Los abuelísimos del Rock vuelven a ganarnos. Siempre ganan ellos. ¡¡A sus pies majestades!! Nunca se es viejo para rockandrolear. Lo sabíamos. Lo leímos de nuevo en tantas camisetas, entre lenguas rojas desafiantes. Pero hasta que no lo ves, lo escuchas, lo sientes y lo bailas, no te lo crees del todo. Siempre queda un pequeño temor revoloteando sobre si esta vez bajará el nivel, la temperatura del rock, sobre si hubiera sido mejor quedarse con la memoria de la visita anterior, que nunca es la última.
Pero no. El concierto de los Rolling Stones en el Estadio Wanda de Madrid (que además es el primero de su nueva gira, Sixty) superó de largo todas nuestras expectativas y arrinconó temores incluso antes de entrar.
Instantes y momentos inolvidables de nuevo, otra noche impactante. Cada uno de los 45.000 rollignianos que se juntaron entre los colores del Atleti (que por cierto entonan perfectamente con los colores stonianos) despertará con los suyos. Estas son cuatro imágenes que cualquier Upper que se asomara por el lugar recordará para siempre:
Primer concierto de los Rolling Stones sin su elegante y canoso batería. Vídeo homenaje a nuestro señor, que descansa en paz hace un año. El estadio se rinde y aplaude con ganas a las imágenes. Un detallazo de sus compañeros. Primero, el homenaje y luego, ellos. Ruge el estadio.
Cumplía 75 años el 1 de junio, sobre el escenario de Madrid. 45.000 fans le cantan Happy Birthday. Lo agradeció con solos de guitarra sublimes.
No quedan adjetivos ni piropos en el diccionario para describir a nuestro señor. Verle salir al escenario con su chaqueta de seda roja entallada y sus pantalones pitillos talla 36 es alienante (llegarían otras ocho chaquetas y camisas más, de un fondo de armario brillante y hasta psicodélico, homenajeando a los setenta). Y de ahí hasta el final. Recorriendo la clásica pasarela entre el público al estilo 2022: ahora se contonea y pasea con rollazo rockero. Ya no echamos de menos sus carreras, nos gusta verle trotar.
Camisetas y lenguas rojas, sobre fondos grises, negros o blancos. No se admiten otros colores. Nada distorsiona. Varias generaciones, un solo look y un solo impulso, larga vida al rock. Espectacular viajar en metro desde el centro de Madrid entre jóvenes, no tan jóvenes, y abuelos perfectamente uniformados. Hasta los músicos de los pasillos del metro tocaban Start me up.
¡Gran noche! Chutazo de energía . Cuando Rock y felicidad se dan la mano.