Es uno de nuestros artistas más internacionales, con cifras de récord, un galán que ha conquistado a medio mundo. Julio Iglesias cumple 80 años mientras, como él mismo ha explicado, escribe sus memorias. Lo hace tras unos años retirado de la vida pública, no se sube a un escenario desde 2019, y en algunos momentos han corrido rumores sobre su supuesto delicado estado de salud. Una vida de fama, de amor, de música y repleta de historias que lo colocan como uno de los grandes cantantes que ha dado nuestro país. Repasamos su vida década a década, foto a foto.
Julio Iglesias llegó a la música un poco de rebote, su carrera estaba enfocada al deporte, llegando a ser el portero del Real Madrid, pero en 1962 su carrera deportiva se truncó con un accidente de coche que lo dejó en una silla de ruedas durante casi dos años en los que la rehabilitación fue esencial para poder volver a caminar. Sin embargo, pese a recuperarse, tuvo que abandonar la que hasta ese momento era su gran pasión: el fútbol.
Y eso lo acercó a la música, una nueva pasión que descubrió durante su periodo de recuperación. Le picó tanto el gusanillo que al final terminó tocando la puerta de una discográfica en la que le convencieron para cantar sus canciones y presentarse al Festival de Benidorm de entonces, logrando ganar el certamen en 1968 con ‘La vida sigue igual’. Así llegó su fama hasta que en 1970 quedó cuarto tras su actuación de 'Gwendolyne’ en el Festival de Eurovisión.
No, no ganó, pero grabó la canción en cuatro idiomas y fue todo un éxito en España y Latinoamérica, comenzando así su éxito musical fuera de nuestras fronteras que se fue consolidando a lo largo de la década.
Pero en los 70 también hay que hablar de amor, porque fue cuando conoció a Isabel Preysler, con la que se casó en 1971 y, ese mismo año, tuvieron a su primera hija, Chabeli, tras la que llegaron Julio José y Enrique en medio de su éxito, en la misma década en la que traslada su residencia a Miami tras divorciarse de Preysler a finales de los 70.
Su porte y su elegancia lo elevaron a convertirse en un artista internacional que ha cantado en diferentes idiomas a lo largo del mundo y conociendo a otras grandes estrellas, como al mismísimo John Travolta, con el que coincidió en los 80 en un programa de televisión de Francia. Era un momento dulce para él profesionalmente, pues en el 83 recibió disco de diamante por vender más de 100 millones de discos en todo el mundo y, al año siguiente, le dieron una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
Hace justo 40 años, celebró sus cuatro décadas en una de las fiestas más multitudinarias que se recuerdan, y por partida doble, en Nueva York y en París. A esas dos fiestas acudieron personalidades como Carolina Herrera, Rachel Welch o Ursula Andress, a la que besó durante la velada. Porque sí, Julio Iglesias siempre ha arrastrado la fama de mujeriego que le separó de Preysler y que casi le cuesta su relación con Miranda Rijnsburger.
Miranda y el cantante se conocieron en 1990 en el aeropuerto de Yakarta, se llevaban 22 años y él quedó prendado de ella, aunque esta ocasión le costó conquistarla más de lo que esperaba, ya que ella era conocedora de la fama que precedía a Julio Iglesias con las mujeres, y más en los 90, en plena cresta de la ola de su carrera artística.
Los 2000 se los ha tomado con más calma, ha tenido cinco hijos con Miranda, con quien se casó en 2010, y despidió a su padre, Julio Iglesias Puga en diciembre de 2005. No obstante, y pese a ir bajando el volumen de sus compromisos laborales, en 2013 recibió el reconocimiento por parte del Libro Guinness de los Récords de ser el artista latino que más discos ha vendido a nivel mundial.
Ahora el artista vive tranquilamente, alejado de los focos. En alguna ocasión ha hablado con los medios, como en una entrevista de hace unos meses que concedió para defender a su exmujer, Isabel Preysler. También hace unos meses colgaba una foto en sus redes en la que se le ve con bigote, donde aseguraba estar perfectamente de salud y que, además, está escribiendo sus memorias.