Los Sírex, pioneros del rock español y teloneros de los Beatles en el 65: “No se nos ha reconocido”
El grupo barcelonés, pionero del rock and roll en España, prepara varios conciertos con estrellas invitadas para principios de 2025
“A principios de los sesenta no es que nos miraran como a bichos raros, pero sí como a bichos especiales”, reconoce Leslie, cantante de la banda
Telonearon a The Beatles en 1965: “Eran los mejores compositores del mundo, pero yo prefería la energía de Mick Jagger moviendo el culete”
Cuando el 3 de julio de 1965 The Beatles actuaron en Barcelona, Los Sírex fueron sus teloneros. Leslie y sus compañeros solo pudieron disfrutar de cuatro canciones de John, Paul, George y Ringo: a continuación tenían una actuación en Cornellà. Durante el último tema de la banda catalana, “El tren de la costa”, Leslie puso en práctica su habitual estrategia de abandonar el escenario para provocar que, a su regreso, el público pidiera un bis. Entre bambalinas, en los pasillos de la Monumental, y chorreando sudor, tropezó con Paul McCartney, que volvía del lavabo escoltado por un policía. “You’re tired!” (“¡Estás cansado!”), le dijo el beatle; a lo que Leslie respondió: “In five minutes, you too!” (“¡En cinco minutos, tú también!”). Paul se echó a reír.
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Muy pocos artistas con carrera en España pueden presumir de haber tocado con The Beatles; de hecho, comparten tal privilegio Los Pekenikes, Torrebruno, Juan Cano, Los Rustiks, Beat Chicks y Modern Four, que los telonearon en Madrid. De haber cruzado unas palabras con alguno de los chicos de Liverpool tal vez solo está en disposición de alardear Leslie (Antoni Miquel Cerveró), auténtico mito viviente del pop en nuestro país. A sus 80 años, sigue capitaneando la banda que a principios de 2025 (el 10 de enero en Madrid y el 7 de marzo en Barcelona) ofrecerá dos conciertos con ilustres invitados (Carlos Segarra, Miguel Ríos, Loquillo y otros) para celebrar sus 65 temporadas en la música. Luego tocarán en Valencia, Calella y más ciudades.
“Cuando regresé al escenario, mis compañeros del grupo me recriminaron mi pequeño retraso. Les dije: ‘Coño, estaba hablando con Paul McCartney’. Y ellos: ‘¡Vete a la mierda!’”, recuerda Leslie, sentado a la mesa de una antigua cervecería madrileña. Cuando Los Sírex llegaron a Cornellà, les asediaron a preguntas sobre cómo había ido el concierto con The Beatles. “Pues una maravilla”, responde ahora. “La plaza estaba que no cabía una aguja, y en la calle había tanta gente como dentro. Fue un día muy bonito para nosotros”.
Aquella mítica actuación tuvo su intrahistoria. Según Leslie, una semana antes del concierto no era seguro que se celebrase “por los problemas políticos del momento”, explica. “Fraga Iribarne, entonces ministro de Información y Turismo, dijo: ‘Señores, es el mejor conjunto y esto no se puede suspender, el mundo entero se nos va a echar encima”. Una vez en el recinto, el cantante barcelonés se sorprendió del enorme dispositivo de seguridad. “No sabía que tuviéramos tanta policía a caballo. Controlaba a la gente para que no se colara”. A pesar de que no sonaron bien, disfrutó de lo poco que escuchó de The Beatles. “Desde ‘Twist and shout’, con la que empezaron, comencé a babear. El sonido era una mierda, pero la gente no iba a escuchar a The Beatles; iba a ver a sus ídolos”.
El nacimiento del rock en España
Aquella noche de julio, Los Sírex tocaron techo. No les fue fácil llegar a ese punto: pioneros del rock and roll en España, al principio fueron incomprendidos. Leslie, que con 14 años se había comprado una guitarra, montó con cuatro amigos El Cuarteto Azul, en el que tocaban canciones italianas. Descubrió el rock en las fiestas que los marines estadounidenses montaban en chiringuitos de la Barceloneta. “Allí empezamos a escuchar a Eddie Cocham, Gene Vincent, Chuck Berry… Todavía tiemblo cuando lo recuerdo: el rockabilly me dejó alucinado”.
Una canción en especial le dejó marcado: “The train kept a-rollin’”, de The Johnny Burnette Trio. El DJ de una de esas fiestas lo estaba pinchando, y Leslie se acercó a él para comprárselo enarbolando dos billetes de 25 pesetas. “Para mí 50 pesetas era el no va más; para ellos era un soplo”, dice. “Me echó una mirada… No aconsejo que lo haga nadie, y es lo único malo que he hecho en mi vida, pero robé el disco y lo conservo”.
