Nino Bravo no se llamaba Nino Bravo, ¿de dónde cogió su nombre?
Se acaba de publicar 'Nino Bravo. Voz y corazón', la primera biografía autorizada de la estrella del pop español.
En este libro se recogen algunas anécdotas de su vida privada, así como documentos y fotografías inéditas.
La biografía escrita por Darío Ledesma propone una teoría sobre la elección del nombre artístico del valenciano.
Si hablamos de Luis Manuel Ferri la gran mayoría no tendrá ni idea de a quién nos referimos. La cosa cambia cuando usamos su nombre artístico: Nino Bravo. Y es que más allá de haber puesto voz a uno de los temas más escuchados tras el fin de la pandemia, su canción 'Libre', ya ha pasado a la historia como uno de los iconos de la música pop de nuestro país.
Es en su primera biografía autorizada 'Nino Bravo. Voz y corazón', publicado por la editorial catalana Milenio, donde se recoge la historia detrás de este nombre. Entre las casi 500 páginas de la "verdadera historia del padre, marido, amigo y cantante" se encuentran entrevistas con familiares, amigos y profesionales que estuvieron durante su trayectoria vital y artística, o documentos inéditos.
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El libro, escrito por Darío Ledesma, creador y responsable de la web oficial del cantante, está plagado de anécdotas también de su trayectoria musical, desde su primer grupo Los Hispánicos a Los Superson y su debut en solitario con su nombre artístico, Nino Bravo, de cuya elección también hay numerosas versiones.
¿Por qué Nino Bravo?
Aunque existen varias teorías en torno a la selección de este nombre, el libro apuesta por una bastante convincente.
Así, la más creíble a juicio del autor es la de quien fue su primer representante, Miguel Siurán, el que dio con él: Nino por el auge de los nombres en italiano y porque suena igual en cualquier idioma, y Bravo por su carácter, ya que aunque era una persona tímida cuando sacaba su genio era muy "bravucón".
Darío Ledesma ha dedicado más de una década a recopilar documentos y testimonios de familiares y amigos, con el fin de dar forma a la que es la primera biografía autorizada del cantante valenciano, que falleció hace 49 años, y con la que nos invita a descubrir "a la persona detrás del mito".
"La visión general que se tiene de Nino Bravo -nombre artístico de Luis Manuel Ferri- es de un personaje que llegó al éxito y se fue cuando estaba en la cima, pero faltaba la explicación de cómo había llegado ahí, cuáles fueron las barreras y los obstáculos que tuvo, su relación con otros cantantes de la época y conocer más a la persona detrás del personaje", señalaba Ledesma a Efe.
Un paseo por su infancia
El autor afirma que una de las mayores aportaciones que se pueden encontrar en el libro es poder hacer un "zoom" en su infancia a través de los recuerdos de sus familiares, que rememoran detalles personales como la música que solía escuchar de niño en la radio, su afición por las películas de Antonio Molina, o los motivos que le llevaron a cambiar de casa, de Aielo de Malferit a València, de allí a Carcaixent y de nuevo a València.
Ledesma habla también de la bisabuela paterna, que fue cantante de ópera y de su bisabuelo, director de los coros del orfeón valenciano, pero también hay espacio para descubrir sus primeras influencias musicales de la mano de Jorge Sepúlveda, Antonio Machín, Jorge Negrete, Carlos Gardel o Antonio Molina, el cante jondo y de los cantantes italianos, sobre todo de Domenico Modugno, quien "despertó" su motivación para dedicarse a la música.
Tras la estela de Sinatra
Otro de los datos curiosos que nos presenta Ledesma, es que asegura que Nino Bravo quiso convertirse en el Tom Jones o Frank Sinatra español, es decir, encontrar una voz propia que le identificara. Algo que finalmente consiguió en su último disco, interpretando éxitos internacionales como "Mona Lisa" o "Laura".
Pero, ¿a dónde habría llegado hoy Nino Bravo? "Lo imagino con un éxito internacional que ya estaba proyectándose, grabando en inglés, habría seguido grabando discos pero a otro ritmo, para dedicar el resto del tiempo a producir a otros artistas y, sin duda, ligado a la música", explicaba en su entrevista a Efe.
Aunque nunca podremos averiguar qué camino habría tomado su música, porque nos dejó un 16 de abril de 1973 en un accidente de tráfico, sí que podemos seguir disfrutando de algunos de sus clásicos, como 'Libre', 'Un beso y una flor' o 'Cartas amarillas'.