Nos contaba Patti Smith que a sus 73 años ya llevaba tras de sí un largo recorrido. "Mantengo mi sentido del tiempo flexible. Pero no te voy a mentir: ahora también soy muy consciente de que no me queda mucho y quiero cuidarme, en la vejez pienso más en la vida que en la muerte", relataba durante su entrevista con Uppers.
La nostalgia ocupa un papel en la vida de Smith, que ha vivido, mucho y bueno. Solo hace falta echar un vistazo a su cuenta de Instagram para ver la cantidad de fotografías y vídeos que comparte sobre su época dorada, sobre todo aquellas en las que aparece rodeada de grandes amigos.
A los que ya no están, la cantante ha dedicado varias canciones tras su muerte: desde Hendrix, a Cobain o Winehouse. Pero en su última publicación ha decidido recordar la figura de un poeta: el gran Allen Ginsberg, uno de sus mejores amigos que un día como hoy hace 25 años fallecía.
Allen se convirtió en un "buen amigo", pero también su "maestro", como ella misma dice. En la publicación ha escrito un emotivo texto que acompaña a una fotografía de ambos: "Esto es recordando de cuando todos mis amigos estaban vivos. Qué afortunados éramos, ajenos a la fortuna. El músico Iván Kral y Allen Ginsberg, nuestro poeta-maestro, abrazador de todos los mundos. Allen a regañadientes partió hace hoy 25 años. Cómo de tangible parecen esos días...", recuerda.
En la fotografía, tomada por Richard E. Aarón, se les ve a ambos sentados en una de las muchas fotos que guarda en su álbum, ya que en la época coincidieron públicamente en varias ocasiones.
Tal era la amistad que les unía, que en su libro 'Éramos unos niños' (Just Kids, en su título original), Patti Smith cuenta cómo conoció al gran poeta Allen Ginsberg en un restaurante automático.
"Una tarde de llovizna, se me antojó uno de aquellos sándwiches de queso y lechuga. Rebusqué entre nuestras cosas y encontré cincuenta centavos justos, me puse la trinchera gris y el sombrero de Maiakovski y fui al Automat. Cogí una bandeja e inserté las monedas, pero la trampilla no se abrió. Volví a intentarlo, en vano, y entonces me di cuenta de que habían subido el precio a sesenta y cinco centavos. Estaba decepcionada, por no decir más, cuando oí una voz que decía: ' ¿Te ayudo?' ", relata.
"Me volví y era Allen Ginsberg. No nos conocíamos, pero era imposible no identificar el rostro de uno de nuestros grandes poetas y activistas. Miré sus penetrantes ojos oscuros, acentuados por su oscura barba rizada, y me limité a asentir con la cabeza. Allen insertó los quince centavos que faltaban y también me invitó a una taza de café. Sin abrir la boca, lo seguí hasta su mesa y empecé a comerme el sándwich", continuaba en su libro.
En su anécdota Smith explica que el poeta la confundió con un chico, por su estética andrógina: "¿Eres una chica? –preguntó. Sí –respondí–. ¿Hay algún problema? (...) - Lo siento. Te había tomado por un chico muy bello. Lo comprendí de inmediato y le dije: ' Significa eso que tengo que devolver el sándwich?' , escribía Patti Smith en sus memorias. Un encuentro que seguro que la cantante está recordando en una fecha tan señalada como hoy, cuando su querido amigo y poeta le dijo "adiós" para siempre.