El rock y el sexo es un binomio que se ha retroalimentado durante años, elevando la figura de muchos artistas, cargando una mochila de mitos que muy pocas veces se corresponde con la realidad y generando un estigma de desenfreno difícil de cambiar. Es difícil no asociar al 'rockstar' desmelenado, famoso y deseado con el séquito de focos, fans cerriles y admiradoras perdidamente enamoradas.
Hay quienes son estandartes a este respecto y hacen más grande es imaginario del que hablamos, el del rockero que pasa la vida en hoteles caros junto a modelos despampanantes, ropa cara y champagne de primera. Uno de ellos es, sin lugar a dudas, el incombustible Mick Jagger: su biógrafo, Chris Andersen, aseguró en el libro sobre la vida de Jagger que, haciendo cálculos, el artista habría mantenido relaciones sexuales con 4.000 mujeres.
Otros, como el recientemente fallecido Charlie Watts, batería de los Rolling Stones, han mantenido a lo largo de su vida un perfil bajo a este respecto. Sus preocupaciones, principalmente, se han centrado en asuntos más terrenales -como la familia y la rutina- y alejados del ruido y el escándalo propios de la figura estereotipada del rockero.
Fieles a nuestro lema -¡Sexo, arrugas y rock and roll!-, recopilamos una batería de frases clave -y alguna que otra desconocida- de algunos de los iconos más representativos del género sobre esa relación entre el rock y el supuesto libertinaje sexual que emana de la música, desde la perspectiva y el aprendizaje que otorga el paso de los años.
"Cuando la gente habla de los años 60, nunca creo que yo fuese esa persona. Era yo y estaba en todo eso, pero nunca me enamoré de todo eso. Se supone que es sexo, drogas y rock and roll y yo no soy así. Realmente nunca he visto a los Rolling Stones como algo especial".
"En estos cincuenta años de carrera he aprendido que empiezas tocando rock and roll para poder tener sexo y tomar drogas y terminas tomando drogas para poder tocar rock and roll y tener sexo".
"Espero que el tipo al que se le ocurrió la frase 'sexo, drogas y rock and roll' se pudra en el infierno. Me gustaría cambiarlo para que tenga más sentido: 'muerte sexual y rock and roll'.
"¿Que si todavía me gritan las chicas en mitad de la función? Sí, en efecto. Ya no cuando estoy en el escenario, pero sí en mitad de la función".
"Si ves un show en directo drogado y luego esa noche tienes sexo, básicamente has cubierto todas las bases de la liberación de energía. Todos tenemos que desahogarnos. Es más fácil y seguro que protestar contra las clínicas de aborto o alabar a Dios o querer hacer daño a tu hermano. Así que ve a un buen espectáculo, baila un poco y ten sexo".
"Cuando el sexo involucra todos lo sentidos de manera intensa, puede ser como una experiencia mística. El sexo está lleno de mentiras. El cuerpo trata de decir la verdad. Pero, generalmente, está demasiado maltratado con reglas como para ser escuchado y atado con pretensiones".