“La última vez que me pasó estaba en Nueva York. Iba distraída, miraba la gente pasar, cuando vi venir un chico guapísimo y pensé ‘ay, cómo me gusta’. Y era Mario”, dice muerta de risa Alaska. Mario Vaquerizo infla el pecho y todo orgulloso acepta los elogios de su mujer y los devuelve: “Nos gustamos mucho. Yo le digo todo el tiempo que está guapísima. También si no me gusta algo, por ejemplo, no me gusta esa ceja”. Alaska vuelve a reír: “Él comunica todo todo el tiempo”.
Los 22 años juntos, o casi 23, como se apresura a apuntar Alaska (que prefiere contar desde el primer beso, un 10 de junio de 1999), se hacen evidentes hasta en la manera de hablar: uno empieza una frase y el otro la termina. Como si su cerebro funcionara conectado por el famoso hilo rojo que, según la leyenda, une a las almas gemelas.
De personalidad, aseguran, son radicalmente opuestos: él se despierta de buen humor y habla todo el tiempo. Ella es “más tranquila”. Si se enfadan, ella no lo vuelve a mirar “por tres días”. El despliega durante horas su verborragia indignada hasta que se olvida: “¿por qué me había enojado?”
Por lo demás, son un equipo de primera división que no para de trabajar. Entre los shows de Alaska, que no ha perdido ni un ápice del brillo que lucía en los años de la movida, y sigue actuando con su grupo Fangoria, y los de Mario con las Nancys Rubias, les llegó una propuesta imperdible: componer un himno para la Copa del Rey.
Así nació “Celebrar es ganar”, la canción que interpretarán este sábado en la final del campeonato en el estadio de La Cartuja en Sevilla y que podrá verse por Telecinco. Alaska es más futbolera que Mario pero ninguno de los dos se reconoce especialmente fan del deporte.
-¿Por qué eligieron hacer la canción de la Copa del Rey?
Mario: -Es el primer himno oficial de la Copa del Rey y la Federación nos dijo que hiciéramos lo que quisiésemos. Basándonos en el leit motiv de la Copa del Rey que es en el que tienen cabida todos los equipos, no solo los de la primera división. Y eso nos animó a decir que sí, porque además es un lujo cantar en este evento.
-¿Hay colaboraciones que les traen conflicto? Por ejemplo, hacer la canción de algún partido político…
Mario: -A mí mientras que me dejen ser yo mismo, bienvenido sea. Lo vivo como un ejercicio de tolerancia. Nosotros somos artistas pop, y hacemos cosas pop. Nunca nos crea conflicto hacer cosas que nos permitan ser como somos. Somos artistas muy transparentes. La gente quiere a Alaska y Mario por lo que somos y ya está.
-¿Entonces no hay límites?
Mario: - Hombre, pues Olvido no cantaría para una corrida de toros.
Alaska: - Claro que hay límites y no es solamente una cosa de fundamentos ideológicos o morales. También por cómo está planteada la situación, ves la preparación de la gente que te está pidiendo, si están organizados… También hay límites que pones por el momento personal que estás viviendo.
Mario: - Pero no somos artistas muy atormentados.
Alaska: -Cero atormentados.
-¿Tampoco cuando aparecen las críticas?
Mario: -Cuando no eres nadie no te critican.
Alaska: -No es cierto, porque hoy en día con las redes todo el mundo es alguien. Es como lo de los 15 minutos de fama de Warhol, todos tendrán una crítica.
Mario: -Da igual.
Alaska: -No puedes pensar en eso.
Mario: -A mí solo me importa mi opinión y de la gente que realmente me conoce. Y cuando hago algo mal, me regañan. Tengo tantas cosas que hacer, tantos himnos que cantar, que lo que digan los demás está de más.
-¿Qué opináis de la música de Rosalía, C. Tangana y el reguetón que está acaparando la música popular de hoy?
Mario: -Rosalía es una auténtica estrella. Al igual que C Tangana. Fuimos a verlo. Disfrutamos un montón con la música. El reguetón es revulsivo como en su momento fueron Alaska y los Pegamoides, y otros grupos de la movida…
Alaska: -Lo que se dice del reguetón, es lo mismo que se dijo del rock, del funk: que no es música, que no bailan… Siempre ha pasado. Decir que Tangana y Rosalía son artistas de reguetón, es pasarse cuatro pueblos. Utilizan un determinado estilo, pero también utilizan bachata y música electrónica. Volviendo al reguetón, quiero decir que es el último gran revulsivo. Te guste o no. Participes o no participes.
Mario: -Como nosotros estamos a favor del revulsivo, pues viva el revulsivo reguetonero.
-De hecho, de tan revulsivos algunos han vivido censuras, como C. Tangana…
Alaska: -A Tangana no solo se le censuró una canción sino un concierto. ¿Qué hizo él? Dar el concierto gratis. Olé Tangana.
Mario: -Esos son los artistas que nos gustan. Los artistas tontos no nos interesan nada. Nos interesan los que invierten en sus giras como él que hace un ejercicio de estilo audiovisual maravilloso…Vamos a ver. Que ya somos mayores, que vengan cuatro feas a censurar… ¿No habíamos pasado la censura? Si no te gusta...
