“Estoy seguro de que la mayor parte de mí es Holden Cauldfield. El resto de mí debe ser el diablo”, declaró Mark David Chapman a la policía cuando fue arrestado por el asesinato de John Lennon. Le habían encontrado leyendo una novela junto al cadáver del exbeatle, frente al edificio Dakota. El libro que sostenía en sus manos era ‘El guardián entre el centeno’, que J. D. Salinger había publicado en 1951 y que narra las aventuras y desventuras de un adolescente neoyorquino aparentemente misántropo, Holden Cauldfield.
La obra de Salinger estuvo envuelta en un escándalo porque habla sin pelos en la lengua de prostitución, alcoholismo, sexualidad y delincuencia. A la postre, solo motivó que se incrementaran las ventas y su popularidad se extendiese a lo ancho y largo de los Estados Unidos. Tuvo una especial inspiración en los más jóvenes, entre los que se encontraba Chapman. Aunque, curiosamente, no fue el único asesino que tomó el libro como referencia: Lee Harvey Oswald, que mató a Kennedy; Sirhan B. Sirhan, asesino de Bobby Kennedy; o John Hinckley Jr., que intentó acabar con la vida de Reagan, y había confesado estar obsesionado con ‘El guardián entre el centeno’. A estas alturas, te preguntarás qué tiene esta novela tan mítica. Un breve análisis en el vídeo, a través de algunas de las frases de su protagonista.
Jerome David Salinger, empezó a escribir la historia de Holden diez años antes. En 1942, se enroló en el frente con el fin de alejarse de casa. Poco después, y a pesar del combate, decidió retomar su escritura, que le acompañaría hasta en el desembarco de Normandía. El autor se había hecho famoso por sus relatos cortos en The New Yorker, decidió dar un paso más y hacer algo que no se esperaba de él: escribir una novela. Le tomó un año finalizarla y fue la única que publicó. ‘El guardián entre el centeno’ ha envejecido bien; se han vendido hasta 65 millones de ejemplares.