De Las Vulpes a Nebulossa: lo revolucionario era cantar en el 83 'Me gusta ser una zorra' siendo punkis de Bilbao
Hace 41 años cuatro chicas vascas escandalizaron al país con su actuación en el programa que presentaba Carlos Tena en TVE, cancelado a los pocos días
La polémica desatada por la banda alicantina en Benidorm Fest es casi una 'parodia' de lo que vivimos entonces, a pesar de que su intención no fue feminista
Que la palabra zorra aún necesite reconversión significa que quizás no hemos cambiado tanto
Tiene su gracia la guerra cultural creada después de que el sábado pasado el público decidiese que la canción 'Zorra', presentada por Nebulossa en Benidorm Fest, nos represente este año en Eurovisión. Inesperadamente, la palabra 'zorra' se ha convertido en trending topic durante las últimas 48 horas. Quienes tienen más de 50 -entre ellos está la propia cantante de este dúo de alicantinos, Mery Bas, de 55 años- sienten en todo ello una déjà vu, como que ya hubieran vivido previamente esto hace 41 años. En 1983, fueron Las Vulpes, las que alborotaron a todo un país cuando salieron en TVE un 23 de abril cantando 'Me gusta ser una zorra'. Aquello sí fue un escándalo nacional.
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Era sábado y al programa 'Caja de ritmos', que presentaba Carlos Tena en horario de mañana, se había quedado sin la actuación prevista. Llamaron entonces a 'Las Vulpes', cuatro adolescentes que se negaron a modificar el contenido malsonante de 'Me gusta ser una zorra', una versión libre de 'I wanna be your dog', de The Stooges. La canción se emitió sin censura y sin pitidos que ocultase las palabras que pudieran ser más groseras.
Cuatro días después, el diario ABC publicó un artículo con el título 'Ya basta' que reproducía íntegramente la letra de la canción y acusaba a TVE de haber excedido "ampliamente los límites constitucionales" consagrados en la libertad de expresión. Criticaba, además, que hubiese sido emitida un sábado por la mañana, en horario infantil.
"Subleva al padre de familia"
"Prefiero masturbarme yo sola en mi cama antes que acostarme con quien me hable del mañana. Prefiero joder con ejecutivos que te dan la pasta y luego pasan al olvido", decía la letra que soliviantó a una sociedad que demostró ser menos moderna de lo que entonces se pensaba. "Degrada a la sociedad española, subleva al padre de familia, indigna al ciudadano responsable, quebranta la intimidad del hogar", escribía ABC.
El programa, que presentaba a los grupos más emergentes del panorama nacional ('Siniestro Total', 'Radio Futura', 'Aviador Dro'...), se canceló y el fiscal de la Audiencia Territorial de Madrid interpuso una querella criminal por escándalo público contra su presentador Carlos Tena, Loles Vázquez -alias Anarkoma Zorrita, guitarrista y autora de la canción- y Mamen Rodrigo -Evelyn Zorrita-. Se pedía para ellos cinco años de cárcel y diez de inhabilitación, pero el caso fue sobreseído tres años después.
El portavoz socialista, Pedro Bofill, opinó que había un contenido de cierto mal gusto, pero no que fuera motivo del escándalo que se produjo. "Por otro lado, la letra es imperceptible en la actuación de Las Vulpes por televisión, y es una letra que se enmarca en lo que es el movimiento punk en el mundo".
"Venían autobuses llenos de fachas y nos tiraban botellas"
En 2020, la bilbaína Loles Vázquez recordaba para ICON la polémica surgida: "Si hubiéramos surgido un poco más tarde, con el 'rock radikal vasco', podría haber sido diferente. Pero no nos miraba bien nadie. Para los de Herri Batasuna también representábamos el capitalismo, el americanismo, lo anglosajón. Los partidos vascos, incluido el PNV, no querían rock en sus fiestas. Para ellos era algo de fuera".
Creía que aquello le vino grande. "Tuvimos que grabar [el sencillo con los temas Me gusta ser una zorra e Inkisición] a todo correr, la discográfica nos engañó, nunca cobramos un royalty. Nos timaron completamente. Nos prometían una gira, nos daban fechas de conciertos, pero llegábamos a las discotecas donde teníamos que tocar y estaban cerradas o en obras. No podíamos actuar. Pero a la vez teníamos miedo de incumplir el contrato, por si encima teníamos que acabar pagando nosotras. En otros sitios conseguíamos actuar, pero venían autobuses llenos de fachas y nos tiraban botellas. Por eso nos acabamos separando al poco tiempo".
Las Vulpes abrieron el paso a grupos vascos que fueron surgiendo después: La Polla Records, Cicatriz o Kortatu. No pretendieron hacer un himno feminista y tampoco se consideraron abanderadas de nada. "No pretendíamos nada. Era nuestra vida, lo pasábamos bien, nos gustaba el rock, pasar el rato en el local de ensayo e ir a conciertos, sin más", indicaba Loles en su entrevista con Icon.