Mario y Alaska (a la vez): -No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
-¿Era más difícil hacer música en un movimiento revulsivo en los años de la transición?
Alaska: -Es lo mismo. Tu haces lo que quieres si quieres. Si no quieres no pongas excusas. No necesitas que la ley esté de tu lado, no necesitas que el público mayoritario esté de tu lado. Tu haces lo que quieres y asumes las consecuencias. A finales de los 70, la consecuencia era que entraban en el local donde estabas y te llevaran a la comisaría. Hoy la consecuencia es la autocensura en las redes. Yo era más joven y elegí vivir de una forma que me daba completamente igual porque el enemigo era claro. Era uno. Hoy en día, el enemigo está en todos lados. En cualquier esquina, por cualquier ideología o comentario. Lo veo muchísimo más complicado ahora. Pero vamos, chica, haz lo que te de la gana, que el mundo ideal no existe.
-¿Os protegéis de los que atacan en las redes?
Alaska: -No diría que hay protección porque la única protección de las redes es no tenerlas y amordazar a tus amigas para que no te vengan a contar todo lo que se publica. Como eso es imposible lo que hay que intentar es pasar, bloquear a los maleducados, anónimos siempre. Y pasar. Solo tenemos Instagram. Me divierte, me gusta, me apetece pensar qué voy a poner mañana y, si hay algo desagradable, dura 24 horas. Es maravilloso que las redes sociales nos hayan tocado a una edad, porque no nos llevamos los grandes disgustos de la vida con eso. Ya tenemos una edad.
-Es decir que el mundo influencer no les es ajeno…
Mario: -Son distintos lenguajes, igual de válidos. Yo he ido a los premios Idolo (los premios a las celebridades de las redes sociales) invitado por Dulceida, a quien admiro muchísimo porque es una trabajadora nata. Es joven pero es una tía madura que maneja su empresa. Los influencers no tienen ningún pudor de decir que son famosos. Lo dicen a todo coño, y eso es una maravilla. Aunque haya una diferencia generacional me siento unido a ellos.
-Juntos 22 años… ¿Qué hacen cuando se enfadan?
Alaska: -Yo no mirarle.
Mario: - Y yo estoy “pipí, pipí, pipí” hasta que me olvido de por qué estaba enfadado. Alaska ahora hace una técnica de silbar para calmarse.
Alaska: -Es muy bueno que seamos tan distintos para enfadarnos.
Mario: -Está muy bien que seamos tan diferentes porque imagínate dos loros. O dos mudas.
Alaska: - Yo preferiría dos mudas. No pasa nada, el silencio es muy bonito.
-Alaska, ¿él se levanta hablando?
Alaska: - El se levanta de muy buen humor, debo decirlo, eso es una maravilla.
-¿Qué condimentos hacen que funcione un matrimonio por 22 años?
Mario: -No son matemáticas.
Alaska: -Es que si no te pone la persona con la que estás, por mucho que tu digas… Yo no creo en lo de vamos a ver un especialista. Es así. Los sentimientos no tienen fórmula.
Mario: -Otra cosa es que la relación tienes que trabajártela. No hay que ser egoísta. Pero no autoengañarse
Alaska: - Dentro de la rutina diaria a veces estás cansado, tienes otras prioridades que no son el sexo, eso puede pasar. Pero si no te atrae la otra persona no te lo puedes trabajar. Habrá más o menos encuentros sexuales pero te gusta la persona con la que estás. Si no te gusta... Hay un error en pensar que es una cuestión de edad. Te puede pasar a los 19 con la persona que llevas desde los 14. No tiene que ver con la edad, ni con la madurez, tiene que ver con la vida diaria, con la relación, con cómo te llevas con la persona. Y la atracción.
-O sea, os gustáis mucho.
Alaska: -Sí, por mi parte sí.
Mario: -Yo te puedo mentir pero a la gente que quiero no le puedo mentir, y si mi mujer no me gustara no se lo podría ocultar. Me sale decirle, estás guapísima.
Alaska: -O me agarra y me pega un arrechuche y yo digo ¡mmm!
-¿Monogamia o relación abierta?
Alaska y Mario: -Monogamia.
Alaska: -No es que para eso... no tengo una relación.
Mario: -Y conozco muchas parejas que se han hecho las abiertas y no han funcionado.
-¿Os asusta envejecer?
Mario: -No. Cuanto más viejo sea más cosas conoceré y más podré disfrutar de esta vida que me gusta.
Alaska: -Me asusta el dolor, la pérdida de facultades, pero eso no es envejecer.
Mario: -Si la vejez va asociada a la pérdida de seres queridos si me asusta.
-Habéis hablado de tolerancia, en un momento de mucha grieta política. ¿Cómo veis este momento social de enfrentamientos?
Alaska: -La grieta siempre conviene a la política, porque si estamos divididos somos muy manejables. La gente, que no se olvide de esto: divididos somos muy manejables y apelan a lo peor que tenemos todos que es la lucha y el enfrentamiento. Yo paso totalmente de eso.