Benjamín Prado (59) es, en palabras de Joana Bonet (54), "una estrella del rock and roll que se ha dedicado a la poesía y a la literatura". Este martes, ambos, la periodista y el escritor, se han encontrado en 'Uppersgram', nuestro espacio de entrevistas en directo en nuestra cuenta de Instagram, dentro de la sección que Joana dirige cada martes, "Palabra de Boomer", en la que entrevista a nuevos hombres maduros que tienen mucho que decir.
De escritura, de libros y de palabras, pero también de la vida y la muerte, el amor o las segundas oportunidades han charlado durante casi 40 minutos ante la mirada de numerosos espectadores que se han querido seguir encuentro (síguenos en Instagram para no perderte tú tampoco ninguno de ellos), seguidores del escritor, que se han unido a la charla y la han enriquecido con preguntas y comentarios de admiración. "No son mis fans, son mi familia porque son los parientes más cercanos de mis libros", ha expresado él.
Benjamín acaba de publicar su nueva novela 'Todo lo carga el diablo' (Alfaguara), la quinta de las 10 que estarán protagonizadas por su personaje más emblemático, el profesor Juan Urbano. En ella podemos conocer a Margot Moles y Ernestina Maenza, dos personajes reales con grandes virtudes deportivas, que batieron récords e, incluso, fueron a las Olimpiadas de Berlín en el año 1936. Pero, a pesar de ser las primeras esquiadoras olímpicas, a pesar de sus éxitos, "sus nombres han sido borrados de la historia". En su afán de luchar contra lo que él considera injusto, Benajmín ha investigado sobre la vida de ambas y las ha convertido en personajes de su novela. "Para tachar el nombre de Margot Moles había razones ideológicas, era republicana. Pero Ernestina era una mujer de derechas, y me pregunté '¿a esta por qué la borraron?". Y así comenzó su investigación sobre dos personajes de los que "no se sabe prácticamente nada", porque reconstruir la biografía de alguien también es saber de qué lugares se le ha sacado y de dónde se le ha pretendido borrar. "Si no quieren que se cuente, es que es una buena historia", ha declarado el autor entre risas. "Las mujeres pierden dos veces cada guerra: la que pierden todos los demás y la que cae como una losa sobre ellas en forma de patriarcado", se ha lamentado.
Al hilo de su conciencia feminista, Benjamín ha reconocido que hace 20 años sentía las "risitas de medio lado" porque sus opiniones eran diferentes. "¿Sentías la soledad del corredor de fondo?", le ha preguntado Joana, "Sí, pero me daba igual. Yo me he criado con madre, abuela y dos hermanas en casa, tengo una parte femenina y, sobre todo, tengo algo que aprendí de Rafael Alberti: una vocación de justicia grande. Donde veo una injusticia, intento poner el ojo. Las mujeres han sido tratadas como personas de segunda clase y creo que contra esas cosas hay que luchar".
Además de presentar su novela, hemos tenido tiempo de escuchar a Benjamín hablar de aspectos más personales, como el amor: "El amor salva, el amor redime. La falta de amor es una tragedia personal de resultados incalculables. No solo hablo de amor físico, romántico, hablo de amor por la vida, los amigos, la gente. Siempre me ha movido el amor por la gente porque creo que todo el mundo tiene el derecho a ser feliz". Y nos ha dejado ver su faceta más humana ("Hay que apostar por la parte bondadosa que todos tenemos") y también la más romántica ("Una pareja que funciona no es la que te dice 'lo voy a hacer todo por ti', sino 'lo voy a hacer todo contigo").
Sobre su relación con el tiempo, el poeta tiene claro que "hoy en día tenemos la suerte de poder ser jóvenes mucho más tiempo de lo que lo era la gente antes" y que "las conquistas que se han hecho en el terreno del ocio para la gente de más edad son muy importantes". Ha reivindicado que la palabra 'viejo' no debe ser un arma que se arroje como ofensa: "No convirtamos ser viejo en un insulto y ser joven en un piropo". Prado ha asegurado que "hay un vicio moral en la sociedad que ha aceptado que las personas mayores ya no son productivas y, por tanto, merecen ser apartadas" y eso, a él le resulta intolerable: "Me pone la piel de gallina", ha asegurado.
Sobre la cursilería, cree que "todo puede ser cursi" e, incluso, "se puede ser cursi hablando de Hitler si se quiere". Para él, "la poesía es un recurso para decir más cosas con menos palabras. Es un recurso literario de primera magnitud". Ha declarado que no le gustan las novelas de prosa bonita, "pero sí que la prosa tenga fragmentos que puedan estar dentro de un poema o ser un aforismo". Benjamín también nos ha demostrado que es una persona muy emocional: "Hablo mucho con mis muertos. Hablo mucho con mi madre, oigo cosas que me dice Ángel González". Ha contado que le suele preguntar al poeta y amigo suyo, que falleció en el año 2008, sobre qué debe hacer. "Que la gente se muera no es razón suficiente para dejar de hablarles. A lo mejor el loco es el que no habla con sus muertos", ha rematado.
A la pregunta más reiterada en las entrevistas a cualquier escritor, la pregunta sobre el por qué de su tendencia a escribir, Benjamín ha respondido con sorna, citando a Manuel Vázquez Montalbán, "escribo porque por leer no pagan". "Escribo porque necesito escribir. El ser humano tiene se distingue de otros bichos por su necesidad y su vocación de contar historias", ha concluido.
La entrevista completa, en el vídeo de arriba. ¡Dale al play!