Los Sírex, que acababan de formarse, conocieron a Leslie y lo invitaron a cantar con ellos. En el primer ensayo, el joven cantante preguntó al resto del grupo si sabía tocar “Be bop a-lula”, de Gene Vincent. Respondieron que sí. “Pero la tocaban muy despacio. La empecé muy rápido y vieron que yo era un cantante”. Sus primeros conciertos los dieron en un salón de bodas de El Pinar, en el Poble Sec. “Había una orquesta, pero la gente joven se aburría mucho. Nos pusieron en un rincón a actuar, y el éxito fue tremendo. La novia bailaba twist, rock and roll… Y aquello nos hizo coger tablas”.
Fue en esos días cuando a Antoni le endosaron el apodo por el que todo el mundo sigue conociéndolo. “El batería también se llamaba Antonio. Mis compañeros me llamaban Leslie para cachondearse y Leslie me que quedado”. El nombre del grupo lo inspiró Guillermo Rodríguez, bajista, cuyo padre trabajaba en una óptica. “El sírex es un hilo de nailon que sujeta el cristal a la montura, sobre todo en gafas como Ray-Ban”, describe Leslie.
Y así, en 1961 los contrataron para tocar en un club de Calella. Leslie aún no había cumplido 18 y compaginaba sus estudios con un trabajo de diseñador de joyas para una tienda. “Como era menor de edad, para actuar en Calella tuve que aportar un permiso paterno. Mi padre me dijo: ‘Estás de joyero y encantado, esto del rock and roll puede que solo dure el verano…’. Insistí en que quería intentarlo. Cogió del hombro a mi madre y me soltó: ‘No digas nunca que tus padres te han prohibido hacer lo que has querido, pero sé buena persona’. En casa solo he visto besos, abrazos y sonrisas”, comenta Leslie, menor de cinco hermanos e hijo de pescador. A su debut en Calella asistieron todos los padres de los chicos del grupo. “Fue un triunfo tremendo y mi padre dijo: ‘El año que viene vuelvo y os hago la comida”.
Fundadores pero infravalorados
A principios de los sesenta, en grupos como Los Sírex y algunos más estaban los chavales más modernos de una España que no perdía su olor a naftalina. “No es que nos miraran como a bichos raros, pero sí como a bichos especiales”, dice Leslie. Consiguieron un contrato discográfico, pero en la compañía querían que grabasen canciones del festival de San Remo. “Era como se vendían los discos —explica—, aunque conseguimos dejar claro que el rock and roll era lo bueno y lo que queríamos hacer”.
Publicaron su primer disco, un EP de cuatro canciones, en 1964. A partir de entonces encadenaron varios éxitos de ventas, como “La escoba” (1965), “Que se mueran los feos” (1965) o “Lo sabes” (1966). Llamaban la atención no solo por su música; también por su acicalado aspecto de traje y corbata (y tupés y patillas) y su feroz propuesta en directo, con conciertos en los que se movían convulsos sobre el escenario y tocaban hasta de rodillas. En ese sentido, estuvieron más influidos por los incipientes The Rolling Stones que por The Beatles.
“Descubrí a The Beatles en 1963 en Calella”, indica Leslie. “Una alemana trajo el disco de ‘She loves you’. Pero siempre me gustaron más The Rolling Stones. The Beatles eran los mejores compositores del mundo, pero Mick Jagger me daba energía moviendo el culete. Era lo que más me gustaba. A los Stones los visto hasta en el Madison Square Garden de Nueva York. Siempre me ha atraído gente que encima del escenario te provoque sensaciones”.
Y sin embargo, al contrario que ocurre en países anglosajones, donde el respeto por los clásicos del rock es intocable, en España parece que aquellos primeros grupos no acaban de ocupar el lugar que se merecen en la historia. “No se nos ha reconocido”, concede Leslie. “Hoy se vive muy rápido. Tuvimos la suerte de vivir los sesenta y los setenta. En los ochenta llegó la movida, que cambió el chip y empezaron a pasar otras cosas. Lo mismo les ha sucedido a Los Pekenikes, Los Relámpagos o Micky y Los Tonys, a los que tampoco se ha reconocido”.
La idea de los conciertos de 65º aniversario surgió después de que Los Sírex actuaran, en febrero de 2024, en el festival Rockin’ Race, en Torremolinos, cita ineludible para los amantes del rockabilly. “Como éramos los abuelos nos pusieron a una hora muy temprana. El público estaba formado por gente joven. Cuando terminamos, se había vuelto loca. En el camerino nos esperaban músicos de otros grupos para hacerse fotos con nosotros. A raíz de aquello, nos llamó un promotor para hacer más cosas”. Esperan juntar al menos a tres generaciones en sus conciertos de 65º aniversario. “El otro día me paró una chica joven para pedirme un autógrafo. Le dije: ¿Es para tu madre?’. Respondió: ‘No, para mi abuela”, dice entre risas.