolis
Conversamos con el escritor Jorge Carrión, director guionista y presentador de esta producción de CaixaForum+
Al escritor, columnista, ensayista y podcaster Jorge Carrión (Tarragona, 1976) siempre le han fascinado las bibliotecas. Tanto los espacios físicos, con su siempre recargado apilamiento de conocimiento y posibilidades, como su dimensión simbólica: "Mi biblioteca es mi memoria externa" asegura. Ganador del Ondas en 2022 por el exitoso podcast 'Solaris', la pasión libresca de Carrión lo llevó a escribir 'Librerías' (Anagrama, 2013), un recorrido por los espacios librescos del mundo que se ha convertido en un best seller traducido a quince idiomas.
Esa misma pasión lo lleva hoy a firmar esta miniserie que, en palabras de sus productores, es "un viaje por algunos de los escenarios más espectaculares de la cultura contemporánea, como la librería lisboeta Ler Devagar, la porteña Ateneo Grand Splendid o la mexicana Rosario Castellanos, o como la Biblioteca del Dipòsit de les Aigües, en Barcelona, o la Vasconcelos de Ciudad de México, protagonizado por las voces de algunos de los mayores bibliófilos de nuestra época". Conversamos con el autor.
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¿Cómo surge el proyecto 'Booklovers'?
Llevaba años con la idea de adaptar audiovisualmente el material de mis libros 'Librerías' y 'Contra Amazon'. Viajaba a DF, conocía a Max Ramos, me contaba que era huérfano y que incendió la biblioteca de su orfanato y yo pensaba, pues esto sería genial contarlo en clave audiovisual; o descubría Falena, en Buenos Aires, una librería nueva y preciosa, y me decía que esa belleza era perfecta para mostrarla imágenes. Presenté el proyecto a un par de plataformas y al final fue CaixaForum+ la que se interesó por él. Es el fruto de 25 años de viajes por librerías y bibliotecas de todo el mundo.Yo creo que eso se nota en la serie, esa profundidad, digamos. Por eso sólo la podía presentar yo, aunque sin duda Vigo Mortensen, que es poeta y editor, lo hubiera hecho mucho mejor que yo.
¿El booklover es el nuevo letraherido?
Somos los amigos y amantes de los libros y su cultura. La palabra que escogí es la inglesa porque también define un tipo de turismo cultural y de vínculo muy propio de las redes sociales. Y porque no tiene marca de género ni de edad. Me imagino a un adolescente con una camiseta que diga Booklover. Y a una señora con una taza en la mano con té que diga lo mismo (como las que venden en la librería La Central).
El libro como objeto lleva décadas ‘muriendo’, y ahí sigue ¿por qué nos fascina tanto?
¿Por su inmortalidad, precisamente? Pero al margen de esa aura, la verdad es que es una tecnología muy práctica, que no hay que recargar, que resiste, que nos ayuda a fijar conocimiento. Recuerdo viajes, experiencias, ideas, si la repaso con la mirada. También es una especie de segunda piel de nuestra casa. Ese calor, esa compañía, no la encontramos en artefactos y dispositivos.
Ciudad de México, Barcelona, Lisboa, Buenos Aires, Madrid… ¿Una selección precisa pero complicada? ¿Cuál fue el criterio para escoger esas ciudades en particular?
Son grandes ciudades del libro. Y se ajustan a nuestro presupuesto. No hubiéramos podido filmar en más de dos ciudades de América Latina. En los libros tú eres libre, viajas ligero, puedes hacer volar la imaginación. En una serie la economía es tan importante como la creatividad.
¿Habrá más entregas?
De momento es una miniserie. Ya veremos si llega o no una segunda temporada. El esfuerzo creativo y de producción y edición ha sido brutal. Necesitamos descansar. Y la serie tiene que encontrar sus espectadores.
¿Dirías que hay literatura que solo se podía haber hecho en determinadas ciudades y no en otras?
Sin duda. Como dijo Pierre Bourdieu, el campo cultural es literatura. Sin agentes, librerías, editoriales, centros culturales no se entienden muchos proyectos literarios. Acabo de leer un libro de Peter Galison que explica que si no hubiera trabajado en una oficina de patentes y no hubiera vivido en Berna, Einstein difícilmente hubiera llegado a la teoría de la relatividad en el momento en que lo hizo. Hay obras cosmopolitas, pero la mayoría tienen algún vínculo fuerte con lo local. Como Borges o Pessoa, que aparecen en "Booklovers".
Y por el otro lado, ¿hay ciudades imposibles de pensar sin su literatura?
Las cinco de 'Booklovers', sin duda. Son muy literarias. En el paisaje urbano hay capas y capas de paisaje textual. No hay más que ver a Elena Poniatowska en la serie, hablando de su vida, mientras el espectador piensa en sus crónicas sobre la Ciudad de México.
¿Podrías describir en tres palabras como es el Madrid literario? ¿Y Barcelona?
Es fácil responder, es decir, hacer trampa, porque en cada capítulo hay una tesis, una idea fuerte para interpretar la ciudad. Madrid es collage. Y Barcelona es memoria y vegetal.
Cuéntanos algún descubrimiento literario que te haya impactado de las ciudades que has visitado.
Hace más de veinte años que las visito, de modo que los descubrimientos se han ido acumulando. Recuerdo el primer día que entré en los despachos de Ramón Gómez de la Serna, en Madrid, mi rincón favorito de la ciudad. Esos biombos que él llamaba 'estamparios', ese escritorio con un micrófono de radio al lado, era escritor expandido, podcaster, artista. También recuerdo la primera vez que fui a la Internacional Argentina y me encontré con una tertulia activa en pleno siglo XXI, diaria, con grandes escritores y artistas, que acababan casi cada día tomando vino y conversando hasta muy tarde. En fin....
¿Cuáles son las características que tiene que tener una librería o biblioteca para entrar en tu radar?
Ser interesante. Las bellas, con fondo, con libreros potentes entran automáticamente. Pero lo más importante es que no sean comunes, intercambiables, obvias, sino desafiantes, con mucho interés. A menudo con algún tipo de misterio o secreto.
¿Cuál es la biblioteca de un particular (escritor o no) que más te ha impresionado?
La de Jaume Brufau, profesor de derecho y cura, que nos animó a organizarnos como grupo de actividades y viajes cuando éramos adolescentes. Lo que en Cataluña se llama 'esplai'. Los amigos y amigas de 16 o 17 años éramos los monitores. Nos reuníamos en su casa para planificar nuestras actividades con niños en verano. Fue la primera gran biblioteca particular que vi en mi vida. Jaume me prestó libros. Me enseñó volúmenes antiguos. Tal vez me hizo aspirar a tener yo una, algún día.
Novela, podcast y ahora serie… ¿eres siempre el mismo enunciante en cada uno de estos formatos o por el contrario vas variando de voz, de perspectiva, etc.?
En la no ficción siempre soy yo quien habla, pero cambio siempre la estrategia, la estructura. "Solaris" y "Ecos" son dos podcasts muy diferentes aunque tengan el mismo guionista y locutor. También 'Booklovers' tiene su propia estructura y sus propias texturas, como los collages de Pere Ortín y Gabo, como la mirada de Pepe Guevara, como las músicas de Andreu Quesada, que es mi cómplice habitual en el mundo del sonido. Las novelas, en cambio, exploran otras voces. Las últimas, 'Membrana' y 'Todos los museos son novelas de ciencia ficción', de hecho, muy distintas, algorítmicas, no humanas.