Cuando la sombra es demasiado alargada: el drama de tener un padre rockstar y querer ser músico
La alargada sombra de la figura paterna ha condicionado más de una carrera musical, independientemente de si el talento se había heredado
Los hijos de músicos populares tienen que lidiar con las comparaciones, las críticas y las acusaciones de aprovechados
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Ser hijo de un músico famoso y tratar de seguir sus pasos puede ser un drama. La alargada sombra de la figura paterna probablemente condicionará todo lo que haga. En primer lugar, siempre tendrán que hacer frente a las comparaciones, a las críticas, muchas veces más furibundas de lo normal, y a las acusaciones de estar aprovechándose de la fama de su apellido. Algunos de ellos, frustrados, terminan abandonando, aunque lo cierto es que muchos realmente sí heredan el talento. Y puede que algunos tengan tanto o incluso más que su progenitor. Por genética o simplemente por haber crecido en cierto entorno, el arte corre por sus venas. Y no es cuestión de reprimirlo. Veamos algunos ejemplos de estirpes creativas y cómo lidiaron con al presión de ser 'el hijo de'.
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Julian y Sean Lennon
Si quieres dedicarte a la música probablemente no haya mayor hándicap que ser hijo de un Beatle. Julian y Sean Lennon lo saben bien. Ambos trataron de forjar sendas carreras cuando su padre, asesinado en 1980, ya no estaba. Ninguno logró acercarse ni remotamente a él. Julian, nacido del matrimonio de John con Cynthia Powell en los albores de la beatlemania, debutó a los 11 años tocando la batería en una canción de su padre. En los 80 desarrolló una interesante carrera como solista e incluso alcanzó el Top 10 del Reino Unido y EEUU con 'Too late for goodbyes'. Después las ventas decayeron y se refugió en el alcohol y las drogas.
Sean, el único hijo que tuvo el músico con Yoko Ono, demostró maneras ya a los dieciséis años al escribir la canción 'All I Ever Wanted' con Lenny Kravitz para su álbum 'Mama Said'. Debutaría en solitario en 1998 con 'Into the sun' y nunca saldría del cauce minoritario, aunque años después formaría The Lennon Claypool Delirium, una banda con la que se ha ganado una cierta reputación.
Jakob Dylan
Ser el hijo de una de las figuras más importantes de la contracultura de los 60 y premio Nobel de la literatura podría intimidar a cualquiera, pero Jakob Dylan nunca se ha agobiado por ser el hijo de Bob, concretamente el menor de los cuatro que tuvo con su primera esposa Sara. Sin ocultar nunca la influencia paterna en su propia música, cercana al country-folk-rock, Jakob se labró una sólida carrera al frente de The Wallflowers y también en solitario. Muchos solo le recuerdan por su hit 'One Headlight', pero ya lleva media vida sobre los escenarios y ha ganado dos Grammy.
Nancy Sinatra
Otra que tuvo que medirse con un listón imponente. Nada menos que el de 'La Voz', como se conocía a Frank Sinatra. Y con todo, Nancy nunca se arrugó y consiguió sacar adelante una carrera en solitario, cierto que bajo el amparo paterno. Pero no menos cierto es que legó para la posterioridad varias canciones de esas que traspasan generaciones. Cuentan que su padre le aconsejó "no sigas mi camino, no me copies", y ella le hizo caso. Aunque no tenía las cuerdas vocales de Frank, consiguió convertirse en un símbolo de la emancipación femenina con 'These Boots Are Made for Walkin'', número uno en EEUU. Otro de sus hits más recordados fue el que compartió con su padre, 'Something stupid'.
Norah Jones
A Norah Jones, ganadora de nueve premios Grammy, no se le puede acusar de haberse aprovechado del apellido de su padre, el músico indio Ravi Shankar, maestro del sitar que hizo famosa la música tradicional india en todo el mundo. De hecho, no supo que Shankar era su padre hasta los 18 años. Su relación fue complicada aunque terminarían estrechando lazos. Musicalmente Norah siguió derroteros totalmente distintos. Su álbum de debut, 'Come Away with Me' le convirtió en una estrella del soul pop, estatus que no ha perdido hasta la actualidad.
Jason Bonham
Ser el hijo del que para muchos está considerado el mejor batería de la historia del rock tampoco fue obstáculo para que Jason Bonham se decantara por las baquetas. John Bonham, el legendario batería de Led Zeppelin, falleció cuando Jason solo tenía 14 años. A los 22 ya tocaba con el exsocio de su padre, Jimmy Page, y con bandas de renombre como Foreigner. Probablemente uno de sus grandes hitos fue tomar el lugar de su padre en el concierto de reunión de Led Zeppelin de 2007 con Page, Robert Plant y John Paul Jones. El show, en el que Jason tenía una gran responsabilidad emocional, quedaría inmortalizado en 'Celebration Day', un tributo perfecto del hijo al padre.
Miley Cyrus
Aquí tenemos un caso algo diferente. Cuando la hija rebasa con creces los talentos de su padre y le pasa por la derecha a toda pastilla. Billy Ray Cyrus fue el protagonista de uno de los one hit wonders más pegadizos de los 90, 'Achy Breaking Heart', pero aquello se quedó en una simpática nota a pie de página de la historia del country. Miley se dio a conocer en la serie 'Hannah Montana', donde Billy Ray también hacía de su padre. Miley causó furor entre el público más joven como princesa Disney, lo que hizo más traumática y polémica su posterior transformación en la descarada y provocadora diva pop que sigue reinando a día de hoy.
Enrique Iglesias
El representante español en esta lista es quizás el que mejor supo igualar el éxito del padre. Y eso que no lo tenía fácil. Julio Iglesias siempre ha podido presumir de ser el cantante patrio más internacional, entre otras muchas cosas, pero Enrique Iglesias consiguió aprovecharse primero de la expectación de su apellido, para después hacerse hueco y consolidarse en todo el mundo con éxitos globales como 'Bailando' o 'Súbeme la radio'. En cambio, su hermano mayor Julio José también intentó abrirse camino en el mundo de la canción pero sus resultados fueron bastante más discretos.