Su hijo Alejandro, su hija muerta a los 16 y un amor que le rompió la vida: muere María Jiménez a los 73
La cantante, una de las grandes exponentes del flamenco pop, ha muerto este jueves en Triana, tras una vida llena de intensidad.
Le sobrevive Alejandro, el único hijo que tuvo con el actor Pepe Sancho, con quien vivió una historia llena de idas y vueltas
En 1985 fallecía Rocío, su hija mayor, a la que estaba muy unida. La experiencia marcaría su vida en adelante.
"Un espíritu indomable, una personalidad arrolladora, una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable”, así describía su hijo a María Jiménez, muerta este jueves en Triana, Sevilla, a los 73 años. Alejandro Sancho, fruto de su relación con el actor Pepe Sancho, comunicaba así la partida de la artista, una de las grandes impulsoras de del flamenco pop. E intérprete de himnos feministas como aquel 'Se acabó', que tanto cabe recordar hoy en día.
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La artista, que dejo su primer trabajo como empleada de limpieza para lanzarse a los tablados con apenas 15 años, es considerada por muchos una revolucionaria del flamenco. "Ya no soy chacha, soy artista" es una frase que quedará para la historia. Así, Jiménez fue sin duda fue una de las grandes arquitectas de esa figura tan reconocible hoy de mujer empoderada de la transición.
Le sobreviven su hermana, Isabel Jiménez, quien estuvo a su lado en casi todos los momentos más duros que pasó la artista por motivos de salud. Como cuando hace 10 años le detectaron un cáncer de mama (del cual se declaró curada en 2016) o cuando en 2017 tuvo que ser ingresada en la UCI por un problema del aparato digestivo. Y no fueron los únicos. "Me operaron de un cáncer de mama, luego de la garganta, luego me rompí el peroné, dejé de fumar y me entró mucha hambre. He pasado un tiempo pachuchilla, pero ya estoy mejor" le contaba en una entrevista a su Toñi Moreno en 2017.
Una vida llena de dura, como confirmaba también su hijo Alejandro, cuyo padre, el actor Pepe Sancho fue una persona a todas luces tóxica para la familia. Así lo contaba en el 'Deluxe' hace algunos años: "Eran dos caracteres muy complicados, dos trenes que chocan y es desagradable". Estaba todo el día apagando hogueras en casa”, decía Alejandro, que recordaba también las infidelidades de su padre y lo duro que fue para él ser testigo del daño que se hacían ambos.
"Tienes que ser el tío más torpe del mundo para tener a una novieta y llevarla a la casa donde tu hijo puede llegar. La separación fue horrorosa, me frieron la cabeza. Yo estaba en medio”. María y Pepe se separaron en 1983, pero volvieron a casarse en 1985 para volver a separarse poco tiempo después. A pesar de eso, Alejandro siempre se mantuvo muy unido a su madre. Y ha estado a su lado también en sus últimos minutos.
Rocío, su hija fallecida a los 16
Fue Lola Flores la que le dijo que estaba embarazada, sin ella siquiera saberlo. La Faraona tenía esas cosas. Pero corría el año 1979, y María decidió ir a una clínica abortiva. Estando allí, sin embargo, algo la empujó a dar la media vuelta y seguir adelante convirtiéndose en madre soltera contra todo el entorno represivo de la época. Rocío viviría 16 años para darle la razón. Una vida breve cegada en un accidente de tráfico en 1985.
Rocío tenía apenas 16 años. Y el golpe más duro en la vida de la intérprete. Tanto así que muchos años después se resistía a hablar del tema. "Me pongo muy triste" decía con sencillez. "Pero yo he llegado a darme golpes en la pared del dolor que sentía".
María Jiménez aseguraba que su manera de vivir había sido siempre "libre y salvaje" y así lo demostró. Grabó discos hasta 2020, se prodigó en platos y escenarios, incluso cuando no podía bailar. "Mi carrera ha cambiado en que ya no puedo bailar, pero puedo cantar sentada y disfruto una 'jartá". De seguro seguirá haciéndolo.