Coque Malla lleva tres años con la gira 'El último viaje del astronauta gigante'. A punto de los cumplir 53 años (este 22 de octubre), el cantante terminará por todo lo alto en el Wizink Center de Madrid el próximo 27 de diciembre. A partir de ahí, un parón. "Han sido tres años sin descanso, el último muy intenso, y el cuerpo me lo pide. Es un descanso para el público, que necesita echar de menos, no uno necesario para mí, que no me canso del escenario pero el público necesita descansar", ha aclarado en 'La Razón'. De la misma manera que no se cansa de los shows, tampoco se cansa de trabajar. Porque, aunque reclama una parada, se enfrascará en marzo la grabación de un nuevo disco con nuevos temas.
Los seguidores del que lleva más de 30 años en el mundo de la canción van a llevar en el corazón esta última gira ya que, como él mismo ha comentado, no ha sido un concierto sin más, sino una 'performance' donde se ha mezclado lo musical con los propios monólogos del artista. En ellos ha compartido parte de su vida a través de anécdotas y momentos muy íntimos. Algo que lo ha hecho muy personal.
Haciendo un balance de cómo ha cambiado la industria de la música reconoce que la aparición de internet ha sido trascendental a la hora de consumir. Cree que los vinilos quedarán "para nostálgicos y coleccionistas" y que el público ahora aprecia más el ir a un concierto porque "entiende y valora que eso se paga". Una sutil diferencia con lo que sucedía antaño y que nos sitúa a nivel europeo: "Los conciertos eran la mayoría de las veces gratuitos, en fiestas mayores, organizados por ayuntamientos. Iban si era gratis".
Temas como 'Adiós papá, 'No puedo vivir sin ti' o 'Sí, sí' permanecen en el recuerdo pero esta última a día de hoy le daría más que un problema por su letra: "Tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte hasta que digas sí". Sin embargo, defiende que a un artista musical, teatral, cineasta o cómico no se le puede censurar porque "la creación es un acto de una sinceridad brutal, de libertad absoluta, y no debe limitarse de ninguna de las maneras. Y eso debe ser así o estaríamos frenando el arte. Es fundamental defender la libertad de expresión y de creación".
Aun así, cree "que en realidad son solo cuatro gatos los que tratan de coaccionar y limitar esa libertad. Lo que pasa es que hacen mucho ruido, se les ve más y por eso crean una falsa ilusión de que son muchos más y que suponen verdaderamente un peligro". Coque Malla valora que "en realidad eso no es así". "Tú luego sales a la calle y puedes hablar con tus amigos, con la gente, y no hay esa crispación ni esa polarización tan exacerbada. Por eso creo que hay que plantar cara, dar la batalla y que se vea que somos más y ellos muy pocos". Por ello prefiere tener las las redes lejos.
Tras una etapa de mucha actividad en redes sociales, "de mucho escribir y mucho participar en el debate público, me he aislado de todo eso", ha explicado en esta entrevista. Justo estos días, Coque Malla se ha visto implicado en un asunto que poco le ha gustado y que ha denunciado porque algunos 'haters' se han hecho pasar por él en su perfil de twitter. "Hay gente muy pesada y que se aburre demasiado. Si os escriben desde esta cuenta, como muchos habéis denunciado, no hagáis ni caso. Es una cuenta falsa. No soy yo el que os escribe privados. Ya está denunciada, pero parece que de poco sirve. Feliz domingo para todos, menos para el que se hace pasar por mí".
Ajeno a las redes porque "le crispaban y ha sido muy sano alejarme", prefiere centrarse en las "cosas que me interesan, que son mi familia, mis hijos, mi intimidad, mi música…". Prefiere quedarse con esta conclusión: "Estoy muy feliz y muy satisfecho en ese retiro, en esta especie de realidad paralela, que es mucho más amable".