Galder Reguera, responsable del Athletic Club de Lectura: "Estamos creando a los influencers del futuro"

La relación entre fútbol y literatura puede parecer insólita para algunos, pero en el Athletic Club estas dos disciplinas se han unido de manera única y fructífera gracias a un proyecto cuyo nombre está a la altura de sus resultados: el Athletic Club de Lectura. Galder Reguera, responsable de esta iniciativa desde hace casi dos décadas, nos explica la evolución y el impacto del programa tanto en el vestuario como en la comunidad relacionada con la entidad rojiblanca.

Reguera, acostumbrado a tratar en el día a día con los jugadores, destaca que existe un prejuicio común sobre los hábitos de lectura de los futbolistas. "Si miramos los hábitos de lectura de personas entre los 20 y 30 años, que es la edad en la que los futbolistas suelen desarrollarse, no difieren mucho de los del común de las personas", comenta. 

La idea de que los futbolistas no leen es infundada; muchos jóvenes, incluidos los futbolistas, leen lo que se les manda en la universidad, pero hay que ir más allá: “el desafío está en fomentar la lectura como un hábito de ocio”. 

Cuando Galder Reguera se unió al Athletic Club, una de sus primeras iniciativas fue organizar encuentros de literatura y fútbol. En el primero de estos eventos participaron dos jugadores del primer equipo, Andoni Iraola y Carlos Gurpegi, quienes asistieron por su propia iniciativa para presenciarlo como dos personas más del público. 

Sin embargo, no eran dos más, y Galder lo tenía muy claro, así que no dudó en invitar a Iraola, ahora técnico del Bournemouth en la Premier League, a participar en el festival del año siguiente. Andoni, para sorpresa de Reguera, rechazó la invitación explicando que cualquier interés fuera del fútbol podría ser malinterpretado si su desempeño deportivo no era óptimo. 

“Me dijo que lo que para la mayoría de las personas son virtudes, como tener una posición política o leer, a los futbolistas se les puede volver en contra cuando hacen un mal partido. Él, además, pensaba que no estaba en un buen momento. Es tremendamente injusto, pero es así”, desgrana Reguera, al que aquella charla con Andoni le hizo reflexionar sobre la percepción pública de los futbolistas y sus intereses personales.

Lo que para la mayoría de las personas son virtudes, como tener una posición política o leer, a los futbolistas se les puede volver en contra cuando hacen un mal partido

En cualquier caso, él continuó con su proyecto. A medida que se organizaron más encuentros, la idea de crear clubes de lectura fue ganando fuerza. El objetivo era que los jugadores compartieran sus lecturas y promovieran la lectura entre los aficionados, subrayando uno de los valores fundamentales del club: el compromiso. "No queríamos jugadores diciendo a la gente que leyera sino que queríamos jugadores que dijeran 'yo leo' y mostraran lo que les sugiere la lectura. Se lo planteamos explicándoles una idea muy sugerente: cuando lees un libro, inmediatamente lo compartes con alguien a quien estimas. Puesto que la afición estima a los jugadores, ¿por qué no podrían ellos proponer una lectura?", explica un Reguera que afirma con rotundidad que la mayoría de los jugadores me han sorprendido "para bien", así como los entrenadores, que "jamás han puesto ninguna pega”.

Voluntarios desde el inicio

Dicho y hecho. Así surgió el Athletic Club de Lectura, que refleja el vínculo estrecho entre el club (afición y jugadores) y la cultura. Desde su inicio, varios futbolistas tanto del primer equipo masculino como femenino (la gran mayoría son defensas) se ofrecieron como voluntarios -“la primera vez que pedimos un voluntario se presentaron tres”-, lo que permitió que el programa se mantuviera como una actividad fija, incluso después de la pandemia, aunque de ese momento les costó salir.

El propio Reguera subraya uno de los objetivos de esta iniciativa, que no es otro que cambiar el paradigma. La lectura no debe promover la soledad, sino la socialización. "Mi idea no es transmitir que leas si estás solo o no tienes nada ‘mejor’ que hacer. Ni mucho menos. Queremos transmitir que si lees tendrás mejores conversaciones, encontrarás puntos de interés con personas cercanas y generarás una comunidad, porque los lectores somos una comunidad", afirma. Esta filosofía ha sido fundamental para el éxito del Athletic Club de Lectura.

