Bob Dylan o Neil Young: ¿por qué grandes cantantes están vendiendo los derechos de sus canciones?
La banda Red Hot Chilli Peppers se une a Bob Dylan o Neil Young vendiendo los derechos de sus temas, ¿por qué?
Hay razones que llevan a los artistas a hacer estas gestiones, aunque el motivo cambia en cada uno
¿Qué diferencia hay entre la venta a una discográfica o a un fondo de inversión?
El grupo Red Hot Chili Peppers vende su catálogo de canciones a la compañía de inversión Hipgnosis Songs por 140 millones de dólares. Esta ha sido una de las noticias musicales de la semana, una información que no ha sorprendido del todo teniendo en cuenta los últimos meses. Antes que la banda, Shakira anunciaba la venta de su repertorio en enero a la misma compañía y Neil Young hacía lo mismo pero solo con el 50% de sus derechos de autor, aunque en diciembre de 2020 era Bob Dylan el que anunciaba la venta de sus canciones, esta vez a Universal Publishing Music. Grandes estrellas que se desprenden de los derechos de sus temas más míticos, ¿por qué?
Pongámonos en situación. La transacción sobre la discografía de Dylan fue definida como una de las adquisiciones más importantes en la historia de la música, pues estamos hablando de más de 600 canciones. Desde entonces, aunque no ha trascendido la cifra final, los medios estadounidenses, como The New York Times, estiman esa venta en 250 millones de euros. Ahora será Universal la encargada de recaudar los ingresos que se obtengan por sus temas.
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Vía rápida para obtener liquidez
Una de las claves de estas acciones está en la liquidez. Las ventas de discos ya no son lo que eran y venimos de un año de sequía de conciertos y eventos, gran parte de los ingresos actuales de los artistas. Esto no es nuevo, ya en 2006 Courtney Love, la viuda de Kurt Cobain del artista por necesidades económicas. De esta manera los artistas se aseguran una grandísima cantidad de dinero ante la incertidumbre de cuándo se podrán realizar grandes eventos en directo.
Además, en casos como los de Neil Young o Bob Dylan podría sumarse la edad como motivo para vender sus derechos. Ya encaran el final de sus carreras al superar de largo los 70 años, por lo que ya no solo se estaría hablando de conseguir liquidez, según el abogado Manuel López exponía en una entrevista al diario ABC el proceso sucesorio tendría mucho que ver. ¿Por qué? En estos casos sería más sencillo organizar una herencia con el dinero disponible que con los derechos de autor.
La posibilidad de que se hagan virales
Tanto las discográficas como los fondos de inversión estarían interesados en artistas consagrados como los que hemos mencionado. Con éxitos mundiales atemporales, carreras asentadas y unas escuchas que se mantienen. Por eso mismo, según expone Forbes, las canciones antiguas son a las que más se les echa el ojo en este negocio por su longevidad y por las probabilidades que tienen para hacerse virales en redes sociales. Y aquí entra TikTok.
Imaginemos que una de las canciones de estos artistas pone la banda sonora a un reto viral en esa red social. Las escuchas se mantendrían en aumento y, por tanto, el valor de las canciones irían al alza. Pero no solo hablamos de redes sociales, también de series o películas. Forbes pone el ejemplo de Friends, una serie estrenada hace más de 25 años que sigue reponiéndose en televisión y en plataformas digitales. Solo por el número de reproducciones de la cabecera, ¿cuánto se podría ganar por el mítico I'll be there for you
El 'streaming', un nuevo filón
Al hilo de todo esto se encuentra el streaming, que ha hecho que muchos catálogos aumenten su valor porque los ingresos se incrementan por esta vía, lo que hace que los fondos de inversión o las discográficas se fijen en ello para obtener beneficios, pues los ingresos de streaming han aumentado en los últimos años. Solo en 2019 fueron 10.000 millones de dólares, es decir, un 21% más que en 2018.
Sin embargo, Forbes lanza una última razón por la que los artistas comienzan a vender sus derechos: los beneficios fiscales. Según cuentan, por la venta de los derechos de sus temas podrían ahorrarse una cantidad considerable en el pago de impuestos por los beneficios y ganancias relacionadas con sus obras, en el caso de Neil Young, hasta 21 millones. Este artista ya había reclamado sus derechos en alguna ocasión, en concreto a Donald Trump por el uso de uno de sus temas en un mitin electoral.
¿Discográfica o fondo de inversión?
Por su parte, hay diferencias entre lo que ha hecho Bob Dylan y por lo que han optado los Red Hot Chili Peppers, Shakira o Neil Young. Debemos recordar que el primero le ha entregado sus derechos a Universal, una discográfica, que probablemente cuidará las canciones como un producto musical del que son conscientes que pueden seguir dándoles ingresos durante años. Mientras, el resto de artistas lo ha hecho con un fondo de inversión. En estos casos puede que mantengan los derechos, pero lo normal es que lo utilicen para revenderlo por una cantidad más alta a otros fondos que seguirán esa misma estrategia.
En mercados estadounidenses o anglosajones estas gestiones no son nuevas y es probable que muchos artistas se sumen a ello, algo más complicado en el mercado español por la complejidad de los derechos musicales de los autores, pero quién sabe cuando esta tendencia llegará a nuestro país.