Con Pedro Marín e Iván arranca la cronología de la histeria fan en España. Estos dos guaperas desataron verdadera locura a finales de los 70 y principios de los 80. Su presencia era suficiente para provocar desmayos, gritos de adolescentes tratando de colarse en sus hoteles y días de atolondrada impaciencia haciendo cola. Aquellas jóvenes llenaron las paredes de sus dormitorios y sus carpetas de pósters y pegatinas de las revistas de la época, como Super Pop, auténtico motor y promotor del fenómeno fan. Las estrellas de la época se disputaban cada semana un espacio en su portada, aunque el retablo no admitía demasiada variación: Miguel Bosé, Tequila, Pecos y, por supuesto, Iván y Pedro Marín.
La industria los presentó como dos Adonis con el atractivo suficiente para despertar una suerte de amor platónico basado en la fantasía y la idealización. El delirio a veces rayaba en lo patológico, hasta el punto de creerse correspondidas en ese amor irreal. No era enamoramiento, sino obsesión, tanto por Pedro como por Iván. Y a pesar de esta paranoia, todo transcurría según lo previsto. Y lo previsto era que su música sonara a todas horas y en todas partes, que ocuparan los primeros puestos de las listas de éxito y saliesen en la portada de más de 200 revistas.
Como cualquier otro fenómeno que se rige por la revolución de las hormonas, la locura por Marín e Iván, antojadiza, inconstante y superficial, cedió el testigo a una nueva hornada de músicos. La Movida Madrileña era ya un auténtico hervidero artístico y no dejaba de sumar talentos. Desde entonces, las vidas de Marín (60 años) e Iván (59) han seguido una trayectoria desigual, con la música como único telón de fondo en común.
Marín siguió en la música con éxitos como 'Rebelde' y 'Tu serás solo mía', en 1985. En 1986 publica 'Especies en extinción', producido por Jorge Álvarez, y el resultado no es el esperado. Las ventas millonarias que habían dejado sus trabajos anteriores hacen que la caída parezca aún más estrepitosa. Ese mismo año anuncia su retirada.
Retomó sus estudios y optó por la carrera de Económicas. Durante casi una década trabajó en el departamento internacional de una entidad bancaria. También se dedicó a la importación de antigüedades y a conocer otras culturas. Vivió un año y medio en Bali y en Cabo Verde dirigió una compañía financiera. Su espíritu inquieto le mantuvo siempre inmerso en el mundo del arte y la cultura: pintura, producción, canto, composición o dirección de videoclips. En febrero de 2004 concedió su primera entrevista, después de muchos años, a Jordi González, en su programa 'Vitamina N' (City TV). En noviembre de ese mismo año hizo pública su bisexualidad y solo unos meses después participó en la tercera edición de 'La selva de los famosos'. En esa etapa posó desnudo y en posición frontal para la portada de 'Zero'.
Todo ello le sirvió a Marín para relanzar su carrera musical con nueva estética, actitud rockera y una poesía más intimista para un público ya más maduro. Su álbum 'Pulpo Negro', de 2007, consiguió vender más de 50.000 copias solo en España. En su siguiente trabajo, 'I Will Glam', los críticos aplaudieron su estilo más puro del glam rock, con raíces británicas. Le acompañan músicos tan influyentes como Eric Jiménez, batería de Los Planetas y Lagartija Nick). El videoclip de su primer sencillo, 'El día después', es el primero de la historia creado en teletexto. Se estrenó el 18 de junio de 2009, año en el que sorprende también con su primera gira en mucho tiempo. La revista musical estadounidense Billboard le definió como el primer artista español de vanguardia.
Aunque en los años siguientes continuó con la música, en 2013 volvió al terreno mediático por un motivo bien diferente: su polémico posado para la exposición 'Obscenity', del cineasta canadienese Bruce LaBruce. La combinación del éxtasis sexual y lo religioso no resultaron del agrado de todos y el artista expuso sus razones: "El arte para que siga vivo debe ser un revulsivo, emocionar, estremecer, agradar o desagradar y, por qué no, escandalizar… Y otras cosas más". Uno de sus últimos éxitos es 'Hombre mecánico', un pop divertido y elaborado, editado en México en 2014. Ese año actúa en el estadio Azteca de México DF ante 110.000 personas en un festival que se retransmite por la cadena Televisa en la gala de fin de año.