Queremos transmitir que si lees tendrás mejores conversaciones, encontrarás puntos de interés con personas cercanas y generarás una comunidad, porque los lectores somos una comunidad

Hay varios clubes de lectura que Galder recuerda con especial cariño. Nos detenemos, por ejemplo, en el de Xabi Etxeita, que versó sobre el libro ‘El olvido que seremos’, de Héctor Abad Faciolince. En él se abordaron temas profundamente personales y emotivos: “Fue un momento muy íntimo, ya que es un libro sobre la muerte del padre. En el caso de Héctor, su padre fue asesinado por paramilitares en Colombia, mientras que Xabi, que había perdido a un familiar, compartió su experiencia, y fue un momento muy emotivo. Ver a un futbolista de primera división hablar de tú a tú, conectando de manera tan auténtica, fue maravilloso”.

Otro club destacado fue el de Eneko Bóveda, donde su capacidad de reflexión impresionó a todos los presentes. “Fue un club en euskera. Me impresionó su nivel de reflexión. Me atrevería a decir que incluso superaba al del autor, Juan Luis Zabala. Eneko demostraba tener una cabeza privilegiada”. 

Hay otro que le emociona sólo recordarlo. Fue un club de lectura de no lectores. “No todos los jugadores son lectores habituales, pero a la mayoría les cuesta reconocerlo. Sin embargo, Mikel Balenziaga no leía nunca y se presentó voluntariamente para intentar corregir su falta de hábito. Me dijo que quería participar y, cuando fuimos a preparar su bio como lector, me dijo que pusiera en la web sin problema que no leía desde el instituto y no tenía problema en reconocerlo”, rememora Reguera. 

Precisamente, esa capacidad de Mikel para abrirse llevó a 20 chicos de una ikastola a comprometerse junto a él: “Nos llegó una iniciativa de un profesor que había reunido a 20 alumnos que también reconocían no leer nunca y que estaban dispuestos a adquirir el compromiso de leer el libro junto a Mikel. Fue muy bonito ver el compromiso mutuo”. 

Probado está que no todos los clubes de lectura organizados por el Athletic junto a sus jugadores han sido iguales ni parecidos. Cada uno con su esencia. Y si no, que se lo pregunten a Gurpegi, que eligió un cómic para el suyo. “Fue una obra de Paco Roca, ‘Los surcos del azar’, sobre la Segunda Guerra Mundial, La Nueve y la liberación de París. Fue un momento increíble. Carlos terminó pidiendo un autógrafo a Paco Roca. Me gusta esa idea de que el futbolista sea quien pide el autógrafo al autor. Es algo especial”.

Me gusta esa idea de que el futbolista sea quien pide el autógrafo al autor. Es algo especial

Con ejemplos como estos y muchos otros, no es de extrañar que el proyecto del Athletic Club de Lectura siga creciendo y adaptándose. Reguera menciona que ha costado retomar el ritmo después de la pandemia, pero la iniciativa está nuevamente en marcha. Dani Vivian, de hecho, protagonizó el último. “Es un lector con vocación de muy buen lector”, comenta Galder sobre él.

Este año esperan contar con más jugadores del equipo tanto masculino como femenino: “Ya tengo la jugadora y estoy esperando al jugador, pero no habrá problema”, asegura un Galder Reguera que confía firmemente en que a través de esta iniciativa se esté influyendo positivamente en la sociedad del futuro.

Desde alevines

“Si queremos influir en el mundo a partir de la capacidad de llegada que tienen los jugadores, tenemos que educarlos desde pequeños. Estamos creando a los influencers del futuro. Cuando los nuevos futbolistas llegan al primer equipo y ven la lectura como algo normal es porque han estado participando en clubes de lectura desde que eran alevines. Esto forma parte de la idiosincrasia de la cantera y de las categorías inferiores, hasta llegar al primer equipo", afirma. 

“Cuando los jugadores llegan al primer equipo y ven a personas importantes como Zubizarreta, Valverde o Iraola con un libro bajo el brazo en las concentraciones toman nota y muchas veces se contagian. Creo que eso influye en los jóvenes”, añade.

Cuando los jugadores llegan al primer equipo y ven a personas importantes como Zubizarreta, Valverde o Iraola con un libro bajo el brazo en las concentraciones toman nota

Obviamente, no todos los jugadores están dispuestos a participar en los clubes de lectura, y eso es completamente respetable. "Hay varios jugadores que me han dicho que no, y eso forma parte de la libertad de cada uno", dice Reguera. La timidez es la principal causante de las negativas, pero también está el miedo a meter la pata.

