Arancha, 46: "Llevo siendo heavy desde hace 30 años y seguiré hasta que me muera"
Arancha, de 46 años, no deja un look sin tachuelas y calaveras
Arancha tiene cuarenta y seis años y es figurinista y diseñadora de moda y vestuario en el estudio Carmen 17 en pleno centro de Madrid, aunque también es licenciada en Matemáticas. Además de todo esto, en su particular perfil cabe un profundísimo amor hacía el heavy metal, género que caló en su corazón al final de la adolescencia y que desde entonces la ha acompañado durante toda la vida.
Su primer contacto con el heavy tuvo lugar a través de Barricada, la banda de Pamplona, a los diecisiete o dieciocho años, lo que Arancha considera una edad bastante avanzada: "Nunca le había prestado atención al heavy que era lo que primaba en los 80, cuando yo era una niña. La música pop no me convencía hasta que decidí escuchar seriamente lo que mis amigos del pueblo escuchaban. Me animé a ir a un concierto de Barricada en Calatayud con ellos y ya no hubo vuelta atrás. Me cautivaron la energía, la rapidez y el volumen. Esos riffs de guitarras y el ritmo del rock and roll".
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Desde aquel momento estuvo pendiente de todo lo que era actualidad entonces, tanto en español como en bandas extranjeras: "Hablamos del 90 o el 91, que KISS sacó su disco sin maquillaje, Alice Cooper su álbum 'Poison', Gun’s and Roses a punto de sacar los 'Use your Illusion' I y II, Metallica a punto de irrumpir con el 'Black álbum', AC/DC seguía en el candelero, Pantera y otro montón de grupos increíbles sonaban, eran tiempos muy buenos y desde ahí empecé a preguntarme de dónde venía todo esto".
Arancha empezó a investigar en las raíces del heavy, descubriendo a Led Zeppelin, Black Sabbath o Deep Purple. Le pareció que había un gran estilo envolviendo todo el movimiento, tanto en la actitud, las letras, y los ropajes que siempre le interesaron tanto, especialmente el glam rock. Lo que descubrió le pareció "la ley, inmejorable en todos los sentidos. Luego los 80 fueron un desastre, estéticamente sobre todo, pero muy gracioso. Nadie llevaba pantalones ajustados o chalecos llenos de parches, excepto los heavies". Se vio tan influida por el estilo que "no me he vuelto a poner unos pantalones anchos nunca más y la calavera, símbolo metalero por excelencia, me acompaña siempre".
Una vez afianzada como fiel seguidora en el sendero del metal, Arancha vivió infinidad de momentos estelares, como el concierto de Los Ramones del 94 en Madrid, el de Metallica con 'Suicidal Tendencies' en el estadio del Rayo Vallecano, el concierto del trigésimo aniversario de Motörhead en la sala Hammesmith de Londres, Black Sabbath en Donnington después de muchos años separados, que supuso el mayor hito en la historia de su fanatismo, o este mismo año ver a Zeke en Gruta 77, que fue increíble. En cuanto a discos, son tantos que no sabría por dónde empezar, pero lo que tiene claro es que no puede vivir sin el épico 'Highway to Hell' de AC/DC.
"Confieso mi amor por el heavy recalcitrante y clásico (Judas Priest, Iron Maiden) pero sí ha habido evolución. Hay que decir que hay muchas ramas en el metal. Yo, aparte del heavy recalcitrante, me decanto por el thrash metal (Metallica, Slayer, Megadeth…), y luego ha habido bandas que me cambiaron la vida. Tool, NIN o Kyus por ejemplo, que son progresivo, industrial y stoner respectivamente. Nada que ver los unos con los otros. Y, aunque me cuesta a veces escuchar cosas nuevas, últimamente abrazo el death, que por ejemplo está una banda con una chica al frente que se llaman Oathbreaker. Pero hay infinidad de grupos interesantísimos y de ahora".
El estilismo de Arancha, no olvidemos que es diseñadora y que cuida al extremo sus looks, es extremadamente personal, y la forma en que introduce elementos propios del heavy metal resulta variable y muy especial: "Yo siempre vestí como una señorita pero hay dos elementos imprescindibles en la estética heavy y en mí. Tachuelas y calaveras. También las camisetas, las bandas cuidan mucho sus diseños, te pueden gustar o no pero están muy pensadas y a mí me encantan. La mayoría de las veces me las pongo con una falda en vez de pantalones vaqueros. También me encantan los parches y la chupa de cuero". El resultado es siempre impecable, tanto que a veces los guiños al heavy metal están tan integrados dentro de otros estilos que resultan imperceptibles y, cuando saltan a la vista, la noticia causa cierto impacto: "En general sí genera sorpresa, por lo poco popular de la música heavy en sí, y luego por mi carencia de tatuajes y que la mayoría del tiempo voy con vestidos que no hacen pensar que me pueda interesar esa música. Pero no me afecta, es gracioso. Y muy reconfortante cuando encuentras a otro heavy camuflado".
Arancha manifiesta una forma tan personal como intensa de vivir su pasión por el género. Cuando se le pregunta si considera que, a su manera y con vistas al futuro, el heavy estará siempre presente en su vida, la respuesta es tajante: "Absolutamente sí. Escucho heavy casi todos los días. ¡Larga vida al metal!".