Cuando el joven Paul McCartney se preguntaba en 'When I'm sixty four' cómo sería su vida cuando fuese un señor mayor, seguramente no sospechaba que esa letra envejecería bastante peor que él mismo. “Si tuviera que escribirla ahora la llamaría ‘ Cuando tenga 94", ha confesado recientemente Macca, que a sus 82 años sigue en una forma envidiable y dando conciertazos dentro de la gira 'Got Back' con la que está viajando por todo el mundo. Este 9 y 10 de diciembre hace parada en el Wizink Center de Madrid, con todo el billetaje agotado hace meses, en la que probablemente sea la última oportunidad de ver al músico vivo más importante de la historia por estos lares.
Que el exbeatle sea aún capaz de ofrecer espectáculos de tres horas, conservando la energía y vitalidad intacta, moviéndose constantemente por el escenario y manteniendo un nivel vocal todavía aceptable es una especie de milagro, y todo un regalo para los aficionados a la música. "Sexo, drogas y Rock and Roll", responde irónicamente el autor de 'Yesterday' cuando le preguntan por el secreto de su eterna juventud. Pero aunque Paul tuvo de todo eso en generosas cantidades durante su juventud, la clave de su longevidad hay que buscarla más bien en el estricto estilo de vida y dieta que viene manteniendo desde hace muchos años.
Cualquier aficionado a 'Los Simpsons' recordará que fue McCartney el responsable de que Lisa Simpson se pasara a la dieta vegetariana. El músico británico dejó de consumir carne en 1975 y, junto a su mujer Linda Eastman, fue una de las primeras celebridades en manifestarse activamente en favor de los derechos de los animales. Precisamente Linda llegó a montar una empresa, Linda McCartney Foods, de comida saludable. Tras su fallecimiento en 1998, Paul y sus hija Mary y Stella publicaron un libro de cocina con sus mejores recetas de origen vegetal.
Los platos favoritos de la familia McCartney son la ensalada de espinacas, aguacate y setas, el tabulé de quinoa, los fideos de arroz con edamame, brócoli, jengibre y ajo, el risotto de setas con hierbas, las lentejas al curry o la tarta de queso con fresas. Paul ha adoptado esta filosofía de alimentación durante décadas, y con ella ha mantenido su cuerpo ágil y su salud en óptimas condiciones: “Si vuelvo de una gira y he comido mucha comida de hotel, lo primero que hago es cocinar brócoli o alguna ensalada. Eso me hace sentir renovado”. Durante los tours, Paul siempre va acompañado de su chef personal, quien le prepara platos como tallarines Pad Thai, hamburguesas de yaca y ensalada panzanella.
Además de su dieta, McCartney también tiene la meditación trascendental entre sus rutinas diarias, un hábito con el que comenzó en el famoso viaje de los Beatles a la India a finales de los 60, de la mano de Maharishi Mahesh Yogi. Macca suele practicar unos 10-15 minutos diarios en ejercicios de respiración y repetición de mantras mientras se mantiene en una posición confortable. Esta actividad le ha permitido manejar el estrés, conocer mejor sus emociones y hallar una mayor sensación de paz interior. "Es un regalo para toda la vida. Es algo a lo que puedes recurrir en cualquier momento. Cuando estás descansando, cuando estás en el trabajo o cuando estás en un avión. Es algo fantástico", ha comentado el artista.
Otro hábito de la cultura hindú que mantiene a McCartney en plena forma es su rutina de ejercicios de yoga, lo que le permite tener la movilidad y flexibilidad necesaria en el escenario. Macca le dedica unos 45 minutos diarios a realizar posiciones de yoga bien conocidas, como el saludo al sol, la de la vaca y el gato o la del árbol. Incluso le hemos visto levantarse sobre sus codos en la postura invertida conocida como parada de cabeza. Recientemente también ha confesado que practica yoga ocular, una técnica para fortalecer y relajar los músculos de los ojos que también aprendió en la India y que ha evitado que hasta la fecha tenga que usar gafas.
Además, el exbeatle también sigue una rutina de entrenamiento simple pero efectiva, que incluye estiramientos con un rodillo de espuma, cardio ligero en una máquina elíptica y una breve sesión de running en la cinta. Nada demasiado exigente pero más que suficiente para mantenerse activo. A lo que hay que añadir una buena calidad de sueño. Todo ello le permite a Macca seguir ofreciendo el mejor show posible cada noche y con la misma pasión y energía de siempre.