De Beethoven a Kurt Cobain, de Dostoievsky o Yayoi Kusama, el mito del 'artista atormentado' se ha asentado en obras de arte imprescindibles y desafiantes, creadas a partir mentes perturbadas o dolientes. ¿El sueño de la razón produce monstruos? Tal vez. Pero la creación -por lo menos desde el s. XIX- de ese arquetipo ha parido también una serie de subproductos: el poeta maldito, el extravagante, el posero. Es decir, artistas que de manera consciente explotan la propia atribulación con finalidad más comercial que creativa.
Nada de esto se puede aplicar Jeff Tweedy, líder de Wilco y creador principal de discos cumbres del indie de los primeros 2000: pensemos sobre todo los imprescindibles 'Yankee Hotel Foxtrot' o 'A ghost is born' cuya impronta ciertamente melancólica probablemente tuviera que ver con los dilemas de Tweedy o su adición a los opiáceos. Después de publicar 'A ghost is born' el músico, de hecho, ingresó a una clínica de rehabilitación. Y ya se sabe como es el público con el dolor ajeno: siempre quiere más.
"Hay mucha mitología con el artista torturado, no creo que el arte surja del dolor. Todo el mundo sufre en la vida, así que si esa fuera la causa viviríamos rodeados de arte ... y no" ha dicho Tweedy en una entrevista con el periodista Iñako Díaz-Guerra para El Mundo. Para el líder de Wilco, su propia fama de atormentado es una cuestión de "habladurías".
De hecho, preguntado directamente por la percepción de algunos seguidores de la banda de que tras superar sus problemas de adicción sus composiciones habrían decaído, responde muy tajante: "No lo creo. Las diferencias entre cómo escribo ahora y cómo lo hacía cuando estaba jodido son muchas menos que las similitudes. Creo canciones por el mero hecho de que me gusta y he ido evolucionando. Aprender a escribir en prosa ha cambiado la forma en la que escribo letras. Puede gustarte más o menos que antes, pero no tiene que ver con las drogas o el dolor" ha zanjado.
En cualquier caso, Wilco nunca fue un combo dedicado al desgarro, e incluso sus momentos más oscuros los han equilibrado siempre con una pulsión vital basada en la curiosidad por las formas nuevas dentro de su registro más bien folk. Y lo mismo ocurre en 'Cousin', su nueva placa. Un disco que parece asumir la madurez sin estridencias. “Me encanta tomar mis medicinas, tal como me pidió el doctor” dicen en uno de los temas.
¿Es Wilco la alegría de la huerta? Desde luego que no. Como dice el propio Tweedy eso sería poco realista. "Mi objetivo no es ni nunca ha sido ser feliz. No es realista ni necesariamente deseable. Yo quiero ser sincero con mis emociones, capaz de lidiar con ellas y afrontarlas. Busco y disfruto la alegría, la conexión con otras personas, el amor dado y recibido, pero cuando priorizas y sólo aceptas de buen grado la felicidad, acabas estancado y sufriendo porque eres incapaz de afrontar las inevitables emociones negativas, tienes la irreal idea de que puedes elegir cómo te vas a sentir a lo largo de tu vida. Ese es un mal lugar para estar. Prefiero aceptar el dolor y avanzar. Ser feliz está sobrevalorado."
De acuerdo, eso suena atormentado. Pero qué diablos, también le va la marcha: "¿Sabes que es lo que más me gusta ahora mismo de España? Rosalía. Me fascina, es de los mejores artistas vivos. Si los niños te ponen Rosalía, dales las gracias". Es un motopapi.