Dos coaches vocales te dan consejos para cantar sano: "A partir de los 50 cambia de nuevo la voz"
Los coaches vocales Carlos Campaña y Esther Justel, de Vokalo, nos enseñan cómo usar bien la voz en la madurez
"Es clave no gritar para cantar con volumen, pero también hay que evitar el peligro de infrautilizar la voz"
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No hay nada más importante para un cantante que su voz. Sin embargo, es muy difícil mantenerla intacta con el paso del tiempo. Desde Mick Jagger hasta Madonna, son muchas las voces que hemos oído cambiar desde la juventud de sus primeros discos hasta sus obras de madurez. Hemos sido testigos incluso de cómo algunos han llegado a perderla provisionalmente (Miguel Bosé, Shakira) o a deteriorar considerablemente su calidad vocal (Jon Bon Jovi).
Sin embargo, se dedique uno profesionalmente a ello o simplemente lo haga por hobby, hay formas de llegar a los 50 con la voz en buena forma, haciendo los ajustes necesarios para seguir cantando de forma sana y libre de daños. Los coaches vocales Carlos Campaña y Esther Justel, profesores de la academia Vokalo y responsables del podcast El Sensei del Cantante, nos enseñan todo lo que tenemos que saber para utilizar bien la voz más allá de los 50.
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¿Es verdad que cuando llegamos a los 50 nos cambia la voz?
Sí. De hecho la voz cambia a lo largo de toda nuestra vida por diferentes razones. El primer y más pronunciado cambio de voz ocurre en la pubertad, especialmente en los varones. Es un cambio gradual en el que la laringe crece, igual que los pliegues o cuerdas vocales.
Muchos jóvenes que cantaban muy bien han tenido que dejarlo después de la pubertad por no haber sabido gestionar este cambio. Es como pasar de tocar un ukelele a tocar una guitarra española. El instrumento se parece, pero es diferente. Durante el resto de años de vida, la laringe desciende poco a poco, y eso hace que la voz obtenga un color más oscuro. Por otro lado, el cartílago de la laringe se va osificando (convirtiéndose en hueso).
¿A partir de qué edad es fácil lastimarse la voz?
Por norma general, hasta los 30 años de edad, la voz puede aguantar ciertos abusos y recuperarse relativamente rápido, pero a partir de esa edad empieza a ser más intransigente en ese sentido, y es más fácil que aparezcan daños.
Cuando llegamos a los 50, la voz suele decir “basta” si estos abusos han sido continuados. La buena noticia es que, con una buena técnica vocal, estos cambios mejoran el sonido de la voz.
¿Qué puntos debe tener en cuenta un cantante profesional para no perder la voz?
La primera clave es no gritar para cantar con volumen. Hay una exigencia no escrita que dice que un cantante con mucha potencia es un gran cantante. Sin duda, poder cantar con potencia es una habilidad deseable para un cantante, pero hay una diferencia entre gritar y cantar con potencia.
¿Por qué gritamos?
El grito es la forma instintiva que tenemos los seres humanos para conseguir potencia inmediata, pero es una forma de usar la voz que provoca un deterioro muy rápido. Es muy común que aparezcan nódulos en las cuerdas vocales por este tipo de uso vocal. Cantar con potencia implica utilizar los músculos vocales y el tracto vocal de una forma muy concreta, y requiere un entrenamiento muy específico.
El segundo punto que nos gustaría destacar sería el de no infrautilizar la voz. Es decir, cantar siempre con un volumen bajo, incluso con un sonido airoso, parecido al de un susurro. Normalmente es un intento de preservar la voz, de evitar los daños provocados por forzarla, pero es mala idea. Eso hará que los músculos correctos pierdan elasticidad y se acorten (como ocurre con cualquier músculo del cuerpo). Como consecuencia, la voz será más y más débil, y el rango se acortará.
¿Es aconsejable una revisión periódica con un coach vocal?
Por lo general, sí. Especialmente si utilizas mucho tu voz. Si eres cantante profesional, dependiendo del estilo musical que cantes, es habitual sacrificar una técnica vocal correcta a favor de la interpretación musical. Depende de cada cantante sopesar los pros y contras de estas decisiones, pero si deciden hacerlo es muy importante asegurarse de mantener una técnica vocal correcta para disminuir al máximo cualquier daño.
