Los fans de Madonna de más de 50 recordarán que cuando se estrenó 'Like a Virgin', primer exitazo de la cantante, ya se decía que poseía una belleza rara y original, sobre todo por el diastema dental que lucía con orgullo, una separación entre los dientes superiores que hoy ya es santo y seña de muchas estrellas, como Vanessa Paradis, la modelo Georgia May Jagger, hija del Rolling Stone, o en España Patricia Conde, al inicio de sus inicios.
La diva no debía sentirse muy contenta con ese rasgo porque en sus primeros años de carrera lo corrigió, cambiando su especial sonrisa por otra mucho más estándar. Con los años, ha ido cambiando su cuerpo y sus rasgos faciales, adaptándolos tanto a la estética de la época como a su propio momento vital. Si estaba en fase espiritual-cabalística, pelo oscuro. Si hay que atraer al público más joven que se deja los ojos en el glúteos de Instagram, se trabaja el cuerpo a lo Kardashian.
La Ambición Rubia viene a España en este 2023. Será en noviembre en el Palau Sant Jordi. ¿Cómo la encontraremos? La pregunta no es retórica porque de la Madonna que vemos ahora a la que llegue para el concierto puede haber una diferencia sustancial. Como no podemos anticiparnos al futuro, repasemos cómo ha cambiado Madonna en los ocho años que hace que no pisa España.
Indudablemente, en la década de los 90 el enfoque estaba en los labios, que se notan más voluminosos. Pero a partir del año 2000, los seguidores han notado los mayores cambios en la cara de la artista, aparentemente a causa de la toxina botulínica (bótox), que rellena y tensa la piel, pero también reduce la expresividad, algo importante en alguien que se dedica al mundo del espectáculo.
Además, es posible que se haya implantado rellenos dérmicos o de grasa en las mejillas, ya que toda la zona del pómulo se ve muy marcada. La parte negativa es que estos rellenos tienden a invadir otras áreas de la cara y dan una apariencia demasiado redondeada al rostro.
Afilarlo y buscar volúmenes puede ser necesario en ese caso. Y eso es exactamente lo que ha hecho.
Sobre 2014, la cantante parece haber pasado por talleres. En esa época puede haberse sometido a la técnica del facelift o ritidectomía, la cirugía que elimina las arrugas al retirar la piel redundante de la cara. Suele ir acompañada de un estiramiento de la piel del cuello. La cicatriz puede quedar oculta alrededor de las orejas. En cualquier caso, si hubo esta intervención, no fue confirmada.
En 2018, los fans sospecharon que se había puesto implantes de glúteos, después de verla en una actuación sorpresa por las fiestas de fin de año en The Stonewall Inn, en Nueva York, el lugar donde empezaron las protestas del movimiento LGBTI. Así respondió entonces en sus redes a quienes le preguntaban: “Desesperada por buscar la aprobación de nadie y con derecho al libre albedrío sobre mi cuerpo, como todo el mundo”.
A la vista de las imágenes más recientes y según diversos expertos. Madonna se habría sometido en los últimos tiempos a un lifting frontal completo para levantar y estirar la piel del cuello, la cara y la frente. Parece que también se ha hecho una blefaroplastia completa o cirugía de los párpados y elevación del tercio medio para eliminar el exceso de piel y las bolsas. La cantante, además, habría rasgado la mirada con una técnica extra, llamada cantopexia, la que proporciona los 'foxy eyes' de Bella Hadid.
A estos retoques se sumaría una rinoplastia con la que ha adelgazado su tabique y elevado la punta nasal, algo que marca claramente el paso de los años en cualquier cara.
Para tener aun mejores resultados, Madonna habría recurrido a una queiloplastia, técnica quirúrgica para elevar el labio superior acortando la distancia entre la punta nasal y el arco de cupido. Por su parte, los labios parecen llevar ácido hialurónico para darle mayor volumen. El perfilado del mentón y maxilar inferior con infiltración, probablemente de hidroxiapatita cálcica, terminan de dar a Madonna el rostro que hoy le conocemos. ¿Será el de la Madonna del 1 de noviembre de 2023?