Preferían mirar a Londres que a Madrid
El punk había llegado de golpe, como la heroína, una droga de la que nadie sabía nada y se metió en las venas de una generación a la que se llevó por delante. Loles recordó cómo vivían el punk vasco, consecuencia del cierre de fábricas, el desempleo, las drogas duras, el sida, la violencia terrorista, el tiro en la nuca, y el desengaño juvenil, y lo comparaba con la Movida madrileña, que se llevó el halo de leyenda.
"Mientras nosotros estábamos viviendo a ETA, en Madrid estaban de fiesta. Eran hijos de gente del cine que no tenían problema para llegar a fin de mes. Nuestras vidas eran totalmente diferentes. Los de la Movida madrileña nos parecían pijos que se querían divertir. Y estuvieron bien en su momento, en la Transición. Pero no crecimos igual, no podíamos identificarnos con ellos. Para nosotros el punk era lo que se hacía en Londres, no esa cosa como de colorines de Madrid, que no la entendíamos". 'No future', cantaban los ingleses con crestas Sex Pistols mientras cargaban contra el sistema.
Roberto Moso, cantante de Zarama, uno de los grupos más emblemáticos del País Vasco, también lo rememoró así: "La Movida en Madrid era una cuestión más estética que otra cosa. Era elegancia, new wave, 'fiestuki' y 'Terror en el hipermercado'. Y en Euskadi veíamos todo eso y pensábamos Aquí no estamos para 'fiestuki', ¿de qué coño nos habláis?"
Todos estos grupos en el extranjero se convirtieron en ídolos. La Polla Records iba a actuar a Argentina y llenaba como si fuese Michael Jackson. El rock y el punk del País Vasco acabó teniendo más repercusión todavía que las bandas británicas. Incluso Herri Batasuna, que en principio pensó que el punk era imperialista, acabó tomándolo como reclamo y montó sus propios festivales, llamados 'Martxa Eta Borroka (Marcha y lucha)', donde tocaban solo los grupos comprometidos con la causa abertzale.
La heroína marcó el fin
De rebeldía pasó a gravísimo problema de salud. Murieron Iosu y Juanma de Eskorbuto, casi todos los miembros de Cicatriz y también Lupe Vázquez, batería de Vulpes y hermana de Loles. "Eso fue en el 93 y no de sida, como se ha dicho por ahí. A mi hermana le pegaron un tiro en la cabeza en Menorca, porque se fue allí con su novio a trapichear con cocaína y se cruzó con los que dominaban el cotarro, que era gente que mandaba mucho", contó Loles.
¿Qué ha sido de las Vulpes?
Hoy tiene 59 años y trabaja como auxiliar de enfermería. Begoña Astigarraga (Ruth Zorrita, bajista) es periodista y Mamen aprobó unas oposiciones de Correos. La portada de 'Me gusta ser una zorra' es objeto de deseo de los coleccionistas. Para el rebelde Carlos Tena, aquel escándalo significó también el principio del fin de su carrera en la televisión pública. Además de cancelarse inmediatamente 'Caja de ritmos', él mismo sufrió el rechazo de los sucesivos directivos del ente público. En 1994, Tena abandonó definitivamente la televisión,.
Llama la atención que hoy la música de Nebulossa suene subersiva. La disputa deja cierto aroma a naftalina. Poco hemos cambiado si, cuatro décadas después de Las Vulpess, la palabra zorra centra el nuevo himno de España y la canción de Nebulossa pasa a nuevo hit que escucharemos hasta el hartazgo con ese marchamo de empoderamiento. Y esto ocurre porque la imagen negativa y estereotipada de la mujer sigue trasladándose a muchas palabras y expresiones de nuestra lengua. El hombre zorro es astuto, mientras que una mujer zorra es una prostituta.
Aún falta el veredicto final de la Unión Europea de Radiodifusión (UER). De acuerdo con su normativa, "las letras y/o interpretaciones no deben desprestigiar al Festival de la Canción de Eurovisión, ni a los espectáculos ni a la UER. Durante la actuación no se podrán realizar discursos ni gestos. No se permite lenguaje inaceptable en las letras ni en la interpretación de las canciones". ¿La escucharemos finalmente tal y como la cantó Nebulossa en Benidorm Fest? Será el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Martin Österdahl, quien comunique si la canción cumple con las normas del festival.
Pero la UER no solo no permite "un lenguaje inaceptable" en las letras de las canciones que se presentan a Eurovisión, tampoco permite "la exposición de desnudez en el escenario". Y 'Zorra' lleva una puesta en escena de dos bailarines que se quedan en tanga. Este dúo de Ondara (Alicante) que forman Mery Bass y Mark Dasousa, casados desde hace más de 20 años, no ofrece la mejor voz ni el estilo de canción que suele acabar en los primeros puestos del festival. Sin embargo, desafían con su apuesta el edadismo y reivindican el drag. Y no parecen abrumados por el debate abierto en este momento: "No tenemos 20 años. Me la suda todo", ha zanjado la intérprete.