Nancy Pérez, viuda de Milanés, sobre sus últimos años: "Tuve tiempo para despedirme de Pablo"
Se publica 'Amor y Salsa: 80 Aniversario', un trabajo póstumo del cantautor cubano en el que colaboran artistas como Alejandro Sanz, Rosario o Juanes
El disco doble incluye, además de versiones salseras de sus temas clásicos, dos canciones inéditas que interpreta con Juanes y Francisco Céspedes
Hablamos con su esposa, Nancy Pérez Rey, sobre los últimos años del artista, transcurridos en Madrid y arropado por amigos cubanos y españoles
Un disco doble de colaboraciones con artistas que admiraba y le admiraban a él y pensado para celebrar sus 80 años. Un disco de salsa, además: ese ritmo bailable y feliz, que tomó tanto de su adorado son cubano. Un repertorio interpretado junto a leyendas del género -Andy Montañez, Luis Alberto el Canario, Gilberto Santa Rosa- y a neófitos de lujo: Alejandro Sanz o Rosario. De todo eso trata 'Amor y Salsa: 80 aniversario', que aparece seis meses después de la muerte del cantautor que inventó, junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, eso que conocemos como Nueva Trova cubana.
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Y aunque escuchar joyas melódicas como 'El breve espacio en que no estás', 'Para vivir' o 'Comienzo y final de una verde mañana' (estos últimos bordados por los españoles, precisamente) con arreglos salseros puede resultar extraño, el milagro ocurre. En gran parte gracias a la producción de Dagoberto González Jr., quien sostiene que "la música del maestro Milanés tiene una característica especial: se puede versionar en cualquier estilo, tiene unos parámetros muy abiertos, una estructura melódica y rítmica muy rica en síncopas, lo que facilita la labor del orquestador o arreglista".
Para vivir
Con motivo del lanzamiento del disco, hablamos con Nancy Pérez Rey, la que fuera su esposa y compañera desde 2014. "Yo tuve un primer enamoramiento con Cuba, incluso antes de enamorarme de Pablo", recuerda Pérez. Se conocieron en 2004, cuando ella, historiadora de profesión, se trasladó a La Habana para investigar la migración gallega a la isla. "Mis amigos y yo escuchábamos sus canciones claro, pero nunca me imaginé conocerle, muchos menos casarme con él. De todas maneras, en Cuba estás cosas de conocer a gente famosa se llevan de manera muy distinta, con una normalidad sorprendente. Así que fue una historia bonita, pero natural".
Pérez terminaría pasando 14 años en la Isla junto a su célebre esposo. "A Pablo le daba rabia que la prensa dijera siempre que vivíamos en España porque en realidad vivíamos en La Habana y solo pasamos temporadas en Vigo, cuando nacieron nuestros hijos, o en Coruña, cuando lo del trasplante". Pérez se refiere al trasplante de un riñón, que ella misma le donó en 2014, año en el que, tras años de relación decidieron casarse. Un gesto de amor que fue siempre agradecido por los seguidores de Pablo a ambos lados del charco.
Traslado a Madrid
Uno de los lugares favoritos de Pablo Milanés en España era la Villa Marinera de Muros (A Coruña). Quizás porque el ambiente portuario, íntimo, de piedras viejas con historia, le recordaba en algo a su querida La Habana. Le encantaba, además, la comida del lugar. La pareja vivió además en Vigo durante unos meses, cuando nacieron Pablo y Rosa, los mellizos ahora adolescentes que tuvieron con Nancy, los benjamines entre los siete hijos que tuvo Milanés en sus cinco matrimonios.
Como se sabe, Milanés fue siempre un defensor de los valores de la Revolución Cubana pero también uno de los mayores críticos de lo que consideraba sus errores o excesos. Y aunque en los últimos años había declinado hablar de política públicamente, "Cuba era su trinchera -dice Nancy- . Dejarla fue un desgarro para él, algo muy duro, porque nunca quiso salir de su tierra. Solo nos mudamos a Madrid en 2018, porque le diagnosticaron un síndrome mielodisplásico que no tenía tratamiento La Habana".