“Cuando le pedimos a María, la madre de los Williams, participar en una mesa redonda sobre la inmigración desde un punto de vista positivo para el Athletic, estaban también sus hijos e Iñaki estaba súper tenso, sudando, porque sabía que un desliz en esa charla podía suponer que lo crucificaran. La gente muchas veces habla del poder que tienen los futbolistas, pero es un poder que también implica riesgos y eso les impone, es normal”.

Condición innegociable

Reguera, que sueña con que Nick Hornby alguna vez acepte su invitación -“lo he intentado de todas las maneras posibles, pero siempre ha dicho que no”-, deja claro que, más allá del compromiso con la iniciativa de los futbolistas, también está el de los autores. Sin embargo, un punto importante es que el Athletic les paga. Es una condición innegociable para Galder. 

“Es una norma. El mundo de la cultura está muy precarizado y, cuando invitas a un autor a pasar dos días en Bilbao, es cierto que es muy atractivo y bonito, pero sigue siendo tiempo de trabajo. No hacemos presentaciones de libros porque son actos comerciales, aunque sean productos culturales. En el mundo de la cultura debemos ser claros, y nosotros, como entidad con valores, no vamos a pedir que trabajen gratis. Eso no puede ser”, zanja.

Por su parte, los autores que acuden lo hacen felices: “Los autores, en su mayoría, están encantados. Existe un punto de fascinación. Recibir una invitación de un club de fútbol a un club de lectura con un jugador de Primera división obviamente capta tu atención de inmediato. Más de 180 autores han pasado por Bilbao para charlas sobre fútbol, literatura, teatro, música, poesía o periodismo. Recibir una carta del Athletic de Bilbao invitándolos a un club de lectura o una charla es algo que los emociona”. 

Ahora tiene entre ceja y ceja organizar un club de autores que odien el fútbol para comprender sus perspectivas y fomentar una convivencia más reflexiva entre el fútbol y otras industrias culturales. "Me apetece organizar una charla con dos o tres autores que vengan a hablar contra el fútbol, para que nos ayude a entender de dónde nacen esos odios", comenta.

De hecho, ese odio por el fútbol también germina en algunos futbolistas, otro tema que sería interesante tratar. “En los últimos años de su carrera, muchos jugadores terminan hastiados del mundo del fútbol y llegan a odiarlo. Su pasión se convierte en una pesadilla, generalmente debido al entorno y la presión constante, que les agota. Conocí a uno que me decía, aún en activo, que ya no aguantaba el fútbol y que odiaba su trabajo con todas sus fuerzas. Sin embargo, unos meses después de retirarse, me encontré con él y me comentó cuánto echaba de menos el vestuario y la camaradería. El silencio y la vida después del fútbol se han explorado mucho en la literatura y el cine”.

El Athletic, más allá de su club de lectura, ha organizado festivales de cine y otras actividades culturales en las que los propios jugadores participan voluntariamente. "Esto demuestra el nivel de compromiso de los jugadores con el proyecto del club. Una vez, seis integrantes de la primera plantilla -De Marcos, Balenziaga, Villalibre, Vesga, Dani García y Lekue-, que tenían una banda de música, actuaron después de la proyección de una película en el festival delante de 500 personas. “Nos ayudaron porque los directores en aquella época no querían venir por miedo a contagiarse de Covid", narra Reguera, que, como no puede ser de otro modo, presume de los pasos dados: “El Athletic es un club tradicional y cuando hace algo, lo incorpora inmediatamente a la tradición. Me enorgullece ver que el trabajo en cultura se ha incorporado al corazón del club”, dice. 

El Athletic es un club tradicional y cuando hace algo, lo incorpora inmediatamente a la tradición. Me enorgullece ver que el trabajo en cultura se ha incorporado al corazón del club

Aquellos jugadores, de los que tres aún permanecen en el Athletic, le pusieron únicamente dos condiciones: que nadie supiera nada y la gente fuera para ver la película y que pudieran echarse atrás hasta una hora antes del evento. “Obviamente, no hubo problema con ninguna de las dos y al final tocaron. Fue algo muy bonito, de lo que podemos presumir”.

Tanto el Athletic Club de Lectura como el resto de iniciativas culturales que promueve el conjunto rojiblanco han demostrado ser un éxito, no sólo en la promoción de la lectura, sino también en la creación de una comunidad más unida y reflexiva. El compromiso de los jugadores, la apertura a nuevas ideas y la integración de la cultura en el ámbito deportivo han hecho de este proyecto un modelo a seguir por muchos otros equipos en los que ya comienzan a germinar iniciativas en una línea similar. Fueron los primeros, pero no serán los únicos.