Carmen Linares recuerda a su padre: "Me animó a ser artista cuando nadie quería que su hija lo fuese"

¿Estamos viviendo un resurgimiento del flamenco? Muchos lo relacionan con el huracán Rosalía, otros con una cultura que busca volver a los orígenes y ensalzarlos. Sea cual sea la razón, los últimos Premios Princesa de Asturias de las Artes han sido concedidos a dos figuras del flamenco: la bailaora sevillana Maria Pagés y Carmen Linares.

Linares aseguraba que esta era "una gran noticia para mí y para nuestro arte, que los flamencos podamos estar en esa mesa junto a tanta gente de tantas disciplinas”. La cantaora jiennense siente este galardón como un reconocimiento de su trayectoria, pero también como todo un homenaje a todos aquellos creadores que revolucionaron este arte.

Un galardón que pone broche de oro a un año en el que ha celebrado con una gira "Carmen Linares: 40 Años de Flamenco", su 40 aniversario en el mundo del flamenco como solista. "Mejor colofón, imposible. No puedo pedir más. Estoy feliz".

Su nombre profesional es Carmen Linares pero ella nació como Carmen Pacheco Rodríguez. A sus 71 años los recuerdos de la infancia y sus inicios están más presentes que nunca. Por eso quería dedicar este momento con su padre y su marido: "los dos hombres de mi vida, y al resto de mi familia, que siempre han estado ahí ayudándome y valorando mi trabajo”, confesaba a El Diario.es.

De su padre, recuerda alguno de los momentos más especiales juntos, como cuando le daba fuerzas para apostar por su sueño. "Me decía: tú vales, a ti Dios te ha dado un don y lo tienes que usar. Me animó a seguir en un momento en que los padres no querían que las hijas fueran artistas, porque era un mundo muy complicado", explicaba al diario.

En "Antología de la mujer en el cante" (1996), la artista reivindicaba a grandes voces femeninas de lo jondo. "Hay muchas mujeres que podrían haber hecho cosas en el flamenco, pero lo dejaron porque en su entorno no lo entendían, no estaba bien visto dedicarse a esto y los padres y los hermanos las convencían para hacer otra cosa. Hoy habrá gente que ponga impedimentos, pero son los menos. Aquellos fueron los tiempos que nos tocó vivir, pero afortunadamente estamos en el camino", explica Linares.

Aunque Carmen Linares brilla encima del escenario, al bajarse de él tiene una vida igual de emocionante, tal y como ella misma explica. Su marido, Miguel Espín, entiende muy bien la importancia de su trabajo. Con él tiene tres hijos: Miguel, Eduardo y Lucía.

"Ha sido muy importante para compaginar mi trabajo con la vida de familia, los niños… En esta profesión, o tienes una persona a tu lado que te apoya incondicionalmente, o es muy difícil mantenerse tantos años. En el flamenco hay que entregarlo todo, aprender continuamente, hacerte en el escenario, saber todo lo que puedas no solo de lo tuyo, sino también de otras disciplinas. Sola no habría sido posible", explica la artista a El Diario.es.

Prueba de ello es la gira conmemorativa de sus 40 años de carrera. Una trayectoria en la que ha compartido escenario y momentos inolvidables con los más grandes: de Paco de Lucía a Camarón de la Isla o Enrique Morente.

"Es cierto que nos faltan muchos, pero este tipo de artistas no se van nunca, han dejado mucho ahí, los seguimos disfrutando y seguiremos haciéndolo en los tiempos venideros. Me siento muy orgullosa de pertenecer a esa generación y los cito como a Manolo Sanlúcar, con quien también he trabajado", explicaba.