Hay canciones cuyo poder de seducción es inconmensurable. Canciones que no solo no te cansas nunca de escucharlas, sino que cada vez que suenan se te clavan muy hondo y logran activar emociones dormidas. 'Imagine', la obra cumbre de John Lennon tras los Beatles y uno de los sencillos más vendidos de la historia de la música pop, es una de ellas, y es noticia porque este año cumple medio siglo de vida. Y sigue protagonizando momentos que hacen historia:la pasada semana se convertía en el tema de apertura de la ceremonia inaugural de Tokio 2020 cantanda por Alejandro Sanz, John Legend, Angèlique Kidko y Keith Urban.
Una mañana de 1971, Lennon, músico superdotado, estimable poeta, estrella mundial del pop, aristócrata del activismo político y pacifista, se sentó al piano e 'Imagine' brotó como el agua de una fuente. Pero eso no significa que surgiera de la nada. Tal y como el ex-Beatle reveló en la última entrevista que se conserva de él, realizada para la emisora Radio 1 de la BBC poquísimo antes de su asesinato, la lectura del libro 'Grapefruit' de Yoko Ono fue la semilla a partir de la cual germinó. Lennon manifestó que en esa canción debería haber figurado su mujer como coautora, ya que tanto la idea como distintas partes de la letra provenían del citado libro, publicado en 1964, antes de que se conocieran, y en el cual abundaban los "imagina esto" e "imagina lo otro".
Para justificar la ausencia de Yoko en los créditos, Lennon explicó que en la época en la que fue compuesta él era "más egoísta y más macho" y se le "olvidó" citar la crucial contribución de su mujer. Y en un alarde de sinceridad afirmó que si en vez de Yoko hubiese sido Bowie, habría puesto sin dudarlo "escrita por Lennon y Bowie", ya que ambos eran tíos.
El caso es que aquel 'error' se mantuvo durante 46 años, hasta que en 2017 la Asociación Nacional de Editores de Música de Estados Unidos (NMPA), además de concederle a 'Imagine' el premio Centennial Song, el de la canción del siglo, reconoció a su eterna viuda como legítima coautora. Gustara o no esa decisión a los fans y a una buena parte de la crítica especializada, la cual nunca tuvo un concepto favorable de Yoko Ono por causa del control que ejercía sobre el archifamoso músico, lo cierto es que a tenor de lo declarado por Lennon aquella enmienda tendría que haberse producido mucho antes. No obstante, cabe apuntar que el poderoso contenido de esa canción no habría calado en la gente del modo en que lo hizo de no ser por la incontestable belleza de su melodía, un piano y una voz que desde las primeras notas te agarran el corazón y no lo sueltan.
Desde su mismo nacimiento, 'Imagine', que Lennon definió como una canción antirreligiosa, antinacionalista, anticonvencional y anticapitalista, se convirtió en un himno pacifista que invitaba a soñar con los ojos abiertos un mundo desprovisto de fronteras, religiones, codicia, posesiones, hambre, y en el que mujeres y hombres viven en armonía. En esa pieza infalible como una potentísima droga estaban reunidos todos los intereses del Lennon activista. Pero también los de su mujer, Yoko Ono, puesto que ambos compartían, y lo escenificaban a cada momento, idéntica filosofía de vida.
'Imagine' es una declaración de amor incondicional hacia la especie humana, y lo mejor de todo es que no hay en ella el más leve fingimiento ni impostura alguna: propone una utopía, un mundo tan idílico como improbable, de acuerdo, pero está tejida con un resistente hilo de verdad.
El rechazo de Lennon a todas las religiones y dioses ya había sido expresado en la también magnífica 'God', canción que se incluyó en su primer disco en solitario, 'John Lennon/Plastic Ono Band' (1970). Pero en 'Imagine' se reafirmó en su laicismo: "Imagina que no hay cielo / […] ningún infierno bajo nosotros. / […] Nada por lo que matar y morir / y sin religión también".
En cuanto a la política, 'Imagine' tenía (tiene) un inequívoco trasfondo comunista, algo que el propio Lennon, que no lo era, reconoció. Solo que su idea del comunismo, según declaró, era muy distinta a la que tenían "un ruso y un chino", pues aseguró que no existía un "estado comunista real" y se lamentaba por el hecho de que en el Reino Unido no dispusieran de un socialismo puro.
En los 41 años transcurridos desde el asesinato del Beatle más popular han tenido lugar una serie de hechos históricos sobre los que el músico habría emitido, sin duda, opiniones suculentas, como la pandemia del sida, la caída del Muro de Berlín (símbolo de la Guerra Fría), la disolución de la URSS, el establecimiento de la Unión Europea, el atentado contra las Torres Gemelas y la debacle de la COVID-19.
A pesar de que el mundo es hoy un lugar un poco más civilizado y solidario que hace cuatro décadas, y a que existe una mayor concienciación con los derechos humanos y la ecología, si Lennon levantara la cabeza comprobaría que sus anhelos de un planeta edénico están muy lejos de cumplirse y que la "fraternidad de hombres" que tanto él como Yoko Ono ansiaban solo es posible materializarla en una novela, una película, una serie de televisión o, claro, una canción. La humanidad, en fin, tiene aún un largo camino por delante para hacer de este mundo un lugar más justo, pacífico y habitable.
'Imagine' siempre será un bellísimo imposible, sí, pero es el mejor espejo en el que mirarnos. E imaginar es gratis.