"Ya podrían haberme nombrado personaje del año en enero, que ahora solo podré disfrutarlo unos días" decía jocosamente Alejandro Sanz al recibir el premio al Personaje del Año de Vanity Fair este miércoles. El buen humor del artista se hacía palpable no solo en su discurso sino también en su actitud, algo que han celebrado sus fans que le ven plenamente recuperado del bajón anímico que atravesaba meses atrás.
De hecho, su discurso de aceptación no tuvo desperdicio ya que el músico sorprendió con una auténtica sesión de 'coaching' en la que destacó un concepto personal que no dudó en compartir con el público invitado. Se trata de lo que Sanz llama "constancia inconsciente" y que el autor identifica con una "búsqueda obsesiva sin esfuerzo".
"Es lo que podríamos definir como amor -decía Sanz-. Amor a lo que uno hace, sin importar los obstáculos reales o ficticios, sin importar las opiniones, los chismes, la insignificancia opulenta... Las cumbres se afrontan sin importar la incertidumbre que te crea lo cómodo o lo inquietante que sea el valle. El esfuerzo no existe si sabes dónde vas", señalaba.
Para nadie es un secreto que el 2023 no fue un buen año para Sanz. El artista vivió una ruptura personal con su anterior pareja, la modelo cubana Rachel Valdés y tuvo además una serie de problemas de impuestos -motivados por una traición de un amigo, según señaló él mismo- por los que contrajo deudas millonarias tanto en España como en EE UU, lo que de hecho lo llevó a vender su querida finca El sueño de los parrales en Cáceres. Tal fue el bajón anímico del artista que llegó a decir en sus propias redes que "a veces no quiero ni estar".
Pues, bien, hoy, plenamente recuperado Sanz no solo tiene una nueva pareja, la actriz Candela Márquez, con quien dice encontrarse "muy feliz" y quien lo acompañó al acto de Vanity Fair. ¿Cómo lo ha logrado? En sus palabras el propia cantante daba pistas sobre su manera de sobreponerse a las adversidades. "Cuando me enfrento a un nuevo reto, a un nuevo disco, siempre intento pensar que voy cuesta abajo. Es un truco que funciona. Como cuando hacíamos los patinetes de chico para tirarnos por las cuestas, pues igual. No tiene sentido estar enamorado de la vida pensando en que no va durar". Esa "constancia inconsciente" a la que se refiere y que bien podría ser una inercia, o un instinto empujado por el propio amor a lo que haces. Al parecer, Sanz no solo habla de superación sino que pone en práctica sus palabras.
"Déjenme decirles que el año que viene pienso seguir siendo el mismo hombre que he sido -concluía en su discurso-. La necesidad de ser la mejor versión de uno mismo no caduca con el año nuevo".