Con amigos de todos los colores y todos los sabores, Joaquín siempre se ha inclinado por "la gente de barrio", como su Atlético de Madrid. Más allá del fútbol, por todos es sabido que el cantautor estuvo metido de lleno en los movimientos antifranquistas más radicales a pesar que su padre era policía secreta. Esto no fue óbice para que lanzara aquel cóctel molotov con una sede del Banco de Bilbao y que el integrante del Partido Comunista acabara exiliado por este hecho y confesando al cabo de los años que fue una tontería.
A Sabina se le ha podido ver en mítines del PSOE, UGT, PCE o CNT. Sin haberse pronunciado abiertamente sobré con qué partido comulgaba más, en 1993 dio su apoyo a Izquierda Unida en las elecciones de ese año. También apoyó a Zapatero de la misma manera que mantuvo una entrevista con Fidel Castro durante cinco horas en 1997. Pero de la misma manera que comulgó con la izquierda, no dudó en recibir la Medalla de las Bellas Artes de manos del Rey Juan Carlos como al igual que aceptó la oferta de Alberto Ruiz Gallardón siendo el popular Presidente de la Comunidad de Madrid para actuar en aniversario de la Constitución.
A sus 73 años, la vida le ha enseñado que las opiniones van evolucionando. Un cambio de opinión que muchos han comprendido y otros no tanto. Eso es lo mismo le ha sucedido actualmente. En estos últimos momentos de su vida se ha sentido muy descorazonado. Este lunes ha ofrecido una rueda de prensa con motivo de la presentación de la película documental que ha hecho Fernando León de Aranoa, 'Contra todo pronóstico' en su compañía y en la de Leiva. Ambos se han convertido en amigos con los que compartir.
Contra todo pronóstico, Sabina ha compartido unas reflexiones que lleva pensando desde hace algún tiempo y que no han dejado indiferentes.
El artista, el poeta, el inconformista reconoce que ha estado "mucho tiempo enfadado" con el siglo XXI. "Todo lo que pasaba, Trump, Putin, eran cosas feas, incluso el lenguaje de gente a través de redes sociales que lo degrada mucho", ha enfatizado.
"Aunque el otro día pensando me di cuenta de que era demasiado pesimista" ha reconocido mientras ha recordado que "le ha ganado Lula a Bolsonaro, que no está mal, y ha aparecido un héroe extraordinario, que es Zelenski. Poco más".
Aun así, "me puse a pensar qué cosas buenas habían pasado en el siglo XXI. Y me acordé de qué manera habían conseguido pronto y bien una vacunad para el covid y eso era una cosa buena", ha valorado. "Me acordé de que todas las revoluciones del siglo XX , todas fracasaron estrepitosamente y que las únicas que avanzan en el siglo XXI son el feminismo y el LGTBI, la únicas", ha reconocido.
El cantante siente que "el fracaso del comunismo ha sido feroz". "La deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón justamente por haber sido tan de izquierdas". Y ha precisado: "Ahora ya no lo soy tanto, porque tengo ojos, oídos y cabeza para ver lo que está pasando. Y es muy triste lo que está pasando", se ha lamentado. Fiel a su esencia, el poeta a lo largo de estos años ha sido congruente con él mismo, con lo defiende y valora.