Desde que saltara a la fama en los años 80 junto a los Pegamoides, Alaska se ha consolidado como una de las artistas referentes de nuestro país. Además de en la música, la cantante ha conseguido resaltar en otros ámbitos como el de la televisión, donde llegó a protagonizar un documental junto a su pareja, Mario Vaquerizo. Ahora, sin embargo, se ha aventurado en solitario en ‘Alaska revelada’, donde se sincera como nunca acerca de su faceta personal y profesional y mismo lugar en el que, de nuevo, la diva de la Movida madrileña ha dejado declaraciones relevantes tal y como ya ha hecho a lo largo de sus décadas de trayectoria.

En el reportaje, disponible en Movistar+, Alaska divide su relato en tres temas: salud, dinero y amor. Es en esta última faceta donde aclara su orientación sexual. “Yo entendí que era bisexual. He tenido relaciones con chicas y con chicos, con ellas mucho más físico y con ellos hay una implicación emocional que nunca he sentido hacia una chica, pero no puedo dejar de decir que cuando veo una chica que me gusta, me gusta mucho. Pero con chicos he tenido amores, y es diferente”.

“Siempre he sido conservadora, decir de mí que soy transgresora es no conocerme”, expresó en una conversación con ‘elDiario.es’.

A pesar de que la artista nunca ha querido encasillarse de forma pública en un pensamiento político, Con 'Hércules Magazine' detalló algo más sus ideas: "Yo no puedo decir que sea de izquierdas aunque se supone que determinados pensamientos como, yo qué sé, el matrimonio gay, la postura hacia la eutanasia o determinadas cosas no encuadrarían en otro sitio. Odio las etiquetas, sobre todo cuando son tan absurdas. Me encanta la gente socialista que tiene tres chalets, me parece el despiporre. Prefiero a Warhol, que lo tenía muy claro desde el principio. Si él hiciera un partido político entonces sí que me mojaría absolutamente". 

La cantante se considera una persona muy maniática aunque lucha día a día consigo misma: “Me hago listas todos los días, pero lo que más he ganado con la edad es paciencia conmigo misma”, ha revelado a La Vanguardia.

En el medio anterior, también se sinceró sobre el vértigo que siente con la mirada puesta en el futuro: “A los 52, sentí que me quedaba menos de lo que ya había vivido”, confesó.

Sin embargo, durante el pasado también son varias las ocasiones en las que tuvo que hacer frente a la confusión e incluso a la vergüenza: “Con doce años yo era una niña desarrollada, ancha, y no encajaba en ninguna posibilidad estética que me estaba interesando a mí y yo estaba horrorizada con el desarrollo tan temprano y le pedí a Santa Gema que parase el crecimiento del pecho porque sentía vergüenza”, ha explicado en Movistar+.

Y es que, a pesar de la creencia popular, Olvido es muy tímida según confesó a elDiario.es, donde habló sobre acompañar de adolescente a su madre a Londres con la excusa de saber inglés para comprar discos y camisetas de grupos: “Luego yo soy ultra cortada y me da vergüenza hablar y no le ayudaba en nada”.

Son varias las ocasiones en las que se ha referido a la sobreexposición, como en ‘Atención obras’: “Tanto nos dicen a los famosos que estamos sobreexpuestos... ¿perdona? Incluso yo, mostrando mi vida en un reality de televisión, estoy mucho menos expuesta que una persona que no conozco de nada pero cuya vida conozco al detalle porque la transmite por Instagram”.

Precisamente sobre la exhibición en las redes sociales comentó a 'Vanity Fair' que, a pesar de los continuos comentarios a los que tiene que hacer frente, no se acostumbra a recibir la opinión ajena: "Instagram me gustaría más si se pudiera no poner un "me gusta" ni comentar, sería mucho mejor. ¿Qué más me da que te guste? ¡No lo he puesto para que me des tu opinión!”.

Y es que, a pesar de su gran popularidad, en su documental confiesa que no quería ser “músico, ni cantante, ni famosa”: “Quería pertenecer. Una forma de vida en sí misma”, señala. Sin embargo, al menos de cara a la opinión pública, tiene claro su personaje: “Si me preguntas cómo quiero que me llames, llámame Alaska”.