Pero Milanés no llegó a una ciudad extraña cuando se instaló en Madrid, en 2018. "Pablo viene por primera vez en 1976... España es un país con el que tuvo una relación intensa durante mucho tiempo. Entonces venir a Madrid, aún con lo duro que fue, no hizo sino extender un poquito más esa relación tan estrecha que ya existía". Esos últimos años, es cierto, estuvieron marcados por la debilitada salud del artista.
"No teníamos una vida demasiado social debido a su enfermedad. Pasaba mucho tiempo en el hospital o en casa. Pero Pablo era muy vital, muy sociable, así que nuestros amigos venían a vernos". Entre ellos, los de siempre: Víctor Manuel, Ana Belén o Joaquín Sabina. Y también el cantautor catalán Quico Pi de la Serra, que "se portó como un hermano con Pablo".
También pasaban a verle los amigos cubanos de visita por Madrid. "Pablo nunca dejó de estar en contacto con Cuna, con su familia. Pero nuestra vida se centraba en su salud y en los conciertos, que para él eran algo fundamental: 'busca conciertos, busca conciertos' me decía todo el tiempo y le daba igual que fuese un sitio chiquitito o un espacio más grande".
El pájaro que quiso ser un pájaro
Esa misma vitalidad que le recuerdan todos los que lo conocieron, le llevó a mantenerse en activo hasta julio del año pasado. "Esos conciertos los hizo ya en una situación de más debilidad -recuerda Pérez-. Nosotros internamente sabíamos que cada vez se hacía más difícil. Aunque uno nunca piensa que va a ser el último concierto, nunca quieres pensar en eso, prefieres evitarlo".
Pero el último concierto llego el 24 de julio, en Hondarribia. Como anécdota queda que la última canción que Pablo Milanés cantó ante su público no fue una suya, sino una de Mikel Laboa, el clásico 'Txoria Txori' que el cubano interpretó en euskera. Pérez se emociona al recordar ese momento. "Si le hubiera cortado las alas habría sido mío, / no habria escapado./ Si le hubiera cortado las alas./ Pero así,/ habría dejado de ser pájaro. / Y yo.../ yo lo que amaba era un pájaro", dice la letra. "Diez días después tuvo ya el primer ingreso, el primero de muchos hasta noviembre. Ya su vida fue un ingreso continuo en el hospital, con apenas dos altas muy cortitas en casa", recuerda.
Nancy Pérez Rey sigue viviendo a las afueras de Madrid con sus dos hijos. Cuando le ha tocado trabajar en la obra de su marido, ha tenido que escucharlo. Antes no podía. "Yo me pude despedir de él, pero no te quiero contar eso, prefiero quedármelo yo -dice-. ¿Con qué canción le recuerdo? Difícil quedarse con una, yo siempre cambiaba por temporadas, a veces escuchaba una canción suya durante dos meses y entonces le decía a él, 'mira, esta es mi favorita'. Pero ahora hay una canción que he empezado a escuchar hace muy poquito y la escucho todo el tiempo. Es de finales de los ochenta y es un homenaje a la hombre, a la capacidad humana, se llama 'Para mover su mundo'. Si me preguntas en este momento, esa es con la que me quedo", asegura.
Luego nos cuenta algo que quizás muy pocos saben, que Pablo Milanés tenía también una favorita entre entre sus propias composiciones y que se lo decía todo el tiempo: se trata de 'Nostalgias', un tema del álbum 'Días de gloria', del año 2000, que bien podría haber compuesto hacia el final de sus días: "Todo se va/ Todo tiende a pasar / Por el tiempo que nos señalan / Para ver que al final del viaje/ Todo vuelve para comenzar // Muero al vivir/ Resucito al pensar / Desde aquello que un día soñé / Los espejos que se me rompieron / Los juguetes de mi amanecer".