Por otro lado, como comentábamos al principio, la edad es un factor muy importante, ya que la voz va cambiando a medida que ganamos años. Una revisión periódica con un vocal coach te permitirá hacer los ajustes necesarios para seguir cantando de forma sana. Y, por último, siempre necesitamos a alguien que nos escuche desde fuera y vea nuestra voz de forma técnica y objetiva para mantenerla en buen estado. Por muy buen cantante que seas, es necesario tener a alguien que entienda cómo funciona la voz y cómo corregir sus patrones de comportamiento.
¿Y en qué te puede ayudar un coach vocal para no perder la voz?
Desde un punto de vista puramente técnico, todo se reduce a los patrones musculares de la voz. Normalmente, cuando sentimos algún tipo de molestia en la voz o no somos capaces de cantar ciertas notas, lo que sentimos son sensaciones.
Por ejemplo, hay quien describe que se le cierra la garganta cuando canta notas agudas, o que siente como si tuviera una pelota en la nuez. Son descripciones válidas, pero no describen el problema con exactitud, y mucho menos la causa. Es posible que la persona sienta eso porque sus músculos masticatorios se estén activando cuando no deberían hacerlo. Eso hace que su laringe suba y, efectivamente, cierre la salida del aire, lo cual provoca esa sensación de estrangulamiento.
Un ejemplo para esto es como quien hace ejercicios de abdominales de forma incorrecta y luego les duele el cuello. Después de un rato aparecen las molestias en la espalda y en la nuca. Están activando músculos que no deberían activarse, sienten que el problema está en esa zona y que hay que hacer algo ahí para arreglarlo, cuando en realidad se trata de no activar esos músculos.
¿Qué consejos o pautas preventivas podéis dar para cuidar la voz?
El primer consejo es escuchar a tu cuerpo. Es difícil darse cuenta en el mismo momento de que estás utilizando mal tu voz, pero después de un rato puedes sentir diferentes señales: pérdida de firmeza (suena apagada o un poco rota), pierdes notas agudas y/o graves, tienes mucha mucosidad en la voz y no paras de carraspear, sientes un ligero cosquilleo a la altura de la nuez... Todo son síntomas que te están diciendo que hay un problema de raíz.
No necesariamente tiene que ser por un mal uso de la voz, ya que el tabaco, los cambios bruscos de temperatura, ciertos alimentos o el reflujo gastroesofágico pueden provocar estos síntomas. Para salir de dudas lo mejor es acudir a un vocal coach para comprobar si se está utilizando bien la voz y también acudir al otorrinolaringólogo para una exploración.
El segundo consejo es conocer por encima el funcionamiento de la voz para evitar mitos y confusiones. La ciencia ha explicado mucho sobre el comportamiento de la voz, y aún se siguen descubriendo cosas nuevas, pero para la gran mayoría de la gente sigue siendo un misterio. De hecho, casi nadie sabe cómo son unas cuerdas vocales, dónde se encuentran y cómo funcionan exactamente. Esto da pie a que los mitos del pasado no mueran, y a hacer interpretaciones muy subjetivas del comportamiento de la voz.
El resultado son remedios que están basados en creencias falsas, y actuar sin conocimiento de causa en cualquier ámbito de la vida suele llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Hoy en día, toda la información está en Internet. Es muy fácil ir a YouTube y buscar vídeos de cuerdas vocales en funcionamiento. Nosotros mismos proporcionamos mucha información en el blog de nuestra página web.
¿Cantar es algo reservado para unos pocos elegidos?
Cantar no es algo místico que ocurra por arte de magia. De hecho, como hemos visto, es muy físico. Es verdad que hay gente que canta bien sin haber estudiado canto, y también es cierto que hay personas que nacen con mejores voces que otras. Pero esto no quiere decir que cantar sea algo reservado para unos pocos elegidos. No hay que resignarse a sentir incomodidades en la voz o incluso a no cantar si tienes la inquietud o el deseo.
Al ser algo tan físico se le puede perder miedo a “no tener el don”. Sin embargo, es cuestión de entender cada problema y encontrar su solución. Siempre hay un “por qué”.