The Cure vuelven entre tinieblas: así es 'Alone', su primera canción en 16 años
La banda británica ha publicado el primer anticipo de su muy esperado nuevo álbum, 'Songs of a Lost World'
Lo nuevo de Robert Smith y compañía evoca las atmósferas densas y depresivas de discos como 'Disintegration'
Robert Smith y su cruzada contra los precios abusivos de los conciertos
Robert Smith lleva tantos años diciendo que tenía un nuevo disco de The Cure casi a punto que algunos ya nos tomábamos a broma cada nueva mención que hacía al asunto. De no ser porque en sus últimas giras sí han ido estrenando nuevo material, algunos habríamos apostado mucho dinero a que jamás llegaría el sucesor del ya lejano '4:13 Dream', de 2008. Pero finalmente, Smith ha decido "salir a bailar" (a su gótica manera, claro está) y ‘Songs of a Lost World’ ya es casi una realidad. Llegará el 1 de noviembre, justo en la noche de Halloween, aunque antes podemos degustar un adelanto, 'Alone', el primer single de la legendaria banda británica en 16 años.
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Cualquier melómano que se precie sabe que hay, esencialmente, dos The Cure posibles. El de los singles de melodías adictivas y tristeza feliz que encontramos en 'Just Like Heaven', 'Friday I'm in love' o 'Close to Me', y el de las atmósferas densas, opresivas y abatidas de álbumes como 'Faith', 'Disintegration' o 'Bloodflowers'. 'Alone' ya nos anticipa que lo nuevo de The Cure va a caer del lado sombrío, oscuro casi negro.
Siete minutazos en la era de TikTok
Como si no estuviéramos en 2024 y no viviéramos en plena dictadura de TikTok, esa que obliga a que las canciones duren poco más de 2 minutos y que ya muestren algún gancho en los primeros 10 segundos, The Cure llegan con toda su solemne majestad a cuestas y nos plantan un tema de casi siete minutazos. Y Smith no empieza a cantar concretamente hasta el 3'26". Toma declaración de intenciones.
El final de cada canción
Hasta que entra la voz lo que se desarrolla es una de esas prolongadas sinfonías brumosas y expansivas marca de la casa, con las guitarras distorsionadas de Smith y Reeves Gabriels, los teclados envolventes de Roger O'Donnell, la batería poderosa de Jason Cooper y el bajo prominente de Simon Gallup creando el ambiente necesario para que cuando Smith entone líneas como "Este es el final de cada canción que cantamos. El fuego ardió hasta dejar cenizas y las estrellas se empañaron de lágrimas" nos sintamos como si efectivamente estuviésemos ante el fin del mundo.
Se sabe que 'Alone' abrirá 'Songs of a lost world', y que detrás irán otros siete cortes que no diferirán mucho de ese desolado tempus fugit que ha caracterizado buena parte de su trayectoria. “Quiero que el disco funcione de manera como lo hacen esos grandes álbumes de The Cure que son como una sola pieza. Me gustaría que la gente lo escuche de principio a fin y que se sienta transportada a algún lugar durante el tiempo que dure”, ha dicho Smith. Loables intenciones, aunque un tanto extemporáneas en un mundo que reclama placeres tan instantáneos como efímeros. Pero The Cure siempre antepusieron el arte al comercio. No iban a cambiar a estas alturas.