Su imagen actual es la de un hombre que cuida su imagen, hace deporte, come sano y piensa en positivo. Amante del champán y de las ensaladas creativas. Según ha confesado, hace tiempo que dejó de "llevar mala vida y esas cosas que se hacen a los 18, cuando la ojera es un plus que te hace más interesante". Uno de sus mayores desastres es equivocar el nombre de la gente. También se revela como ser humano sensible e involucrado en tareas humanitarias. En 2016 dirigió su primer documental, 'Las viudas invisibles', rodado en India para exponer la marginación en la que viven 40 millones de mujeres que han sido expulsadas de sus hogares y borradas de la sociedad al morir sus cónyuges.
En 2017 publicó su último álbum, 'Secret Songs', con canciones originales en inglés. La sensación que deja con cada uno de sus trabajos es que aún no ha tocado techo, que siempre le queda algo por decir. Solo tiene que tomar impulso para volver una y otra vez. De los ochenta, ha declarado que solo salvaría la música tecno pop. "El resto me parece patético". En ese patetismo él mismo incluyó su éxito 'Aire'.
La vida de Iván, cuyo nombre real es Juan Carlos Ramos, transcurre, bastante más sosegada, en Beverly Hills (California). Publicó su primer sencillo, 'Sin amor', en 1979 y su primera actuación en directo fue el sábado 9 de febrero de 1980. Sobre el escenario y coreado por la histeria de miles de adolescentes, aquel chico rubio de barrio, nacido en San José de Valderas (Alcorcón), aparecía de repente transformado en un auténtico sex symbol. Las quinceañeras enloquecían con solo nombrarle.
Dos de sus padrinos musicales fueron Joaquín Luqui y Toni Genil (mucho antes de que entrase a formar parte de la factoría freak del programa 'Crónicas Marcianas'). Hay quienes ponen en duda tal apadrinamiento, pero lo cierto es que su estilo llamó poderosamente la atención de medios de comunicación, público y crítica.
Con 17 años ya estaba firmando su primer contrato con la discográfica CBS España. La apuesta por él era tan firme que no dudaron en desembolsar siete millones de pesetas (equivalentes a unos 150.000 euros actuales) en el lanzamiento de su primer álbum, 'Iván'.
Era solo el embrión de un huracán que se expandió con una rapidez inusitada fuera de España hasta barrer todos los países de Latinoamérica. Con su álbum 'Tiempo de Iván' arrasó en las pistas de baile. En él ya se apreciaba su evolución al tecno. Poco después es llamado a filas y cumple el servicio militar en Tarifa, lo que le obligó a frenar su carrera. Regresa con fuerza en 1984, recuperando el número uno en las listas. Su nuevo disco 'Baila' le lleva a conquistar el mercado europeo. Solo con su primer single, 'Baila', vende cuatro millones de copias en España y otros dos en el resto del mundo.
Si Iván ya desataba pasiones en el mercado latino, la locura se desbordó cuando la telenovela 'Carmín' escogió para su cabecera el tema 'Fotonovela'. Su paso por el programa 'Aplauso', de TVE, en diferentes épocas iba reflejando su evolución de cantante adolescente a artista con una pose desenfadada con una mayor proyección y un público más amplio. Aun así, sus últimos discos, 'Hey, Mademoiselle' (1988) y 'Más difícil' (1988) no consiguen el delirio acostumbrado. Su escasa promoción y la caída en las ventas fueron la gota que colmó un vaso ya saturado.
En el plano personal, las cosas le fueron mejor. Contrajo matrimonio con la australiana Kate Cohen y en 1992 nacía su primera hija, Nathalia. Ese mismo año lanza 'Vuelta a casa' con el sello independiente Rosa Records. Ninguno de sus temas consigue sacarse como single y dos años más tarde se traslada a vivir a Melbourne, la ciudad de su mujer. Allí nace su segundo hijo, Michael. En 1996, la familia se muda a Beverly Hills (California). Allí compone y hace arreglos para otros cantantes con su propio sello JCK Musik.
Nunca ha dejado la música. En 2012 regresó a los escenarios acompañado del grupo L.A. Band y en 2013 realizó una gira de acústicos por España. Aunque tiene nuevas composiciones, el público sigue pidiendo aquellas canciones icónica con las que arrasó. Algunas de ellas, como 'Te quiero tanto' o 'Fotonovela', las ha reversionado haciéndolas inmortales para sus incondicionales.
Está retirado de la vida pública, pero no deja de escribir y producir en su propio estudio. Alterna su faceta musical con otras ocupaciones, como entrenador de varios equipos de fútbol infantiles con los que rememora sus años en las filas del equipo juvenil del Real Madrid. Su hija Natalia Ramos, de 29 años, es actriz, cantante y modelo, es ahora quien lidia con la fama.