Cualquiera que conozca un poco el mundo de la música rock sabe que decir la palabra Fender es nombrar la excelencia de un mito musical: guitarras, bajos y amplificadores que todos hemos oído nombrar, pero de los que muy pocos conocen su historia.
Te contamos un poco más de la historia de uno de los grandes imperios del rock.
La marca nace en la década de 1940 con el nombre de Fender´s Radio Service, de la mano de Leo Fender, que tiene algo de mito y mucho de currito: un técnico en electrónica de California (ingeniero o, más específicamente, lutier) considerado uno de los grandes mitos en el desarrollo de amplificadores, bajos y guitarras eléctricas. De la casta le viene al galgo, y de una infancia solitaria, el conocimiento de las bases de la que luego sería su pasión, la maestría visionaria de lo que aún no existía pero el mundo necesitaba.
Se sabe que, de forma autodidacta, un jovencísimo Fender ya huroneaba desde niño con la electrónica, inspirado por la influencia de su tío, que había construido una radio funcional con piezas de repuesto y le inculcó la pasión obsesiva por el cacharreo instrumental. Pasó buena parte de su infancia reparando las radios de sus amigos en la tienda que tenían sus padres.
Un momento importante en la historia de Fender tiene lugar cuando Leo, a quien a menudo contrataban como reparador de instrumentos, se asocia con Clayton Kauffman, otro flipado de las guitarras. Antes de todo esto tuvo que perder su profesión de contable, tras la Gran Depresión.
Hacia 1940, Kaufmann y Fender crean su propia empresa de reparación de instrumentos y radios: K&F Manufacturing. Kaufmann sigue anclado en la voluntad de reparar las piezas y piensa que esa debe ser la línea principal del negocio, sin experimentos con gaseosa, y es Leo quien se muestra inflexible y vislumbra un futuro más provechoso en la creación de guitarras nuevas. Como no podía ser de otra manera, se separan amistosamente.
Después de la II Guerra Mundial, el estado de las guitarras eléctricas podía calificarse de comatoso. Su sonido no era bueno. La mayoría de modelos provenía de las guitarras acústicas, con micrófonos defectuosos que generaban acoples y distorsiones con las que era muy difícil trabajar.
Hacia 1954 el genio lutier, el técnico visionario, alumbra la idea de la primera guitarra eléctrica, la mítica Telecaster, un concepto en bruto que tarda todavía un tiempo en desarrollar. Lo principal: el instrumento debía ser de madera maciza, más manejable, y sin acoples, y todavía más importante: la señal tenía que ser más limpia y potente que la de sus predecesoras, mucho más toscas y pedestres en este aspecto. Es importante subrayar que, de forma totalmente azarosa, el creador de la mítica Gibson llegó prácticamente a la misma conclusión). Lo más curioso de Fender era su torpeza natural para la música. A diferencia del creador de Gibson, Les Paul, un guitarrista virtuoso que se desenvolvía a las mil maravillas con el instrumento, Leo Fender nunca aprendió a tocar la guitarra y regó su genio en la creación de los modelos míticos de la marca.
Fue George Fullerton, un músico con el que Fender solía trabajar, quien se une a él en un nuevo proyecto. Juntos crean la Fender Esquire (1950), el primer modelo de cuerpo sólido con una sola pastilla. Le sigue el modelo Broadcaster, que más tarde rebautiza como la mítica Telecaster (1951), por un problema con una marca de baterías ya registrada por otra empresa. De aquí al firmamento del rock: Fender también abre la veda y se disputa la carne del negocio con Gibson creando el primer bajo eléctrico de cuerpo sólido, como sus guitarras: el famoso Precission Bass; una pieza maestra de ingeniería musical que impondría la medida estándar del negocio las décadas siguientes: esas 34 pulgadas que cualquier músico se sabe de memoria.
Cualquiera que conozca o haya leído sobre la personalidad de Fender sabe de su fama de culo de mal asiento. Hacia 1952, Fender empieza a pensar en darle una vuelta a las características de su mítica Telecaster para mejorar el modelo. No se queda ahí su larga mano en el mundo de la música: al mismo tiempo que rediseña sus guitarras hasta modelos que se siguen vendiendo en la actualidad, presenta dos modelos de amplificador de enorme impacto en la historia de los instrumentos de rock: el Fender Bassman, destinado inicialmente para amplificar el bajo eléctrico, pero con usos en otros instrumentos, y sobre todo, bendecidos por la magia de artistas como Kurt Kobain. El otro amplificador, el Fender Twin, es uno de los más usados de la Historia.
En 1954 Fender presenta la que sería una de sus absolutas obras maestras, la visionaria Stratocaster, con un diseño que ha sido clonado, imitado y repensado por tantos técnicos e ingenieros de sonido después.